XVI

2.1K 207 8
                                    

Entré por la ventana de mi cuarto para poder evitar a Danzo durante el máximo tiempo posible. Mis músculos se relajaron al entrar en contacto con mi cama, él ya me buscaría cuando precisase de mi presencia. Necesitaba todo el tiempo que pudiese tener para poder descansar, la tensión que me había provocado la discusión con Naruto había llevado mi cordura a un punto límite.

Miré el techo con detenimiento adentrándome en mis pensamientos.

No habíamos tenido una de nuestras típicas riñas, poco a poco me había acostumbrado a ellas, hasta casi podía decir que me gustaban y divertían. Pero sus palabras hirientes de esta ocasión me hundieron como nunca nadie había logrado con simples sílabas. Exceptuando a Danzo, claro.
Sé que no hice bien y que le respondí de mala manera, pero no merecía eso.

O tal vez sí...

Seguro que me lo merecía.

¿A quién voy a engañar?

Cualquier persona me odiaría. No dijo ninguna mentira, tampoco dijo nada nuevo, debería sentirme indiferente ante sus palabras. Ya me lo había dicho mi padre, ya me lo habían dicho compaleros en misiones... Pero él... Era distinto, no sé porqué, pero no podía quedarme como si nada si era él el que soltaba esas palabras.

Suspiré con intranquilidad y parpadeé seguidamente evitando que una lágrima traicionera se deslizase por mi rostro.

Ya había llorado ayer y no se iba a repetir.

Últimamente me acercaba demasiado a derrumbarme y eso me hacía sentir débil e indefensa. Ya no era una niña pequeña, ya no podía quedarme llorando en una esquina durante días si me daba la gana porque, si lo intentaba hacer, estaría muerta. Danzo acabaría con mi vida o trataría de controlar mi cuerpo ante cualquier signo de debilidad, lo que se le hiciese más fácil.

Tal vez solo tenía que aprovechar esta situación para apartarme de Naruto y, junto a él, seguro que se alejarían los demás. Puede que en un pasado le hayan tratado mal, pero ahora se nota que le adoran, no permitirían que le hiciese daño. Ni siquiere haría falta que fuese hiriente, con solo ignorarle... Solo haría faltar hacer caso omiso a sus intentos de disculparse... Pondría la mano en el fuego de que se apartarían de mí como si fuese la peor persona en la faz del universo si solamente hiciese eso.

Me costará...

Me dolerá.

Naruto se estaba convirtiendo en mi punto de apoyo pero necesito protegerle de mi padre.

Danzo debe estar al tanto de las activaciones repentinas de mi sello, no es siempre él quién lo enciende. Mi padre no estaría atento de mí todo el día, ni siquiera para torturarme. Debía de seguir una serie de directrices para no activarlo.
Además, sabe que el rubio está en mi equipo y, como castigo al continuo uso que está teniendo que hacer de mi sello, podría intentar experimientar con él. El poder del Kyubi en sus manos traería más que un problema a la aldea y no podía permitir que Naruto pasase por ninguna tortura.

No permitiré que la única persona que ha tratado de llegar hasta mí salga herido. Aunque me haya dañado con sus últimas palabras no las tendré en cuenta, el rencor no lleva a ninguna parte. Él me protegió o trató de hacerlo durante unos días y eso es más de lo que necesitaba para ganarse mi eterno agradecimiento.

Iba a ser cruel... Sabía que iba a intentar por todas las formas posibles que le perdonse pero no podía.

Dejé lo mejor que pude mis preocupaciones de lado y traté de dormir pero el insomnio recorría mis venas, era una lucha perdida y yo lo sabía perfectamente.

Mi noche se basó en mirar a la nada e intentar que mis tortuosos pensamientos se esfumasen aunque fuese un mísero segundo, acto que me fue imposible.

Sola Where stories live. Discover now