Erick Colón:
Perdi mi lista de ultimos deseos que tengo antes de morir, y me temo que quien los tiene es la persona que menos quiero que los tenga, la universidad entera se burlara de mi.
Lo unico bueno de esto es que solo durara unas semanas.
Port...
Erick: ¿Te conté que aprendí a manejar no hace más de un año? – dice mientras aumenta la velocidad.
Joel: Disminuye la velocidad o nos mataras a ambos. – dije presionando mi nariz.
Erick: Lo siento, estoy nervioso, ¿Cómo está tu temperatura? – pregunta volteándome a ver.
Joel: Mira el camino, no me mires a mí. – dije gastando más pañuelos.
Erick: Esta bien, pero háblame, no te duermas, si ves un túnel, no camines hacia la luz. – dice conduciendo de la peor manera.
Joel: Mierda, voy a morir y no por la hemorragia, si no por tus estupideces. – digo rodando los ojos.
Erick: Esta bien, ya casi llegamos. – dice bajando la velocidad.
Joel: No es necesario ir al hospital Erick, de verdad, no pensé que te preocuparas tanto por mí, solo me está sangrando la nariz, es muy común.
Erick: A mí no me sangra la nariz, a media escuela no le sangra la nariz, y menos después de una pesadilla.
Joel: No fue por la... - digo callando al ver el hospital frente a nosotros. - ¿Enserio me harás entrar ahí? – digo sintiendo como mis piernas tiemblan.
Erick: Si, enserio. – dice estacionando el auto y bajando para dirigirse hasta la puerta del copiloto. - ¿Necesitas ayuda?
Joel: Me sangra la nariz, no las piernas. – digo bajando de mala gana.
Joel: Hay, entremos, cállate. – dije caminando hasta la entrada del enorme edificio.
Erick pide una cita médica, por suerte no hay mucha gente y pasamos en menos de treinta minutos.
Joel: No tienes que venir conmigo, de verdad. – digo viendo como el ojiverde me sigue hasta el consultorio.
Erick: No te quitare la vista de encima Pimentel. – dice tomándome de la mano y enredando nuestros dedos.
Lo miro de reojo mientras mis mejillas se ruborizan, vaya que se preocupaba por mí, punto para Pimentel.
Al llegar al consultorio, suelto su mano y toco la puerta con delicadeza, una voz me dice que pase y entonces abro la puerta para encontrarme a un hombre mayor, con canas cubriendo su cabeza, parecía amable, siempre me habían dado miedo los doctores, porque doctor es igual a inyecciones.
Dr: Tomen haciendo por favor. – dice sin quitar la mirada de su bloc de notas. - ¿Quién de ustedes dos apuestos caballeros es Joel Pimentel de León?
Joel: Soy yo. – levante la mano con timidez.
Dr: Bien dígame, ¿Por qué lo tenemos por aquí?
Joel: Bueno. – dije incomodo por la presencia de Erick. – Es que... - digo moviéndome impaciente en el asiento.
Dr: Joven... - dice señalando a Erick.
Erick: Erick, Erick Brian Colón. – dice atento
Dr: ¿Puede dejarnos asolas al paciente y a mí? – creo que había notado mi incomodidad. – lo llamaremos cuando de el diagnostico si usted gusta.
Erick hizo una mueca y me miro, me toco el hombro, haciéndome sentir tranquilo. Cuando el chico dejo la habitación, un silencio inundo esta, haciéndome sentir aún más incómodo.
Dr: Bien, ahora sí, cuéntame. – dice colocando los codos sobre el escritorio.
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Preparen sus pañuelos chamas, preparenlos para escuchar el diagnostico de Joel.
