―Como siempre ―concuerda Sofía, poniendo voz de diva.

― ¿Preparadas para liarla esta noche, nenas? ―nos sonríe Paula.

―¿Cómo es, Val? ―le dice Sofi.

—¡Nos lo merecemos! —chilla entusiasmada.

No puedo evitar reírme ante su respuesta. Está tan contenta que logra transmitírnoslo a todas.

Antes de salir del edificio nos repartimos lo que tenemos que llevar. Val lleva una bolsa de hielos, Paula la mezcla y yo las botellas de alcohol. Sofi, por su parte, lleva un pequeño altavoz para poner música.

Cuando lo tenemos todo, vamos hacia la playa y empezamos a disfrutar.

Pablo

― ¿Qué hacemos esta noche, chavales? ―pregunta Javi, uno de mis mejores amigos.

―Sinceramente, me la suda bastante ―respondo, encogiéndome de hombros.

Cada verano hacíamos lo mismo. Asistir a fiestas, enrollarnos con alguna tía...

―Te ha afectado la chica de la gasolinera, eh ―se ríe David.

David les contó a los chicos lo que había pasado en la gasolinera en cuanto llegamos. Al principio, se echaron  a reír como si fuese una broma, pero después de ver mi cara se limitaron a decirme que había hecho mal en no pedirle el instagram o el número.

Yo no suelo ser el que pide las cosas, a mí directamente me las dan. Además, esa chica me había retado así que no iba a mostrar ningún tipo de interés.

―Tío supéralo, no vas a volver a verla. Deja de llorar y vamos a divertirnos ―sigue diciendo Adrián―. He oído que hay una fiesta en la playa y que va a haber mucho ambiente. Qué me decís, ¿vamos? —alza las cejas.

―Por mí bien, tampoco tenemos nada mejor que hacer ―responde Javi encogiéndose de hombros.

― Ya sabéis que donde haya fiesta allí voy yo ―contesta David.

― ¿Y tú qué dices tío? ―me preguntan a mí.

―Que nos vamos de fiesta necesito salir y olvidar a esa chica ―concuerdo con ellos, levantándome del sofá.

―Así se habla hermano ―me dice David, dándome una leve palmada en la espalda―. Hoy te haces a la que quieras ―añade convencido.

Cogemos el alcohol que hemos comprado por la mañana y nos vamos a la playa.

Una vez allí veo que Adri no se equivocaba al decir que había buen ambiente. Nos pasamos un rato saludando a algunos amigos y amigas y después de estar un rato hablando, vamos a buscar un sitio para los cuatro.

Voy mirando la arena del suelo distraído cuando David me da un codazo que me hace alzar la mirada.

―Tío mira ―giro la cabeza y miro en la dirección que me indica. Un par de grupos más allá veo a la chica de la gasolinera acompañada por su amiga rubia, la pelirroja y otra chica que no recuerdo haber visto antes―. No me lo puedo creer, si vas a tener suerte y todo desgraciado ―se ríe.

― ¿Qué pasa? ―preguntan Javi y Adrián sin entender de lo que hablamos.

―Veis a las chicas de allí ―señala David con la mirada, ambos asienten ―la morena y la rubia alta, son las chicas de la gasolinera.

―No jodas ―ríe Adrián―, no exagerabais cuando decíais que eran guapas, yo diría que son muy guapas y las otras dos tampoco están mal ―dice, mientras las observa.

Javi se queda observando a las chicas como si las analizara. La morena se gira debido a que sus amigas le están señalando a un grupo de tíos que no paran de lanzarles miraditas y ella sonríe.

― ¡No me lo puedo creer! ―exclama Javi, abriendo los ojos como platos.

― ¿Qué pasa...? ―pero antes de que termine de hablar, Javi me interrumpe.

― ¡¿Andrea?! ―grita Javi, agitando su brazo para llamar la atención de la chica.

¿Qué coño?

La morena centra la mirada en mi amigo y abre los ojos sorprendida. Les dice algo rápido a sus amigas y echa a correr en dirección a mi amigo para fundirse en un gran abrazo.

¿Qué narices está pasando?

― ¿Qué haces aquí? ―le pregunta ella.

―Vivo aquí, ¿recuerdas? ―ríe él.

― ¿Crees que si me acordase te lo hubiera preguntado? ―arquea una ceja.

—Debería darte vergüenza no acordarte. Por no hablar de lo poco que vienes a visitarme ―se hace el dolido.

―Como si tu me visitases mucho ―se queja ella―, las navidades juntos me sirven lo justo para no olvidar tu cara.

― Veo que sigues igual que siempre ―ríe él―, ¿hasta cuándo te quedas? ―pregunta.

―Me quedo todo el verano ―sonríe ella.

―Genial. Ven, quiero presentarte a unos amigos ―ella se percata de nuestra presencia y nos mira uno por uno con detenimiento hasta que su mirada recae sobre mí y abre mucho los ojos.

Me reconoce.

―David, Adri, Pablo ―nos nombra mi amigo, señalándonos uno por uno―. Quiero presentaros a mi prima Andrea.

― ¿Este bombón es tu prima, tío? ―pregunta Adrián.

―No te pases Adri ―le regaña rápidamente.

―El mundo es un pañuelo ―me susurra David.

―Esto me parece muy surrealista ―le susurro de vuelta.

―En cierto modo lo es, anda que no tienes suerte capullo ―me responde, haciendo que sonría.

―Bueno eh...encantada de conoceros —nos dice algo nerviosa—. A ver si nos vemos más ahora que estoy aquí ―añade, volviendo a mirar a su primo.

―Nos veremos a menudo, créeme ―le dice Javi.

—Tengo que irme —señala a sus amigas, Javi asiente.

—Una cosa más —mi amigo detiene a Andrea cuando ésta se da la vuelta—. ¿Con quién has venido? —puedo percibir la curiosidad en su voz.

—Javi, sabes perfectamente con quién he venido —ella le palmea el pecho—. Si tu pregunta es si ella está aquí, la respuesta es sí.

La morena se despide de él dándole un beso de la mejilla y en cuestión de segundos empieza a perderse entre la gente.

—No quiero ni una sola pregunta sobre el tema —advierte Javi, refiriéndose a la amiga de su prima.

¿Quién sería de las tres?

Nosotros nos hacemos los locos y es Adri el que cambia rápidamente de tema.

―No me puedo creer la chica de la gasolinera sea tu prima ―se ríe Adrián.

―Pues ya ves, qué pequeño es el mundo eh ―concuerda Javi, mirándome.

Resulta que la chica de la gasolinera, Andrea, va a pasar todo el verano aquí. La cosa mejora por momentos...

Parece que este verano no me voy a aburrir.

¡Hola! ¿Os ha gustado el capítulo? Contadme.

Recordad que no cuesta nada darle a la ⭐️ y dejar un 💬

Si queréis saber más y estar al tanto de las actualizaciones podéis seguirme en instagram:  almuescribe⭐️

Atrévete ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora