Capítulo 10: Ya me quiero ir

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Suzanne fue despertada por Sofía. Miró el reloj y se sorprendió al ver que eran las seis de la mañana.

-¿Ya se fueron Mónica y April?-preguntó Suzanne somnolienta.

-No pero ya es hora de desayunar.

Todos se sentaron, Suzanne traía el estomago revuelto porque era tan temprano que parecía que su estomago no se había asentado. Pero comió porque sabía que le esperaba una mañana difícil en cuanto se fueran April y Mónica.

Cuando acabaron de desayunar April y Mónica se despidieron de ellas, se subieron al auto y partieron.

-Ve a cambiarte. Tienes cinco minutos.

-Si señora Baker-dijo Suzanne luego salió disparada por las escaleras y se puso unos pantalones y una blusa sencillos, luego bajo corriendo.

-Quiero que limpies la cocina.

-¿Cuándo me convertí en cenicienta?, que ni siquiera me di cuenta.

-Desde que vives bajo techo, además cenicienta era sirvienta a tiempo completo no como tú que lo eres unas cuantas horas-dijo Sofía con una sonrisa.

-Pero me voy a tardar mucho porque está muy sucia.

-Pues creo que mejor empiezas, ¿No crees?

Suzanne empezó a tallar el piso, no podía creer que el piso estuviera tan sucio. Como era de esperarse Suzanne tardo dos horas y eso  que para ella eso era muy rápido. Luego se dirigió a donde estaba Sofía.

-Ya acabe-dijo Suzanne un poco asustada por el tiempo que tardó.

Sofía miró su reloj y se le dibujo una sonrisa.

-Así que dos horas-¿Qué crees que debería hacer contigo?

-Perdonarme- dijo Suzanne con una sonrisa. Sofía comenzó a reír como si hubiera escuchado una broma muy graciosa.

-Mmmm, pues creo que tengo una idea, bueno dos y seré tan buena que te permitiré escoger cual quieres-dijo mientras paseaba su mano sobre los hombros de Suzanne.

-¿Cuáles son?

-La primera sería limpiar hasta que se te acaben las manos o…

-¿O qué?

-Escribes “Sofía es mejor que mi mamá en cualquier aspecto de esta vida” doscientas veces en un cuaderno que yo te entregare y luego conservare.

-Supongo que se me acabaran las manos-dijo Suzanne.

Sofía se molesto ya que el primero era una broma que creyó que nunca elegiría, le dijo que la siguiera. Así lo hizo Suzanne entonces Sofía le ordenó que limpiara lo el ático, Suzanne lo hizo con una sonrisa ya que no estaba molesta por que por lo menos tenía la satisfacción de saber que eso fue su elección.

Comenzó tallando el piso que se notaba hace meses no limpiaban o de perdida barrían. Pronto Sofía le dijo que se apurara, ella no se quejó e hizo lo que le dijo pero ya estaba acabando  se escuchó la puerta de la cochera abriéndose.

-Ve a tu cuarto, mañana continuaremos-dijo muy seria.

-Perfecto-contestó Suzanne con una sonrisa. Subió a su habitación cojeando por haber estado tanto tiempo de rodillas y quejándose por cada paso que daba.

Todo ocurrió igual sólo que ahora no pudo hablar con April porque se sentía muy adolorida como para levantarse de la cama.

Para su sorpresa empezó a escuchar la más dulce melodía tocada en un piano. Pronto se olvido de su dolor y se dirigió abajo para encontrarse con April tocando el piano. La estuvo viendo tocar hasta que ésta se dio cuenta de que ella estaba ahí y pegó un salto.

No debió salir al jardínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora