Opuestamente iguales (Cdm yaoi)

Epílogo

Las vacaciones de verano eran lo mejor que le podía pasar al estudiante promedio que al año siguiente volvería a la misma rutina.
Bueno, esto no le pasaba a Armin ya que él no volvería a hacer lo mismo que ha hecho en los últimos 4 años de su vida adolescente. Estaba muy estresado con los cambios que sí o sí tendría que experimentar, incluso si recién hace dos semanas habían comenzado las vacaciones y le quedaban dos meses llenos de ocio.

Sucrette sabía que Armin era de los que se angustiaban por los cambios bruscos y que Alexy lo único que quería era deshacerse de su hermano y trabajar como mesero en quién sabe dónde para pagar toda la ropa y los CDs que se iba a comprar.

Y, como buena amiga, organizó una "junta de chicas y Armin".

El pelinegro no se lo tomó muy en serio, no le importaba mucho juntarse con Suqui y sus amigas, pero realmente creía que era una broma una exageración.

Hasta que vio el cartel de "Junta de chicas y Armin" en la entrada de la casa de Laeti, quien muy amablemente se sacó casa.

Todavía no tocaba a la puerta, aún tenía tiempo de escapar e inventar una excusa. Pero Suqui fue más rápida.

— ¡Armin, cariño! Te estábamos esperando.

El nombrado casi grita de la sorpresa que se llevó al ver a su amiga pegada a la ventana viendo cada movimiento del pelinegro desde dentro de la casa.

Finalmente no tuvo más remedio que entrar y fingir que no había tenido un momento de vacilación.

Sucrette lo llevó al patio trasero donde estaban todas sentadas en el pasto que, por cierto, se veía suave y cómodo. Aunque no era realmente "todas", sólo las buenas amigas: Rosa, Violeta, Kim, Laeti e Iris. Habrían invitado a Amber, pero Rosa se negó.

Todas saludaron a Armin felices, hace mucho que no tenían noticias de él.

Mientras Armin se instalaba entre ellas, las chicas seguían su conversación, o sea "chicos y novios".

— Justo estábamos hablando de nuestros novios —. Le decía Laeti a Armin, la chica ya sabía hace un tiempo sobre las relación de Armin con Lys.

— Es que no puedo creer las coincidencias que tenemos a veces. —. Se reía Iris.

— Si igual es verdad, como que nos nace del alma hacer ciertos "rituales" con los chicos. —. Rosa era la que más tiempo llevaba en una relación.

— ¿Como "rituales"? —. Preguntó Armin con curiosidad.

— Te contamos, pero no le digas a  nadie, ¿dale? —. Esta vez habló Su.

— Ya me están dando miedo, cuenten.

— Son hartas cosas, pero de partida es cuando tenemos "inseguridad" sobre nuestras parejas e intencionalmente los "afeamos". —. Laeti habló un poco apenada.

— Es que, mira, no nos mires mal ¿ya? Pero es una lata que te anden mirando el chico aun cuando está saliendo contigo. —. Sucrette trató de excusarse, pero Armin no estaba entendiendo demasiado todavía.

— Pero ¿cómo los "afean"? —. Habló divertido.

— Por ejemplo.. Ay, es que en serio te pego si le dices a alguien porque es la "táctica legendaria". —. Amenazó Rosa.

— Ya, si igual me conviene escuchar.

— Bueno, por ejemplo yo que tengo de novio a Dake. Es super deportista entonces siempre anda exhibiendo su físico y todas las minas babean por sus abs.

— Debo ser honesto, Laeti, hasta yo me lo he sabroseado.

— ¿Viste? —. Se rió con todas las chicas que escuchaban atentas.— Bueno, yo lo presiono para que vaya a comer conmigo y así cagarle el físico y que se ponga fofo para que ni una maldita ¡estúpida escuincla babosa! —. Se exaltó, pero al instante trató de controlarse.— lo vuelva a mirar como si se lo fuera a comer. —. Terminó de hablar.