● Capítulo 38 ●

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Narra Joel Pimentel

Tome las llaves del auto, Chris se colocó lo primero que encontró al igual que yo y salimos de inmediato.

Joel: Zabdiel, deja de llorar, tranquilízate. – tenía suficiente con mis ganas de explotar a llorar, no necesitaba que Zabdiel también lloriqueara.

Zabdiel: ¡NO PUEDO! – contesta este gritando. – Apresúrate Joel.

Joel: Zabdiel, relájate, respira, no me cuelgues por favor, dime ¿Saben algo?

Zabdiel: Lo estabilizaron, pero dicen que su estado es crítico, pudieron revivirlo por así decirlo, pero que no saben cuándo... - dice volviendo a llorar. – puede suceder ahora mismo o en una semana.

Joel: Bien, yo estoy por llegar, no me cuelgues por favor.

Zabdiel se tranquilizaba al escuchar mi voz, había dejado de llorar, llegué al hospital y corrí fuera del auto, sin preocuparme por cerrarlo.

Al llegar a la sala de espera, me encontré con Zabdiel, sentado en uno de los asientos, con las palmas de sus manos sobre su cara, mi corazón iba a explotar, sentía que este se me saldría del pecho, tenía una angustia enorme en mi pecho.

Me acerque a él y toque su espalda, dándole un leve susto, me senté a su lado y lo abrace.

Zabdiel: No quiero perderlo. – decía en mi cercanía. Zabdiel era pésimo para aguantar sus sentimientos, él estaba hecho un mar de lágrimas, yo no tardaría en estar igual que él.

Zabdiel levanto su mirada al notar que Christopher se acercaba, soltó una sonrisa al verlo en las fachas en las que había salido del departamento. Chris desvía su mirada de la sonrisa de Zabdiel y entonces me aparto.

La madre Erick entro a salvar mi incomodidad con ambos chicos, ella había pasado a ver a Erick, al parecer el menor había solicitado también mi presencia con él, agradecí y entonces entre al cuarto donde él se encontraba.

Joel: Hola princeso. – dije al notar a Erick despierto, con esa sonrisa que tanto amaba, las lágrimas me invadieron, MIERDA, odiaba que Erick me viera así.

Erick: Joel, me parte el corazón verte así. – dice tratando de retener el llanto.

Joel: Maldición Erick, me parte el corazón a mí, verte así. – dije señalándolo. – Los doctores dicen que en cualquier momento. – presione mi dentadura, no quería decirlo.

Erick: Entonces, dime todo lo que tengas que decirme ahora. – dice entre lágrimas.

Joel: En realidad, hay algo que, si quiero contarte, debí hacerlo hace mucho tiempo. – dije metiendo mi mano en mi bolsillo, saqué un trozo de papel, por la expresión de Erick, supuse que ya sabía de lo que se trataba. – si quieres odiarme, estas en todo tu derecho.

Narra Erick Brian

Al sacar aquella hoja, sabia de lo que trataba, reconocía la hoja, era mi lista de últimos deseos.

Erick: Es mi... - dije con dificultad.

Joel: Debí entregarla esa tarde, lo iba hacer, pero cuando noté ya te habías ido.

Erick: Entonces ... - dije desilusionado. – ¿Todo lo que hemos pasado fue una obra de caridad para ti? – dije con mis ojos derramando lagrima tras lagrima.

Joel: No te atrevas a pensar eso Erick, todo lo que paso entre nosotros, fue real, me enamore de ti sin pensarlo, quería ser la luz en tu camino, y terminaste siendo la luz que iluminaria el mío. TE AMO ERICK BRIAN COLÓN. – Al escuchar la sinceridad de sus palabras tome su mano, acercándolo a mí, él se inclinó y me beso, era un beso lento, suave y era todo lo que necesitaba en ese momento.

Platicamos un rato, le permitieron quedarse a cuidarme, pasaría la noche en el hospital y Joel no me dejaría solo en esta habitación.

Mientras observaba al chico de mis sueños dormí, tomé la hoja de horas antes Joel me había devuelto y la abrí.

Sonreí al notar que Joel, había hecho el trabajo por mí, había tachado cada casilla de cada deseo que el hacía realidad.

Narra Joel Pimentel

Decidí salir de la habitación donde me encontraba con Erick, solo para encontrarme con Zabdiel abrazado de Christopher, seguramente más tarde me enteraría de la reconciliación. Fui hasta la máquina de café y compre uno, lo tome recargado de una esquina, mirando las facciones de cada uno de mis dos amigos, la felicidad en sus rostros.

Ya habían dado de alta a Erick, el doctor del menor había solicitado su salida, ya que, según el doctor, Erick estaba en sus fases terminales, no había razón por hacer de sus últimos días un completo tormento encerrado entre cuatro paredes blancas.

Erick: ¿Es necesario tener los ojos vendados? – dijo mientras aparcaba el auto frente a su casa.

Zabdiel: Muy necesario cubanito. – sonrió.

Joel: Bien, ya cállense, vamos a bajar, yo te quitare la venda cuando tenga que hacerlo, tú no te preocupes. – dije y abrí la puerta del auto de mi lado, di la vuelta al auto y fui hasta la puerta del copiloto.

Llevé a Erick hasta la puerta de su casa y abrí esta, dejando entrar al chico, cerré la puerta cuando ya todos estábamos adentro, comencé a quitar la venda de los ojos y...

Richard: ¡SORPRESA!

Yoandri y Johann: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Joel: ¡IDIOTAS! – Dije tratando de no reír. – es una fiesta de bienvenida.

Yoandri: Creí que era por su cumpleaños.

Erick: Vaya, que risa. – dice mientras se carcajeaba. 

 

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Antes de morir - Joerick  - EditandoWhere stories live. Discover now