C.30 Secretos.

4.6K 470 190
                                    

La semana tenía sus pros y contras, así como las cosas que hacía Lysandro a solas. Se lo tomó bien, después de todo, ese sueño no era nada por lo que debería alarmarse...

¡¿A quién quería engañar?!

Se sentía terrible, culpable, morboso. No era una justificación válida que todos los hombres hagan ese tipo de cosas. Sentía que se estaba volviendo loco al imaginarse a un Armin tan pervertido, un muy lindo y tierno y perfecto y sexy Armin pervertido.

Desgraciadamente, estaba siempre entre negar y asumir que quería hacer ese tipo de cosas con su novio. Por eso, su libreta se comenzó a llenar de ese tema, echó a volar su imaginación en todo lo que refería a Armin, lo que irónicamente hizo que dejara de pasar un poco de tiempo con él.

- ¡Lysandro! -. Armin chasqueó los dedos frente a él.- Oye, deja la libreta un momento. -. Ambos estaban sentados a la sombra de un arbol, era la única forma de que Armin saliera, necesitaba sombra para poder ver sus videojuegos.

Lysandro estaba muy apenado, quería irse a casa lo más pronto posible. Justo en ése momento estaba escribiendo cosas muy subidas de tono en su libreta, sintió que se sonrojaba de inmediato. Si un día Armin descubriera de qué trató el sueño que ha tenido con él, quizás nunca más vería a su novio.

Entonces ya casi no podía verlo a la cara. A veces con un simple abrazo podía sentir miles de emociones, y eso sólo hacía que recordara aquel sueño tan poco victoriano.

La única solución que tenía, era mantener un mínimo de distancia con Armin y desahogarse en sus propios poemas, al menos hasta que deje de sentirse horrible por ese sueño.

- Lo siento -. Dijo Lysandro sin poder mirarlo, y dejó la libreta a un lado.

Armin se preocupaba cada vez más de lo que le pasaba a Lysandro, no entendía por qué había dejado de verlo a los ojos.

Pensaba siempre lo peor, al menos, eso ayudaría a superarlo más rápido. Armin no podía dejar de lado esa sensación de que algo malo ocurriría, quizás no sería nunca lo suficiente para Lysandro. Sentía que había tenido tanta suerte al encontrarlo, que ahora no le quedaba suerte para nada. ¿Y si lo dejaba? Él no haría nada para detenerlo. Para él era mejor comenzar a pensar lo peor, así podría enfrentar las cosas estando preparado.

Veía a Lysandro cada vez más perdido, ya no lo miraba como hace unos días, sólo mantenía la cabeza en su jodida libreta cuando estaban juntos.

Le preguntaba siempre que encontraba la ocasión para hacerlo, ¿en qué piensas?, ¿estás bien?, ¿por qué estás así?, y nunca había una respuesta satisfactoria, sólo excusas, excusas muy malas.

Entonces, sin ninguna respuesta buena, Armin se hacía sus propias preguntas: ¿en serio planeaba dejarme a pocos días de ser novios?, y ¿qué podía hacer él contra eso?, ni siquiera le decía cuál era el problema, ¿cómo le podía ayudar?

Lysandro se iba mientras decía que tenía que ir a hacer algo, Armin sólo lo veía.

Ya iban tres días en donde no pasaban más de 10 minutos juntos, veía cómo Lysandro se inventaba excusas raras para irse del lugar, veía su ceño fruncido y cada vez más serio, veía cómo su mirada se apagaba con pensamientos. Claro que siempre hizo esas cosas, pero ahora parecía que vivía ensimismado.

Y Armin se moría de ganas por preguntar, pero ¿qué pasa si quería terminar con él?, que no le gustaba en serio, que fue un juego, o sí le gustaba, pero cuando lo conoció bien, se resolucionó.

Armin se fue del sitio, no quería seguir estando afuera, quería encerrarse en su habitación y no salir nunca más. Sabía que estaba siendo egoista, que quizás él no era precisamente el problema, pero necesitaba desahogarse con algo.

Opuestamente iguales (Cdm yaoi)Where stories live. Discover now