+ T R E C E +

112 16 0
                                        

《♤》

Caminaste hacia las accesorias. Vacilé ante tu coche, me asomé por la ventanilla para ver si habías dejado las llaves adentro. Al apoyarme en la puerta me manché la ropa de anaranjado. Debajo de ese polvo, el coche era blanco. Había manchitas de óxido alrededor de las ventanas, un tambo de gasolina o algo similar en el asiento de atrás y una prenda de ropa arrugada adelante, bajo el tablero había dos palancas de velocidades. Apoyé la mano en una de las llantas gordas, que estaba caliente.

 Cuando te alcancé, parecías aburrido.

- No sé por que lo sigues intentando --dijiste--. No hay salida.

 Sacaste una llave del bolsillo de tu pantalón y te subiste al cajón enfrente de la primera accesoria. La llave hizo un ruido metálico al entrar en el cerrojo. Hiciste una pausa antes de abrir la puerta.

- No quiero que entres si no estás listo --dijiste con voz firme.

La puerta se colgó un poco sobre las bisagras cuando la abriste. El interior estaba oscuro y se veía vacío. Podía distinguir algunos objetos entre sombras, pero nada más. De pronto, ya no quise entrar. Me paralicé, mi respiración se aceleró. Te vi matándome allí dentro, en esa oscuridad... y dejando mi cuerpo pudrirse. Además tenías una sonrisa en la cara, como si eso quisieras hacer.

- No sé... --empecé a decir, pero rápidamente me agarraste de los hombros y me llevaste hacia adentro.

- Esto te va a gustar --dijiste.

 Empecé a gritar. Me apretaste más y más, estrujándome con esos brazos fuertes y delgados. Forcejeé contigo, traté de zafarme. Pero tus brazos estaban sólidos: como si de una correa se tratara. Me arrastraste al interior. Estaba demasiado oscuro.

- ¡No te muevas! --gritaste--. Quédate quieto. Lo vas a destruir.

 Te mordí el brazo, te escupí. De alguna manera me solté y caí al suelo, pegándome fuerte en la rodilla. Me agarraste del hombro y me empujaste hacia abajo, usando toda tu fuerza para mantenerme allí.

- ¡Que no te muevas, dije!

Estabas histérico, tu voz al límite. Arañé el piso, tratando de agarrar algo, tratando de arrastrarme.

- No me lastimes --grité.

Lancé un golpe. Mi puño conectó con algo. Diste un grito ahogado. Y luego, me soltaste. Me levanté a tropezones y corrí hacia donde creí que estaba la puerta.

- Ya para... ¡Para!

 Tropecé y volvía caer al suelo. Había algo húmedo y pegajoso en mis palmas, justo donde había aterrizado. Caminé a gatas por medio. No terminaba. Todo el piso estaba mojado. Y luego había otras cosas... cosas duras, cosas filosas, cosas que me rasguñaban las piernas. Había bultos suaves de tela. Se sentía como ropa, la ropa de los otros chicos que quizá mataste allí. La cosa pegajosa ya me llegaba a los codos. Se sentía como sangre. ¿Me habías pegado sin que me diera cuenta? Me toqué la frente.

- ¡Alto! ¡Por favor, Jimin, te lo pido, sólo quédate donde estás!

Yo estaba llorando y gritando, tratando de escapar. Tú también gritabas. Podía oírte dando tumbos por todo el cuarto, persiguiéndome. En cualquier momento sentiría el cuchillo en el hombro o un hacha cortándome la cabeza. Una y otra vez subía la mano para revisar si ya tenia alguna herida. Me tocaba la garganta. No sabía dónde estaba la puerta. Me deslicé por el piso, palpándolo, buscando desesperadamente algo con que defenderme. Mi zapatos se resbalaban en lo mojado.

Entonces abriste las cortinas. Y lo vi todo.

  《♤》  

○   ○   ○   ○   ○   ○   ○   ○   ○   ○

¡Hola! 

Perdón por tardarme siglos, he estado ocupada con trabajos y algunos problemas, pero estaré actualizando más seguido, probablemente más a media noche.

Por favor, denle mucho amor a la historia. :3


Lost In A Lie -《Yoonmin》Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang