— Ajá... —respondí con un bostezo.

Desperté con ganas de seguir durmiendo, pero debía continuar leyendo un libro que me ayudaría con los estudios y mejorar mis calificaciones, era algo fundamental ya que servía de apoyo para comprender mejor lo que enseñan en la carrera.

Bostezo provocando que cayeran algunas lágrimas y levanto mi cabeza que la tenía apoyada en mi antebrazo, el cual estaba algo babeado. Me limpié y busqué mis gafas entre las almohadas, había olvidado quitármelas antes de dormir. Apenas me las coloqué, encendí la pantalla del móvil para ver la hora. Casi me ahogo con mi propio aliento al ver que eran...

— ¿¡Once y media!? ¿Cuánto dormí?

Me levanté con rapidez, provocando un mareo que como consecuencia fue tropezarme con mis propios pies, genial.
Solté mi coleta y me la volví a hacer ya que la anterior estaba toda desalineada, y quería estar cómoda.

Caminé con parsimonia hasta el escritorio que estaba todo desordenado, con hojas de oficio esparcidas, algún que otro folio y lápices desparramados. Entre todo ese huracán estaba el libro, con el marcador que estaba entremedio de las páginas en las que había quedado. Lo tomé y me dirigí a mi cama, me senté y comencé a seguir con la lectura.

Pero no tenía ganas de leer, quizás era porque aún no estaba despierta del todo. Así que fui a la cocina sin más remedio, me iba a preparar un café cuando me dí cuenta que el tarro estaba vacío, se había acabado.

Una opción sería: vestirme e ir hasta la tienda de conveniencia que estaba cerca y comprar el tarro de café. Pero siendo yo, y con sueño... no iré.
Abrí el refrigerador para ver si podría beber otra cosa que no fuera agua o zumo y... bingo. Leche de chocolate, realmente pensé que se había terminado.

Me conformé con aquel bebestible ya que contenía azúcar, así que aguantaría un par de horas despierta para poder avanzar con la lectura.

Saqué un vaso y abrí la tapa de la caja de cartón. Serví hasta el tope el vaso, después guardé la caja en la puerta del refri.

Estaba a punto de irme a mi cuarto, cuando escucho un ruido proveniente de la sala, exactamente pasos. En ese momento me alarmé, dejé el vaso sobre el mesón de la cocina y saqué una cuchara que estaba a mi alcance. ¿Pero que iba a hacer con una mísera cuchara de metal?

Bueno, podría lanzarme sobre el ladrón y quitarle los ojos con la cuchara. Oí en las noticias que una señora una vez le quitó los ojos a su esposo con un inofensivo servicio... Claro, inofensivo.

Los pasos se escuchaban más cerca de la cocina. Entonces comencé a retroceder con miedo, y me asusté al sentir algo detrás mío, aunque solo era un mueble. Apoyé mi mano desocupada sobre este y con la otra sostenía la cuchara. Ya estaba sintiendo como la persona entraba.

Con agilidad, me agaché y me escondí detrás del mesón. Asomé la mitad de la cabeza para ver qué hacía el ladrón, y se dirigía a mi refrigerador.
Oh no, eso sí que no. Con mi comida no señor.

Me levanté y corrí hacía el, aprovechando que el estaba dándome la espalda, salté sobre él.

— ¡Maldito roba cualquier otra cosa pero deja mi comida en su lugar! —vociferé.

La persona intentaba que me quitara encima de él o ella, pero yo me aferraba más a su torso. Para asegurarme de su sexo, llevé una de mis manos a su pecho, pero lo único que conseguí tocar fue la nada misma.

— ¡Ahh! ¡Jimin ayúdame! —gritoneó la persona.

En instantes, las luces de la cocina se encendieron y cinco chicos entraron alarmados. Unos me tomaron en brazos para quitarme del ladrón de comida.

— ¡Yeriel basta! Nadie está robando comida —exclamó Jimin con la voz agitada—. Él es el chico nuevo que invité, incluso te avisé cuando fui a tu habitación.

El chico misterioso estaba de espaldas, no podía ver su rostro. Pero apenas pensé eso, el se volteó, mostrándose.

¿Es enserio?

— ¿T-tu...? —apunté con el índice.

Ya, estaba destinada a sufrir. ¿Qué carajos hace Kim Taehyung en mi departamento?

— Esto es divertido, debí haber traído mi cámara. —comentó Yoongi, soltando alguna que otra risilla.

¿Pero qué es tan gracioso?

— ¿Se conocen? —preguntó Jimin sorprendido.

— Fuimos compañeros en la escuela.

Quería que la tierra me tragara, enserio. Nunca pensé que las cosas iban a ir tan mal para mí.

Tragué saliva y caminé hasta el mesón, dónde estaba mi vaso con leche, caminé hasta la salida de la cocina y me detuve en el umbral, sin voltearme, murmuré: — Buenas noches.

Me arrastré hasta mi cuarto, bebí el vaso de leche y me acosté. Tomé el libro, pero ni siquiera fui capaz de leerlo, así que lo dejé en la mesita de noche, apagué las luces y me acomodé para dormir. Pero ni eso logré hacer.

Pataleé tirando de las sábanas, desordenando. ¿Cómo iba poder con el nombre de Kim Taehyung grabado en mi mente?

ET IRIS (Taehyung) (sin editar)Where stories live. Discover now