Los Sentimientos Del Dragón ✓→ [Steve Rogers]

CUATRO

DRAGÓN CAPTURADO

∞

—Genial. -Fue el gruñido de Natasha quien apagaba el televisor ya que de los trescientos canales que había, ninguno tenía una buena programación. —No hay nada bueno que ver, tampoco nada bueno que hacer, todo es tan aburrido.

—Últimamente los días se han vuelto monótonos. -Comentó Visión. —BlackDragon es quién esta haciendo todo el trabajo en la ciudad y sus alrededores.

—En eso estoy completamente contigo. -Dijo con un suspiro frustrado, como se arrepentía de no haber ido a la plaza con los otros ahí al menos pudo haber algo de ropa. —¿Y si entrenamos? -Pregunto con fastidio dirigiendo su mirada a Wanda.

—Olvidalo. -Alegó rápidamente la sokoviana quien se hundió más en el sillón. —No quiero terminar llena de moretones como siempre.

—No soy tan mala. -Se defendió. —A parte has mejorado mucho.

—La última vez la dejo inconsciente por dos horas, agente Romanoff. -Añadió Visión 

Y otro suspiro frustrado se escuchó en la sala, en momentos como estos la pelirroja extrañaba a Clint con él al menos podía platicar inclusive entrenar, sí las cosas seguían así entonces lo más seguro es que pronto le fuera a hacer una visita a su mejor amigo es bien ayudará a Fury con su nuevo y mejorado SHIELD.

En eso el elevador se abrió dejando ver a los vengadores restantes.

—¿Cómo les fue? -Preguntó Wanda.

—Thor casi destruye el cine. -Explicó Tony, quien no pudo evitar rodar los ojos ante el recuerdo.

—No tengo la culpa. -Se defendió  encogiéndose de hombros. —Ese rayo iba directo hacia mi. 

—Es cine, cavernícola, no salía de la pantalla. -Gruño Tony.

—Hubiera sido divertido ver eso. -Dijo Natasha con una sonrisa burlona.

—No lo creo, ahora jamás podremos volver a poner un pie en ese cine. -Se lamento Steve antes de tomar asiento en uno de los sillones. —Estamos betados.

—Chicos. -Los llamo el doctor Banner quién iba llegando del laboratorio. —Hace unos momentos estaba haciendo una investigación con VIERNES y terminamos encontrando  varios vídeos de Inglaterra y Alemania.

—¿Y qué ocurre ahí?

—Bueno, son de hace dos años. -Explicó mientras VIERNES encendía la pantalla y comenzaba a mostrarlos. —Ahí estuvo ese tal BlackDragon.

—Espera, ¿El dragoncito estaba allá? -Dijo mientras al igual que todos veía como la encapuchada bajaba a dos niños de un edificio en llamas. 

—Efectivamente.

—Y no fue ninguna amenaza para esos dos países. -Señalo Visión.

—Exacto. -Soltó Sam. —Entonces no comprendo por que van tras él.

—Entonces el dragón es bueno. -Ironizó Stark.

«—No sabría decirle señor Stark. »-Comenzó a hablar VIERNES llamando la atención de todos. «—Pero BlackDragon se encuentra en el museo de arte moderno que está ubicado a seis cuadras al norte. »

—¡Bien! Equipo ya saben que hacer. -Y con eso, el capitán ajusto su escudo a su brazo.

∞

El encapuchado termino de amarrar a dos sujetos en una viga. Su trabajo estaba hecho, impidió que robaran piezas de arte sumamente costosas, y también no hubo siquiera un herido (salvo los ladrones) por lo tanto ya no tenía absolutamente nada que hacer ahí.

El encapuchado dio media vuelta y con total calma avanzo hacia una de las ventanas, sabía que había "héroes" ahí afuera y que le estaban esperando.

Pero no se las iba a dejar fácil.

Esta vez cambio de rumbo y en lugar de tirarse por la ventana, se escabulló dentro del museo para así poder llegar a la azotea, en donde al a penas llegar desprendió sus alas.

—Si yo fuera tú no haría eso. -Soltó Iron Man. —Vamos a hacerlo por las buenas ¿quieres?

—Es una pena, no quiero. -Por primera vez el millonario escucho la voz de aquella mujer, pero no pudo si quiera festejarlo porque esta paso volando por su lado dejándolo plantado en la azotea.

La "dragón" volaba a una velocidad envidiable, estaba siendo perseguida por Sam, Visión, Stark y Rhodey, pero ninguno de los cuatro podían hacerle competencia alguna.

La mujer pudo haber aumentado su velocidad y perderlos, pero no lo hizo.

De un momento a otro paro su huida para seguir agitando sus alas y poder mantenerse en su lugar.

Los otros cuatro imitaron sus movimientos, pero aun así mantenían una distancia con ella.

BlackDragon levanto su mano y la llevó al frente, topándose con una pared electrificada.

Pudo ver como poco a poco la pared se iba extendiendo, pero sabía que podría ganarle si se lo proponía.

Voló del nuevo, compitiendo para que esta no le encerrara, pero todo se fue al demonio cuando de la nada una pared escarlata se conecto con la otra.

Miro a su alrededor, y pudo notar las cuatro paredes, cuatro transparentes y una roja.

La habían dejado encerrada.

La mujer bajo poco a poco, hasta tocar con el suelo, vio que arriba levitando a su alrededor se encontraba aquellos cuatro, pero en la tierra la mantenían rodeada otros más.

Sus alas se volvieron nuevamente aquella capa, cubriendo así por completo su cuerpo.

BlackDragon levanto sus manos con calma, manteniendo una sonrisa ladina bajo su capa. —Me rindo.