Solo somos dos

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Hipo, toco ligeramente el cuerpo de la chica, con la punta de su dedo índice, y rápidamente alejo su mano, por el temor que le causaba el pensar en la reacción que tendría la joven al ver que él no hizo nada para detener a Drago.

El cuerpo de Astrid no se movió, y esto, preocupo bastante a Hipo, el que, con los nervios de punta, se acercó nuevamente al cuerpo de la joven. Con mucho cuidado, posó su cabeza en el pecho de esta, para oír su corazón, afortunadamente, este aun palpitaba, débilmente, pero lo hacía. Emocionado, Hipo tomo el cuerpo de Astrid, e intento levantarlo, pero sus débiles brazos no le permitieron llevar a cabo tal tarea. Preocupado por salvar la vida de la chica, busco con la mirada algo que le pueda ser de utilidad, a su derecha, divisó, unos trozos de madera, y unas cuerdas, que seguramente, pertenecían a una red de pesca. Hipo, se levantó, dejando por un momento el cuerpo herido de Astrid y camino hacia los escombros, en los que se encontraban los materiales útiles. Con toda la fuerza que sus brazos le permitían, saco el trozo de madera y las cuerdas de la montaña de escombros, y los llevo hacia el lugar en el que se situaba Astrid.

Por unos instantes, Hipo, miro el cuerpo herido de la muchacha rubia y no pudo evitar sentir una extraña sensación, era como si un centenar de mariposas recién salidas del capullo, volaran en su estómago, este cosquilleo rápidamente se transformó en una sensación asfixiante, la que, se detuvo cuando Hipo, con sus manos delicadas, subió a Astrid al trozo de madera, y la ató, lo suficientemente fuerte para que no se caiga, a la tabla, que se había transformado en un rustico trineo.

El joven castaño, tomó el trozo de cuerda que sobro y lo amarro a la tabla que sujetaba el cuerpo de Astrid, hecho esto, tiro de la cuerda recién atada, para arrastrar a la muchacha gravemente herida a un lugar seguro. El único lugar que permanecía en pie era el gran salón, así que Hipo, decidió llevar a la chica a ese sitio.

Al ocultarse el sol, el frio invadió cada rincón de la desierta isla de Berk. Hipo, quien había permanecido toda la tarde curando los brazos quemados de Astrid, se alejó por unos momentos de la muchacha, para darle combustible a la fogata que hace horas atrás él había encendido, hecho esto, Hipo volvió a sentarse junto a Astrid. La muchacha dormía profundamente, con los labios entreabiertos y con las mejillas ligeramente ruborizadas, características que le daban un aspecto tierno. Hipo, no podía evitar pensar en lo bella y vulnerable que se veía la chica; y sin poder controlar sus impulsos, acerco su mano derecha al rostro de Astrid, para tocarlo suavemente.

Los ojos de Astrid se abrieron de golpe al sentir que unas manos frías y esqueléticas tocaban su rostro, con sus ojos brillando por el miedo, subió la mirada para observar a la persona que se había atrevido a tocar su cara sin su permiso. Hipo, la observaba con una sonrisa nerviosa, y con las manos juntas, a metros de distancia se podía observar que el miedo había invadido por completo al joven de mejillas pecosas.

—¡¡¿QUE PASO?!! — preguntó Astrid, sentándose, para mirar hacia todas direcciones, con el ceño fruncido.

— Se fueron...— respondió Hipo nervioso, mientras se arrastraba hacia atrás, para alejarse de la enfurecida Astrid.

—¡¡¿COMO QUE SE FUERON?!! — gruñó Astrid, poniéndose de pie, sin darle importancia al dolor que le provocaban las quemaduras.

— Pues sí, todos se fueron, se llevaron a todos los berkianos sobrevivientes y...— Hipo detuvo sus palabras al ver que Astrid corría hacia las afueras del gran salón. Preocupado por la chica, el joven castaño se puso de pie rápidamente y corrió para alcanzarla.

Astrid, al sentir a Hipo cerca de ella, acelero el paso, y logro salir del gran salón. Dejando de lado el dolor y el cansancio, corrió hacia el lugar en el que Drago había ahorcado a su madre, quería asegurarse de que tal escena había sido real.

El cuerpo de la madre de la joven yacía en el suelo, junto a ella se encontraban otros cuerpos, de algunas mujeres y niños que no habían sobrevivido a la golpiza de los invasores. El cuerpo de Astrid no resistió y tampoco lo hizo su mente, sin que ella pueda evitarlo cayó de rodillas y las lágrimas se escaparon de sus ojos.

Hipo logró alcanzar a Astrid, y al verla arrodillada, con la vista perdida y con los ojos inundados en lágrimas, caminó hacia ella, y rodeó su cabeza con sus brazos suavemente. Astrid no supo cómo reaccionar, su vista siguió perdida, sus pensamientos seguían atrapados en el momento de la muerte de su madre. De repente, recordó una llama, la bola de fuego que le había impedido detener al invasor. Un calor intenso la invadió, la ira se había vuelto a apoderar de ella, causando que perdiera todo el control que tenía sobre su cuerpo; como una bestia salvaje, mordió sin piedad el delgado brazo de Hipo.

Asustado por la repentina acción de Astrid, Hipo retrocedió bruscamente, tan torpemente que tropezó con el cuerpo de un niño que yacía muerto a sus espaldas. Cegada por la cólera, Astrid salto sobre el delgado muchacho, y comenzó a golpearlo con todas las fuerzas que su cuerpo tenía en ese momento. El corazón de Hipo latía agitado, jamás había sido golpeado con tanta brutalidad, ni siquiera por su padre, cuando se molestaba con él, intentaba esquivar los golpes de Astrid o quitarla de encima, pero era imposible, incluso en esas condiciones, la muchacha era bastante más fuerte que él, desesperado, solo atinó a hacer una sola cosa que, podía detener a la chica o causar que esta se molestara mucho más. Preocupado por su vida, Hipo tomó el rostro de Astrid entre sus manos y rápidamente acercó sus labios a los de la chica, juntando sus bocas en un repentino y a la vez cálido beso.

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disculpen la tardanza, pero estoy repasando para la PSU, los de Chile sabrán que es eso :) 

espero les guste mucho el cap, lamento que sea corto, pero quería dejar la tensión, y....¿como creen que reaccionara Astrid? ¿estará la vida de Hipo en peligro? 

por cierto, lamento el haber puesto fanservice, pero como es hiccstrid tenía que tener no? 

muchas gracias a los que leen, votan y comentan, espero comenten y continúen leyendo esta historia.

sin mas que decir, me despido

hasta el proximo cap! 

Corazón de hierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora