Opuestamente iguales (Cdm yaoi)

C.35 Su lado "tierno".

¿Dejarlo ahí tirado o despertarlo?

Nah, ¿a quién le importa Castiel?

Simplemente lo ignoró, pasó de largo al estante para dejar sus cosas y ponerse a trabajar. Pero cuando se estaba devolviendo, no pudo evitar echar una mirada hacia atrás, viendo cómo Castiel se removía incómodo en el sofá.

Dejó los papeles sobre la mesa y caminó nuevamente hacia Castiel.

¿Sería buena idea?, ¿no lo despertaría así?

Aún así, Nathaniel moría por besarlo.

Se acercó a su rostro y le dio un suave toque en la mejilla con sus labios. Sintió sus mejillas sonrojarse y un poco de vergüenza de sí mismo. Pero ni con toda la vergüenza y pena del mundo, lograría quitar esa sensación de satisfacción al ver cómo Castiel sonreía un poco.

Tomó nuevamente las hojas y una carpeta con un lápiz, y se sentó al lado de Castiel, él mismo lo acomodó sobre su regazo para después comenzar el trabajo pendiente.

Pasó cerca de media hora hasta que el sonido del timbre despertó al pelirrojo, éste abrió los ojos un poco desorientado. Nathaniel no se había dado cuenta de que Castiel ya estaba despierto, seguía enfrascado en algunos formularios de la directora. Y Castiel despertó completamente al sentir su cabeza sobre el regazo de alguien, observó confundido hacia arriba para encontrarse unos papeles que le tapaban la vista.

Los formularios de Nathaniel cayeron al suelo, Castiel los había apartado con un movimiento rápido, y Nathaniel ni siquiera se había movido cuando vio como los papeles caían.

- Estaba ocupando eso... -. Habló aún con su mirada concentrada en los formularios esparcidos por el suelo.

Castiel estaba sorprendido, no había hecho más que mirar a Nathaniel con la boca abierta, creía que no vendría, que daría alguna excusa tonta para no verlo, o que simplemente al llegar no le hablaría.

Pero ahí estaba. Con él.

- ... -. Nath se decidió a bajar la mirada para verlo.- Tienes la boca abierta. -. Rió de forma suave para cerrarle la boca con su mano.

A Castiel se le calentaron las mejillas al punto de sonrojarse. Desvió la mirada con una sonrisa en so boca, se acomodó mejor sobre sus piernas, y rodeó su cintura con los brazos.

Nathaniel comenzaba a acariciar sus cabellos cuando escuchó la puerta abrirse, de un empujón dejó a Castiel en el suelo mientras se paraba del sofá.

Escuchó un quejido por parte del pelirrojo, pero hizo caso omiso y caminó hacia la puerta para ayudar a Melody con unas cajas que cargaba.

Sintió cómo la punta de una de las cajas se enterraba en una herida de su abdomen; y rogó a la PDI, a la policía, al café amargo y a los gatos que no se le ocurriera a ésta sangrar.

Nadie notó su mueca de dolor, no alcanzó ni a durar medio segundo antes de cambiarse por una sonrisa.

Melody agradeció la ayuda sin siquiera mirar a Castiel, quien aún seguía en el suelo. Ella se había equivocado, quizás sería su forma de recompensar sus actos, simplemente quería olvidar sus sentimientos por el rubio, ya lo había intentado todo, no había nada más que se le ocurriera para enamorar a Nath.

Nathaniel se quedó a solas con Castiel, nuevamente.

Llegó hasta él para ayudarlo a levantarse, recibiendo un gruñido como protesta, Castiel se había quedado dormido en el suelo.

- ¿Acaso no dormiste? -. Le pregunto intentando que no se notara el tono preocupado que tenía. Si había algo que odiaba Nathaniel, era la cursilería, y Castiel aunque usted no lo crea, era horriblemente cursi.