Capítulo 30: No lo creo, yo lo sé

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Al siguiente día Anthony estaba muy decepcionado, ya no sabía en qué creer de lo que le decían. Estaba serio y para mala suerte hoy si había una competencia. Ahora Suzanne estaba más tranquila porque por lo menos no tendría que nadar y después de lo que le paso el otro día nunca más querría meterse a una alberca.

Todos estaban ansiosos por saber que era, incluso ya apostaban para ver quién adivinaba que competencia sería Lissa decía que sería una competencia de acrobacias, Hada decía que sería de repostería, Elizabeth por su parte creía que sería un partido de tennis por parejas. A April y Suzanne no les importaba adivinar sabían que podría ser cualquier tipo de reto, ya fuera mental o físico. Todo dependía de quién lo eligiera.

Pronto llegó Daphne a dónde ellas estaban descansando, ellas supusieron que lo que fuera a decirles sería un regaño.

-Ya es hora de su siguiente competencia-dijo Daphne muy seria.

-¿Y de qué se trata ahora Daphne?- preguntó Lissa.

-Un partido de tennis por parejas-dijo ella.

-¡Se los dije!-gritó Elizabeth a todo pulmón.

-¡Elizabeth! ¡Compórtate!-gritó Daphne mientras las demás estaban tratando de suprimir una risa.

-Por favor Elizabeth no tienes dos años como para poder estar gritando a tu antojo-dijo Suzanne con una sonrisa.

-Si Elizabeth guarda la compostura-dijo April con un tono muy educado.

-Ustedes dos ya dejen de jugar y vayan con sus parejas a decirles que se presenten en la cancha-dijo Daphne a las dos.

Todas seguían tratando de contener la risa, por lo menos hasta que estuvieron lo suficientemente lejos de Daphne.

Al fin ya en la competencia todos hicieron su mayor esfuerzo, aunque en esta se tuvo que eliminar a una pareja por medio de una competencia de haber quién tenía el tiro más rápido, Suzanne y Anthony fueron esa pareja ya que Anthony no pudo hacer un tiro decente ni una vez, tenía demasiadas cosas en la cabeza.

Esta competencia la ganaron Sebastián y Lissa sin ningún problema. Una vez que todos estuvieron libres comenzaron a hablar.

-¡Por fin ganamos una!-dijo Lissa mientras le daba un beso a Sebastián.

-Te oyes muy sorprendida, ¿Qué no confías en mí?-preguntó él con una sonrisa seductora.

-Por supuesto que confió en ti, pero ya me estaba desesperando por no ganar-dijo ella sentándose.

-Bueno ya sólo queda una competencia, sí la ganamos podremos ser dirigentes-dijo él cargándola.

April y Dante al acabar se fueron a dar un paseo alrededor del nivel 17 para despejar un poco su mente.

-¿Qué piensas Dante?-preguntó April mientras le sujetaba la mano.

-Que ahora cualquiera de nosotros puede ganar-dijo Dante.

-¿Te importa mucho ganar?

-No tanto como a Anthony y Sebastián pero si me gustaría.

-Si eso es lo que quieres sabes que yo te ayudaré pase lo que pase-dijo ella con una gran sonrisa.

Anthony y Suzanne se quedaron un momento más en la banca reflexionando.

-¿Qué te pasa Anthony?

-Nada-dijo él muy cortante.

-Por favor todos sabemos que podías hacer esos tiros sin fallar, algo te está pasando.

-Estoy distraído eso es todo.

-¿Distraído por qué?

-Pienso en qué más mentiras pueden habernos dicho.

-¿Eso es todo?

-Como tú no has vivido aquí toda tu vida, es muy fácil resignarse.

-Bueno, si tanto te molesta como funciona todo. ¿Por qué no ganamos?

-¿Para qué?

-Si eres dirigente obviamente podrás cambiar todo lo que quieras y será como tú digas.

-¿Crees que eso se pueda?

-No lo creo, yo lo sé-dijo Suzanne con una gran sonrisa.

Todas las demás parejas se habían ido a compartir una comida, sólo los que estaban en posibilidades de ganar se quedaron un rato más pensando.

No debió salir al jardínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora