Capítulo 21: ¿Pasado, Presente y Futuro?

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Sara

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Sara

Volví a abrir el informe de Álex para releer la información. Tengo claro que él tiene alguna relación con Jacob, pero no sé cuál. El secuestrador quiere algo de Alsina, pero ¿El qué? En la casa no dejó ningún mensaje, solo su nombre escrito con sangre en la frente de la niña. Eso es otra cosa que me confunde. Jacob tuvo la oportunidad de matar o secuestrar a Naomi ¿por qué no lo hizo? ¿la niña significa algo para él?

Miro a mí alrededor buscando respuestas. Me encuentro en la sala de conferencias. Ésta es muy grande, con una mesa que ocupa casi toda la estancia, larga y estrecha. Es lo suficiente grande para tener un espacio para trabajar. Aquí estamos Maira, Aday, Lorenzo y yo. Kaimi se fue hace unas horas a hablar con Eian para interrogar a Álex. Estoy ansiosa por saber si ha conseguido información nueva. Mis nervios hacen que no pueda dejar de suspirar y de bufar. Kaimi dice que cuando hago eso, le recuerdo a un caballo.

Después de un tiempo leyendo una y otra vez lo mismo, me indigné y cerré de golpe la carpeta con un suspiro. Maira, nuestra experta en informática, dejó por un momento lo que estaba haciendo y me miró tranquilamente.

—Lo cogeremos—dijo convencida—no te culpes por lo que ha pasado...

—Yo no me culpo—dije a la defensiva.

—Sí, lo haces. Te conozco bien Sara, sé que ahora te estás culpando por no haber protegido a esa niña —miró alrededor para concienciarse que nadie nos estaba escuchando— sé que tanto Naomi como Nayara te recuerdan a ti de pequeña.

Recordé a mi padrastro Kanaye, el miedo que me producía escuchar el cerrojo de la puerta abrirse cuando él llegaba. Mi escondite favorito, que era el sótano de la casa, y lo frío que estaba el cinturón al estamparse en mi piel. Recordé a mi madre tirada en el suelo envuelto en un charco de sangre... entonces en mi mente apareció la imagen de Naomi con el nombre escrito en la frente. Cerré los ojos para quitarme esas imágenes, si volvía a pensar en mi pasado volvería a caer en la depresión o incluso en algo peor.

Ahora me necesitaban esas niñas, además de Alba y Helena. Se merecen justicia, dado que han recibido de unas escorias lo peor que se puede hacer a un ser humano: tratarles como un animal, como si fuera ese papel roto, sucio y abandonado por las calles de una gran ciudad.

Asentí con la cabeza porque no lo quiero decir en voz alta, cuanto me identifico con ellas. Maira esperaba alguna reacción de mi parte, que le contestara... justo en ese momento entró Kaimi por la puerta con una prisa demasiada evidente.

—¡Chicos tenemos trabajo! —al decir esto todos nos pusimos en movimiento—ya sé cuál es la verdadera identidad de Álex.

—¡Lista para buscar en la red! —gritó con euforia la hacker.

—Buen trabajo—felicitó el jefe Lorenzo.

Me levanté del asiento y abracé al policía, que es lo más parecido a un padre que he tenido. Le sonreí, estoy tan feliz que le doy un beso en la mejilla y me olvido de que estoy en la comisaria trabajando. Cuando Kaimi se pudo deshacer de mi abrazo siguió hablando.

Eddie (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora