Los Sentimientos Del Dragón ✓→ [Steve Rogers]

VEINTICINCO

C I V I L
W A R

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El pequeño vehículo se dirigía por el aeropuerto, se estacionó justo al lado de una camioneta blanca y al instante salieron del vocho.

—Cap. -Saludo Barton quien también estaba saliendo de la camioneta junto con Wanda.

—No te hubiera llamado de haber tenido otra opción. -Se disculpó el rubio mientras estrechaba la mano del arquero.

—Amigo, me estas haciendo un favor. -Dijo con una sonrisa para después ver disimuladamente a Wanda. —Aparte se lo debo.

—Gracias por apoyarme. -Esta vez se dirigió a la castaña

—Ya era tiempo de irme. - Sonrió con calma. —¿Un burrito? ¿En serio? - Preguntó mientras veía a la morena la cual estaba sentada sobre el vocho comiendo sin penas ni gloria.

—¿Qué? - Farfulló molesta al tener todas las miradas sobre ella. —Volé desde Nueva York hasta acá, me lo merezco. 

—¿Y la universidad? -Se burló la castaña

—¿Y Visión? -Contra ataco Regina mientras enarcó una ceja.

—¿Trajiste al nuevo recluta? -Le pregunto Steve a Clint antes de que ellas dos iniciaran unas de sus típicas peleas. 

—Tiene muchas ganas de ir. -Dijo mientras caminaba a la camioneta. —Tuve que ponerle un poco de café, pero debería estar listo. -Abrió la puerta trasera de la camioneta y en esta se dejo ver a un hombre que parecía haber tenido una buena siesta hasta ahora. 

—¿Qué zona horaria es esta? -Preguntó con un deje de molestia para después salir de la camioneta.

—¡Vamos, vamos! mira quien esta aquí.

El hombre que estaba en la camioneta terminó por aclararse los ojos para después enfocar su vista en Steve, no tardo ni  un segundo en salir de la camioneta y pararse frente al capitán.

—Scott Lang. -Se presentó de inmediato para después tenderle la mano de Steve.

—Steve Rogers.

—Sí, se quien eres. -Dijo mientras seguía saludando efusivamente, para después soltarlo y divisar a Sam. —Oye yo quisiera disculparme y...

—Déjalo así. -Se apresuró el moreno para evitar que lo ridiculizaran en público. 

—En verdad le agradezco su ayuda. -Hablo con total sinceridad el capitán Rogers.

—Créeme para mi es un honor.

—Puedes terminar en la cárcel.

—Realmente no sería nada nuevo.

—Steve. -La delicada voz de Regina interrumpió la conversación. —Ya están aquí. -Informó, la mirada del rubio se endureció y su cuerpo no pudo evitar tensarse al escuchar la alarma de desalojo del aeropuerto.