C.4

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Salí corriendo a toda prisa de la sala, no puedo creer lo que hice, si seré idiota.

Armin de seguro no querrá verme a la cara, y yo no soy bueno para inventar excusas tan creibles.

Dejé de correr cuando llegué a los baños, entré a uno de ellos y cerré la puerta.

Ahora me siento tan mal de haber dejado a Armin solo, qué idiota, no pude haberla cagado más.

No sé qué hacer, ya pronto será hora de salida.

¿Por qué quería besarlo?, aunque yo no sea gay, tampoco es que alguna vez me haya fijado en una mujer, todo mi romance en mis letras venía por el amor de la naturaleza o alguna situación, incluso una vez me inspiré en un plato de comida.

Entonces, si nunca he experimentado la atracción humana, ¿cómo mi cuerpo se movió sin que yo quisiese?, no estoy asustado, no dudo de lo que siento, dudo de si lo que hice está bien.

¿Armin se habrá dado cuenta?, es obvio que sí. Siento que mi corazón es aplastado por mis costillas, he sentido esto antes, estoy preocupado, preocupado por haber encontrado algo y haberlo perdido por mis propios instintos.

Salí corriendo del baño, otra vez, tenía que verlo, tenía que recuperarlo, no puedo creer que ésta sería la primera vez y la última vez en que tuviese estos sentimientos, no voy a dejar que mi inspiración desaparezca, no puedo dejarlo ir.

Armin...haré todo lo posible por mantenerte cerca.

Llegué directo a la sala, donde lo vi por última vez antes de correr patéticamente.

No estaba, no había nadie, todos ya se habían ido, miré la hora en el reloj que colgaba de la pared, había estado 20 minutos pensando en ese baño.

Mi pulso estaba agitado por correr tanto, me senté en la silla que Armin había ocupado, saqué mi libreta para escribir algo.

Sentí cómo la brisa arrastraba pequeñas hojas de flores  por el suelo del patio, me había sentido feliz aquella vez, no puedo creer que la primera vez en que me fijo en alguien y haya sabido tan poco de él.

Cogí un lápiz que estaba en el suelo, observé bien que era de Armin, ya que además de llevar su nombre en un costado, el diseño era de mario, un nombre que decía seguido, al principio no supe de qué hablaba hasta que vi una imagen de la caricatura.

Con el mismo lápiz comencé a escribir.

Frustración, desesperanza y un poco de angustia comían en una meza para una persona, disfrutaban, las tres, un plato, una comida, una persona. ¿Qué es ésto?, se supone que yo era inmune a esas sensaciones, se supone que yo tenía pensamientos sólo para la luna, sin embargo, ellas disfrutan comiéndose mi cabeza, al darme cuenta  de que soy humano.

Vuelvo a sentirme débil, escaparía de no ser que antes de probar del temor, me quedé en un pedazo de cielo, me quedé en sus ojos, los ojos de otro humano, los ojos que están vivos y viven para que yo los mire.

Siento miedo ahora que no está, se acabó aquella sensación, y en su lugar queda una nostalgia y un terror profundamente clavado en mi ser.

He perdido la cabeza, me han comido entero estas sensaciones, confieso que no tengo la más mínima idea de qué hacer, estoy perdido  en tus ojos y perdido sin tus ojos.

- ¡Lysandro! -. Castiel abrió la puerta gritando.

- ¿Pasa algo? -. Pregunté mientras guardaba mi libreta en mi mochila, ya me había acostumbrado al mal humor de Castiel estos días, claro que él aun no me decía lo que pasaba, pero le daría su espacio aunque éste ni siquiera se moleste en darme el mío.

- ¡¿Cómo?!, ¡¿No te acuerdas?!, ¡te he estado esperando por 30 minutos para que llegues a ensayar conmigo!

- Lo siento, se me ha olvidado por completo.

- Lo noté, toma tus cosas y vamos -. Me tomó de la muñeca arrastrándome por la sala.

- ¿No tenías castigo en la sala de delegados? -. Sentí a Castiel tensarse, ¿Qué le pasa? De seguro se habrá peleado con Nathaniel.

- Se me había olvidado...- Me dijo sin siquiera darse vuelta. - ¡Vete a casa! -. Me soltó y se fue corriendo a quién sabe dónde.

Me quedé unos segundos pensando en lo que debería hacer ahora, quizás deba hablar con Armin mañana y aclarar las cosas.

Salí del salón ya listo y caminé hasta el centro comercial, hoy me tocaba ayudar a Leigh.

Al llegar dejé mis cosas debajo del estante de mi hermano y lo busqué con la mirada en la gran tienda de ropa que tenía.

De pronto unos cabellos azules llamaron mi atención, era el hermano de Armin quien estaba hablando con Leigh.

Me acerqué hacia ellos.

- ¡Hola Lys! -. Me dijo energético, Alexy.

- Hola chicos, ¿les ayudo en algo? -. Dije viendo lo que hacían, Leigh siempre ayudaba a Alexy a buscar prendas, ya que ellos se llevaban bastante bien porque Alexy era un cliente frecuente e iba a mi instituto.

- Estamos bien, ¿podrías atender la caja mientras yo ayudo a Alexy? -. Dijo mientras le revolvía el cabello al chico.

- Está bien, pero Alexy...

- ¿Sí?

- Dile...a tu hermano que le mando saludos -. No esperé una respuesta y me fui de ahí, sentía mi cara ardiendo, nunca le había hablado de una manera tan confianzuda a Alexy, y nunca pensé que sería por hablarle a su hermano.

Me senté en la silla en frente del mesón donde se hallaba la caja. Pasó una media hora y comenzaba a llegar la gente, entre ellos, algunas personas del instituto y gente de la edad de mi hermano.

Comencé a pensar en lo que le diría a Armin, y me di cuenta de que sería más complicado de lo que imaginaba.

No es que le diga mis sentimientos por él, puesto que ni yo mismo sé lo que siento, sólo se que siento algo grande y que me dañaría bastante si se aleja, pero no quiero sonar como si lo estuviera obligando, debe haber un modo más fácil de decir las cosas, y para eso necesitaba ayuda.

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Holaaaa mis zapallos!!!! Todavía tengo falta de inspiración,  pero les digo un spoiler???? Si?????

Armin muere y vendo mi novela a una tele serie mexicana!!!!

Naaaaaa mentira!!!

Próximo capítulo será Castiel X Nath.

Se despide=

A62.

Opuestamente iguales (Cdm yaoi)Where stories live. Discover now