-Sakura-chan- dijo en un susurro y frunció el ceño a la vez que se colocaba en el hueco que quedaba para proteger al constructor- No seas tan dura conmigo fren-te-zo-na.

Le ignoré, suerte tenía de que estuviese el enemigo delante, sino ya estaría muerto.

¡Odio esas bromas! ¡Las odio!

Apreté mis puños y suspiré con frustración y enfado. Un día de estos le acabaría matando.
Le dirigí una mirada de advertencia y observé cómo se tensaba. Reí internamente, cobarde... No podía simplemente ignorar su burla, no estaba en mi carácter comportarme así y no era algo que tuviese pensado tratar de cambiar.

Lo intenté... Lo intenté.

-Kakashi, ¿sabes qué? Ahora sé que no puedes ver el futuro. Jugaste con mi mente pero, al fin y al cabo, sigo vivo- sonrió con sorna y señaló hacia su acompañante- Haku, encárgate del chico rubio. Después vete a por el otro, yo iré primero a por el ninja copia y después a por la rosadita-Haku asintió, lanzándole unas agujas a Naruto y obligándole a retroceder y separarse de nosotros.

Me mantuve en silencio observando como Kakashi se veía envuelto en una densa niebla y yo me quedaba con Sai sin poder ver ni a Naruto ni al peligris, con el constructor a nuestras espaldas y el ruido de dos batallas desarrollándose a nuestro alrededor.

Estaba esperando pacientemente, supuse que a Kakashi le iría bien, ya había luchado contra Zabuza antes.

Lo que no me esperaba era escuchar un quejido de Naruto. Me tensé, no me gustaba escuchar a gente sufriendo. Suspiré con pesadez y me quedé en mi sitio, atenta, en tensión... Otro quejido llegó de la lejanía. Me pasé las manos por el pelo e intenté tragar saliva para tranquilizarme. La adrenalina se expandió por mi sistema. ¿Y si le estaba torturando como a mí? ¿Y si estaba ocurriendo eso?

Pánico, ansiedad....

¡Tengo que ayudarle!

No... No... ¡No!

Apreté mis dientes.

Tensé mis puños.

La tierra se agrietó bajo mis pies.

Mi mente se nubló.

No...

Una mano sobre mi hombro me sobresaltó. Expulsé el aire retenido en mis pulmones y llevé mis ojos hasta Sai.

-Vete- dijo Sai en un susurro y me dirigió una mirada piadosa, de comprensión. ¿Comprensión?

Fruncí el ceño, no quería que me mirase con pena. Iba a decirle algo, a amenazarle tal vez, pero otro quejido me interrumpió. Mis pies se despegaron con gran velocidad del suelo y le grité a Sai que vigilase a Kakashi.

Llegué jadeando y encontré unos espejos de hielo que hacían como una especie de jaula. ¿Eso era sangre? ¿Sangre?

Gruñí.

Mi cuerpo se puso rígido.

No pensé, no pude... Otro quejido de dolor se escuchó allí dentro y entré.¡Entré en una maldita jaula!

'Mierda' pensé. Me había encerrado a mi misma. Miré a una persona de cabellera rubia en el suelo con agujas clavadas en todas partes y la respiración entrecortada. Me acerqué a él e hice una copia que comenzó a curarle. El chakra verde le comenzó a cubrir y mi corazón tranquilizó sus desenfrenado latidos.

Él estaba bien, no estaba siendo torturado... Estaba bien...

Sentí una movimiento. Era muy tarde para hacer un jutsu, estaba demasiado desconcentrada. Protegí a Naruto con mi propio cuerpo haciendo que las agujas se clavasen en mí. Me quejé en bajo por el dolor y ordené a mi copia que sacase al rubio de allí.

-Sakura-chan- dijo en un susurro preocupado intentando zafarse del agarre de mi jutsu.

-No te preocupes, todo irá bien- hablé sin llegar a mirarle al mismo tiempo que me quitaba las agujas y mis ojos jade comenzaban a emitir un leve brillo- todo irá muy bien.

