Prólogo

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— ¿Y qué haremos?—pregunto un niño azabache.

—No tengo ni idea... Estoy abierta a sugerencias...—respondió una niña rubia.

—Mm... ¿Y si los encierros en el armario?

— ¡Sí! Es ya buena idea... Los encerramos, se hacen novios, después de casan y si tenemos suerte, tal vez tengamos un hermanito en unos años.

— ¡Sí! Es un gran plan... ¿Cuándo los encerramos? ¿Y en qué casa? ¿La tuya? ¿O la mía?

—Mm... Buena pregunta... Rayos... Esto es más difícil de lo que pensé...

—El tío Reborn no creo que nos quiera ayudar... Así que no puede estar presente cuando lo hagamos, así que no puede ser en mi casa... ¿Qué sea en fin de semana?

—Pues eso solo deja la mía... Si, este fin de semana. Mientras más rápido mejor. ¿Pero cómo haremos que tú papá vaya a mi casa?

—Le diré que tenemos que hacer un trabajo en parejas y que nos pusimos de acuerdo en ir a tú casa porque tú tienes los materiales necesarios realizarlo ¿Qué tal? ¿Buena idea?

—Sí, muy buena idea... Ya tenemos todo resuelto. Te encargas de llevar a tú papá a mi casa. Yo le diré a mi padre que ustedes irán. Asegúrate de que solo vallan ustedes dos. Si tú tío va, nuestro plan de verá arruinado. No estará de acuerdo con que los tratemos de unir.

—Lo sé. Sólo iremos los dos. Cualquier cambio te avisaré.

—Ok. Ya está todo arreglado. —dos celulares comenzaron a sonar, los dos revisaron el mensaje que les llegó y guardaron su celular después de leer el contenido—Me tengo que ir, mi tío Fon ya llegó por mí.

—Yo también me tengo que ir. Te llegaron por mí.

—Ok. —el niño comienza a alejarse de ella— ¡Espera!—lo detiene la niña.

— ¿Qué?

—No crees que es gracioso.

— ¿Qué cosa?

—El hecho de que antes casi medio nos matamos y ahora estamos uniendo fuerzas para unir a nuestros papas.

—Tienes razón. Antes quería arrancarte cada cabello rubio que tienes, y ahora ya te veo como una hermana menor.

—Mayor. Hermana mayor.

—Yo soy el mayor.

—No, yo.

—Pero si tú eres menor que yo, ¿Cómo vas a ser la mayor?

—Y eso que, YO soy más fuerte, YO soy la de las ideas geniales, y YO soy la más inteligentes de los dos.

—Jajaja. Esos crees tú. YO soy mejor que tú.

—Claro que no... Eso soy yo, yo soy mejor que tú.

— ¡Que no!

— ¡Que sí! Bueno ya, basta de peleas... Ya me están esperando y no quiero hacer esperar a mi tío Fon, eso lo veremos después de que seamos hermanos oficialmente.

—Bien, solo por qué no quiero que mi tío Reborn me regañe. Pospondremos esta discusión.

—Nos vemos, mañana.

—Hasta mañana. Al rato te confirmo la hora en que iremos a tu casa.

—Ok.

Ambos niños se separan, para reunirse con sus respectivos tíos.

Por su lado, el azabache se reunió con Reborn, el cual ya estaba desesperado por esperarlo demasiado tiempo (según él, pues solo se había tardado alrededor de 5 minutos de la hora que sale de clases).

— ¿Por qué te tardaste tanto?

—Estaba poniéndome de acuerdo con mi compañera de proyecto.

—Hmp. Como sea, súbete al carro.

Ambos se subieron y Reborn puso el carro en marcha.

— ¿Y cuál es tú trabajo?

— ¿Eh? Eh... Pues... Ya sabes, los proyectos que dejan al final del curso—no era muy bueno mintiendo, había sido educado de tal forma que nunca mintiera y siempre dijera la verdad. Pero en esa ocasión no podía decirla, si lo había, todo el plan que había formado junto con la rubia, se vendría abajo.

—Eh... Así que proyecto, y supongo que se tendrán que reunir.

—S-Si... Mañana, en su casa.

—Ya veo, yo te llevaré. ¿Cuál es la dirección?

—¡¡No!! ¡No es necesario! Le diré a papá que me lleve... Así aprovechamos y después de hacer el trabajo vamos a ver una película o algo así, algo solo entre los dos.

— ¿No hay ninguna razón en particular por la no quieras que yo vaya, o si?

—No, claro que no... Sólo quiero pasar un tiempo a solas con mi papá.

—Hmp. Entiendo. —Reborn no está convencido, pero lo deje pasar. Realmente esos dos necesitaban pasar tiempo a solas.

Mientras tanto, algo similar le pasaba a su cómplice.

—Así que ira tu compañero de clases a la casa a hacer un trabajo...—concluyó Fon después de que escuchas la situación.

—Asi es. Mañana irá, espero que no sea una molestia.

—No, para mí no lo será, pero... No sé qué diga tú padre. Sabes que no le gusta que desconocidos vayan a la casa.

—Lo sé, ¡pero estoy segura que le gustará la visita!

Fon la miró desconfiado. ¿Gustarle la visita de herbívoros molestos?

—Te lo aseguro tío. Le encantará.

—Solo espero que no sea uno de tus locos planes en el que más de uno sale herido.

— ¿Qué clase de imagen tienes de mí? Si yo soy un angelito que cayó del cielo para hacer el bien en este mundo.

—Sí, claro, un angelito desterrado del cielo por ser un demonio disfrazado de ángel.

— ¡Oye!

—Solo bromeó. No hagas locuras. Mañana no estaré en casa, así que estarán solos tu padre y tú, y tus invitados.

—Sí. Entiendo.

—Y no hagas enfadar a tu padre.

— ¡¿Yo?! ¿Hacerlo enfadar? ¿Cuándo?—puso carita inocente, que no rompe ningún plato, pero en realidad romper toda la vajilla.

—Jajaja.

—Hmp, carnívoro molestó—y era esos momentos, en los que sabía que si era hija de Kyoya y no era adoptada. Siempre molestaba a todos y era toda una sádica (y eso que solo era una niña, no quería ni imaginarse cómo sería de grande), y era una habladora cuando alguien le agradaba, contrario a Kyoya que no era muy hablador.

Se cruzó de brazos y desvió la mirada. Odiaba que se burlaran de ella.

Pero eso no arruinaría su felicidad. Con ayuda del azabache, juntarían a sus padres y serían una familia. Eso la ponía de un buen humor. Sólo esperaba que todo saliera bien, pues el papá de su cómplice le agradaba y, como diría su padre, era un carnívoro interesante. Al igual que su hijo.

Nunca había conocido a alguien (fuera de su familia) que fueran fuertes y aguantaran darle una pelea (pues era igual que su padre en ese ámbito). Y eso le agradaba demasiado. Si todo salía bien, pronto serían una familia.

¡Uniendo A Nuestros Padres!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora