Los Sentimientos Del Dragón ✓→ [Steve Rogers]

CUARENTA Y SIETE

N/A: Por fin, no saben lo feliz que estoy de poder concluir a mi bebé. Gracias por llegar hasta aquí, gracias por todo. 🥺❤️

∞

JUNTOS
∞

La morena abrió sus ojos de golpe.

No daba crédito a lo que estaba pasando, ella se encontraba en medio de un bosque, del bosque que conocía tan bien, pues durante años había sido su hogar.

No sabía que sucedía pero por un momento decidió simplemente disfrútar del olor a tierra mojada y el escuchar el aletear de las aves.

Regina se reincorporó poco a poco para después quedar sentada en el pasto. No sabía cómo había llegado ahí, de hecho estaba segura de que había muerto, finalmente una bomba le explotó en la cara.

—Definitivamente este no es el tipo de muerte que esperaba. - Se dijo así misma mientras una leve sonrisa se formaba en su rostro. Algo en ella le indico que lo que sea que estaba viendo no era real. —¿Cada qué alguien muere vuelve al lugar de inició?

—Para serle honesta, muy pocos tienen la fortuna de llegar a un lugar tranquilo. - Regina no pudo evitar sobresaltarse, no había sentido a nadie más con ella, así que eso le tomo desprevenida. —Sus instintos de dragón no funcionan una vez que mueres.

Los ojos verdes de la azabache colisionaron con unos ojos chocolates de una mujer castaña que le devolvía la mirada. Aquella mujer llevaba un largo vestido de color negro, mientras que su cabello se mantenía amarrado en un moño.

—Tú eres la muerte. - Aseguro Regina al a penas verla.

—Lo soy. - Admitió. —Usted tenía un destino escrito en la piedra, tenía que morir hace siete años, pero Ladón como siempre se volvió un dolor de cabeza y afecto dos realidades.

—Yo tenía que morir después de la muerte de Angst ¿Cierto?

—Sí, pero gracias a Ladón y sorpresivamente a Lugner, usted se libró de su destino. - Explicó aquella mujer la cuál fue a tomar asiento junto con ella. —Creí que su vida sería más longeva, pero gracias a su intervención, muchas vidas se salvaron y un desastre mayor se evitó.

—¿Usted también sabe lo que iba a pasar?

—Lo sabía, ese era el curso de la historia, pero como le dije, su intervención fue otra prueba más de que el destino se puede cambiar.

—¿Otra prueba más? ¿O sea que ya a ocurrido antes?

Los ojos chocolates de la muerte se posaron sobre los de ella al tiempo en que una leve sonrisa se dibuja en su rostro. —Sí, está no es la primera vez que las cosas no salen como tenían que salir. - Admitió con cierta diversión.