VIII

2.9K 266 27
                                    

El frío golpeó mi cuerpo de un momento a otro, ¿qué estaba pasando? ¿Dónde estaba?

Apreté los ojos con molestia y me acomodé refugiando mi rostro en un espacio un tanto mullido que se encontraba pegado a mí. Las heridas aún quemaban al estar en contacto con las vendas pero no era nada comparable al dolor que sentía antes de dormirme.

Emití un pequeño quejido notando como mi piel se erizaba, me acomodé tratando que el calor volviese a mi cuerpo y, justo después, escuché una pequeña carcajada. 'Sakura-chan parece una niña pequeña', creí escuchar.

Espera, ese es Naruto.

Espera... ¿Naruto me está volviendo a cargar?

Mierda.

Esto, definitivamente, no se me puede hacer una maldita costumbre.

Abrí los ojos y me encontré de nuevo cara a cara con mi rubio compañero, fruncí el ceño y me balanceé, intentando zafarme de su agarre. Lo conseguí tras un par de intentos y, para mi fortuna, esta vez conseguí caer bien. No me gustaría pasar de nuevo por otro momento bochornoso que incluyese al ojiazul de por medio.

Con mis dos pies ya en tierra firme miré a mi alrededor extrañada, estábamos en las calles del centro de Konoha y la luna se cernía ante nosotros. Nos encontrábamos cerca del parque donde se hallaba el gran cerezo, lo observé y me fijé en sus hojas que estaban siendo arrastradas por el viento. Mi cuerpo fue azotado por un escalofrío, mis músculos se quejaron. Debería haber sido más cuidadosa al precepitarme hacia el suelo.

-Sakura, ¿estás mejor? ¿Qué te pasó?- dijo Kakashi mirándome fijamente. Desvíe la mirada.

Venga, Kakashi, no le des la razón a Danzo.

Retuve el aire en mis pulmones y llevé mi mirada a su rostro.

Él no estaba preocupado por mí...

Sus ojos no emanaban la misma esencia como hacían los de Naruto. No estaba pensando en cómo me encontraba. Me estaba interrogando, desconfiaba de mí... Se notaba en su rostro, se notaba en su tono de voz, se notaba en todo...

Mi padre me lo había advertido pero supongo que el humano es necio por naturaleza y, lejos de evitar los errores inmanentes a mi especie, había creado la falsa idea en mi subconsciente de que eso no podía estar ocurriendo.

Pude ver por el rabillo del ojo a Sai que cruzó sus brazos al notar mi mirada sobre él. Haían hablado de mí antes, habían hablado cosas negativas... Aprovecharon que estaba algo apartada... ¿Hablaron sobre cómo les iba a traicionar?

Tragué saliva con dificultad y apreté los puños.

Naruto se mantenía con una sonrisa sin darse cuenta de lo que realmente querían decir las palabras de su sensei. Estaba tranquilo, esperando escuchar mi respuesta.

Clavé las uñas en las palmas de mi mano con fuerza, no la suficiente para atravesar la piel, y volví a llevar mi mirada al único ojo visible del peligris. Se tensó pero disimuló ese hecho segundos después. Fue un ANBU, sabe ocultar bien las cosas.

-¿Qué más te da?- dije bruscamente y comencé a caminar sin rumbo fijo, solo quería alejarme de él, solo quería alejarme de ellos.

-Sakura, somos tu equipo, puedes confiar en nosotros- sonrió ampliamente Sai.

-¡Sois unos malditos hipócritas! - dije sintiendo mi sangre hervir- Al menos si van a acusarme de algo díganmelo directamente a la cara. ¡No me preguntéis por mi salud si lo único que queréis es saber cuando os voy s traicionar! - grité notando como la sangre se deslizaba entre mis manos debido a la fuerza que ejercían mis propias uñas sobre mis palmas.

Sola Where stories live. Discover now