Mi copia sacó finalmente a Naruto de allí y lo dejó con Sai. Supongo que los dos se encargarán de defender a Tazuna. Ahora no es momento de pensar en ellos.

Realicé unos sellos con mis manos y una pequeña esfera de color rojo se formó en mi dedo índice, sonreí con lentitud y en un simple movimiento señalé hacia uno de sus espejos de hielo haciendo que la bola saliese disparada hacia él. Justo al tocarlo se derritió y mi sonrisa se amplió mientras formaba otro pequeño proyectil.

-¿Por qué no te enfrentas a alguien de tu nivel? Sorprender con bsrreras de sangre poco conocidas está mal... - susurré con lentitud.

Por cada una que lanzaba, una quemadura también se formaba en Haku. Le deberían doler bastante pero no desistía, seguía luchando con la misma intensidad que al principio. Era realmente admirable.

Iba a seguir con mi trabajo. Formar las bolas, dispararlas y esquivar sus pequeñas y certeras agujas, pero algo sucedió. Ya no estaba aquí, se había ido.
Ninguno de nosotros estaba ya en peligro, lo presentía, y nunca fallaba.

Extrañada, caminé hasta Sai y los demás que miraban fijamente hacia Kakashi.

Haku se iba a interponer en el chidori de Kakashi para poder salvar a un herido Zabuza. No pudo hacerlo. El mayor le había apartado justo a tiempo, dejando que el poseedor del Sharingan le atravesase.

-¿Q-qué?- balbuceó el chiquillo a la vez que dejaba caer su máscara al suelo. Esta se rompió y sus pedazos se esparcieron sin delicadeza alguna a su alrededor.

-No te sacrifiques por mí- susurró el espadachín con lentitud y se dejó caer. Se quedó tumbado boca arriba con una pequeña sonrisa y sangre cayendo de las comisuras de sus labios- Haku, tu vida vale más que la mía.

Una risa resonó en el lugar.

Haku tembló y observó al frente.
Gato, la persona que le había contratado, se estaba burlando de la muerte de Zabuza. Él pretó los puños con fuerza, furioso, colérico, triste... Estaba llorando...
Naruto se acercó con cara seria hacia él y, sin mediar palabra, le extendió un kunai.

Kakashi y sai sonrieron con lentitud.

¿Qué estaba pasando? Zabuza ya estaba muerto, ahora Haku tendría que matarnos para acabar con su misión. ¿Por qué no lo hace?

Me tensé de nuevo.

¿Por qué estaba atacando a su jefe y aa los ayudantes del mismo? ¿No ve que solo va a conseguir morir? Si no eres capaz de cumplir una misión o morir en el intento por lo menos huye... ¿Por qué le traiciona?

Mi respiración se volvió irregular, di un paso hacia atrás.

Haku cayó inútilmente muerto tras llevarse con él la vida de Gato.

Naruto cargó a Haku hasta el cuerpo de Zabuza. Ambos se encontraban sin vida.

Apreté mis manos y las relajé repetidamente, contrariada, nerviosa.

Parpadeé un par de veces y les observé.

-¿Por qué ha pasado esto?- me sentí estúpida al preguntarlo. Recibí la incredulidad de las miradas de mis compañeros como respuesta.

-Estás de broma-dijo Naruto alzando una ceja. Desvié mi mirada sintiéndome aún peor- Porque se querían, eran compañeros, como padre e hijo- dijo y se acercó un par de pasos hacia mí.

Una punzada atravesó mi cuerpo y llevé mi mano hasta el dibujo de mi hombro, dolía.

¿Padre e hijo? ¿Cómo Danzo y yo?

¡Yo no daría la vida por él!

Él ni si quiera lo pensaría ni un momento. ¡Disfrutaría al matarme!

Mis dientes se apretaron con fuerza mientras el dolor se intensinficaba en mi pecho.

¿Por qué no lo haría por él? ¿Por qué no lo haría por mí?

No lo entiendo...

¿Por qué? ¿Por qué Haku?

Sola Where stories live. Discover now