Los Sentimientos Del Dragón ✓→ [Steve Rogers]

TREINTA Y NUEVE

PERDÓN

≈

—Padre... - Musito con sorpresa el Dios del Trueno, ya qué no cabía en la sorpresa de que su padre estuviera nuevamente en Midgard, y mucho menos frente a sus compañeros de trabajo.

—Repitame sus palabras mortal ¿Sería capaz de pasar toda una eternidad en una prisión asgardiana? - Ignoró por completo a su hijo, quien era el principal soporte de aquella humana qué le había intrigado demasiado.

Todos estaban mudos, habían escuchado claramente a Thor decir "padre" Entonces ¿El rey de Asgard estaba frente a ellos? ¿Ese anciano era el mismísimo Odín?

—Pero miren al parecer Santa Claus perdió a rodolfo él reno. -Se mofó la chica con algo de dificultad pero aún así mantuvo su pose altiva. —Y por lo visto también un ojo.

—Lady Regina. -Dio un suspiro angustiado al escuchar el tono burlón qué ocupo en su progenitor. —Él es mi padre, Odín padre de todo.

—Mio no. - Rebatio suspirando mientras trataba de procesar todo de manera sencilla, pero realmente estaba aturdida, habían ocurrido muchos sucesos ese día, paso de estar bailando con Loki a estar frente al rey de Asgard en una celda de máxima seguridad.

—Que osadía tan grande tiene para burlarse de mí, y aun más por cubrir a ese muchachito desconsiderado. - Gruño de mala gana aquel anciano, quien estaba irritado ante tanto desastre.

—¿Qué? ¿No le gusto su retiró en Nueva York? Su hijo solo le dio unas vacaciones para después salvar su pueblo.

Padre e hijo se voltearon a ver y soltaron un suspiro al mismo tiempo, sin duda alguna Loki la tenía al tanto de todo.

—Y con respecto a lo que dijo en un principio. -Para sorpresa de todos la morena puso ambos brazos juntos y levanto sus manos hacia él. —No retiraré mis palabras, acepto la condena, si dejan a Loki libre.

—¡Suficiente! -Grito Steve fuera de quicio. -
—¡¿En verdad piensas hacer eso Regina?!

La morena dio un suspiro, estaba cansada, aturdida y somnolienta lo único que quería era descansar ya sea dentro de una celda en Asgard, en la torre, en Salem o bajo un puente pero descansar ya.

—Así es. -Respondió con calma mientras trataba de ver cual de los tres Odines era él verdadero. —Quiero que mi celda tenga la misma comodidad que tenía con Loki. -Exigió Provocando que él padre de todo enarcara una ceja. —Frigga te hizo prometer que nada de penas de muerte ni daños, ¿Piensa romper su promesa?

—¿Quién se cree usted para cuestionarle al padre de todo lo que tiene o no qué hacer? - Preguntó indignada una mujer con armadura, era la única mujer que venía de Asgard.

—No me creo, yo soy...

—Basta. -Trato de detenerla Tony, pero a cambio sólo recibió una mirada cansada llena de arrogancia y eso lo hizo suspirar, de tal palo tal astilla, una hija adoptiva era más parecida a él qué su propio hijo de sangre.