Erick Colón:
Perdi mi lista de ultimos deseos que tengo antes de morir, y me temo que quien los tiene es la persona que menos quiero que los tenga, la universidad entera se burlara de mi.
Lo unico bueno de esto es que solo durara unas semanas.
Port...
La noche había caído ya, la hora de la fiesta había iniciado, todos llegaban a la lujosa casa de los Sandoval, todos con excepción de un cubano ojiverde que me traía totalmente loco, Chris y Rich habían llevado una botella para la fiesta y una para NUESTRA fiesta, que se hacía siempre aparte de los demás, yo ya había bebido... ¿3 tragos? ¿4? No lo sé, perdí la cuenta, y lo sé, lo sé, Joel más alcohol, desastre total.
La sobriedad volvió a mi cuando por la puerta principal vi entrar a Erick, vestía de una manera magnifica, una manera que era adecuada a su cuerpo, se veía en pocas palabras "follable", a paso rápido camino hasta donde este se encuentra de pie.
Joel: Hola Erick, creí que no vendrías. – dije acercándome, a lo que el sonrió.
Erick: Si lo siento, se me hizo un poco tarde. – gritaba a causa del alto volumen de la música.
Joel: No hay problema, ¿Quieres refresco o jugo? – dije caminando hasta la barra de bebidas.
Erick: ¿Bromeas? Sírveme un trago. – sonrió, esa era una buena señal, Erick no tenía que cuidar su salud, significaba que no se encontraba enfermo.
Tome la botella de vodka, un poco de refresco de limón y mezcle una considerable porción de cada uno, lo entregue a Erick y este lo sorbió todo de un trago.
Erick: Aunque me lo vendas, pero llénalo más de alcohol, juro no emborracharme pronto. – dijo al notar que había puesto una miserable porción de alcohol.
Joel: Lo siento, pero si sigues a este paso no alcanzaras a la madrugada.
Erick: Tu sirve. – dijo extendiendo el vaso.
Joel: Tengo una idea mejor. – dije mientras escondía una botella de vodka bajo la playera. – sígueme. – camine directo hasta una puerta que se encontraba en la cocina, la cual llevaba a la habitación de huéspedes, nadie más que cinco personas en la fiesta sabían que este lugar existía.
Erick: Vaya ¿Querías privacidad? – dijo al ver el lugar en donde estábamos.
Joel: Solo aquí podremos tomarnos esta delicia. – dije descubriendo la botella. – sin que nadie nos reclame nada. – tomé el vaso de Erick y serví un poco del líquido embriagante.
Erick: Se puede saber ¿Por qué la cordial invitación? – dijo y después de un solo sorbo tomo todo lo que le había servido.
Joel: Mierda, tu sí que sabes tomar. – dije riendo y bebiendo directo de la botella.
Erick: Si bueno, me gusta divertirme, emborracharme y no lo sé, enrollarme un par de chicas por ahí. – dice mientras me pasa el vaso. - ¿Por qué la invitación? – volvió a preguntar. – ayer en la mañana ni nos conocíamos, levantas mi libreta y ¿Ya somos buenos amigos? – dice enarcando una de sus cejas.
Joel: ¿Quieres la verdad? – dije sonando un poco ebrio.
Erick: Yo supongo que sí. – dice y vuelve a beber todo.
Joel: Soy gay. – sonrió y desvió la mirada hacia una de las paredes, para no poder ver la reacción de Erick.
Erick: No te creo. – dice seguro.
Joel: ¿Por qué no? – pregunto malicioso.
Erick: He visto al gran Joel Pimentel enrollarse cientos de chicas, no puede ser que me digas ahora que eres gay. – dice sin creer aún. Tenía razón, ¿Como de la noche a la mañana resulto ser gay?
Joel: Pues no lo sé, me gusta un chico, pero sigo creyendo que las chicas me atraen, es confuso sabes. – justifico.
Erick: Entiendo, ¿Eres bisexual entonces? Yo supongo que eso eres. – dice sin tomarle importancia.
Joel: Supongo, es lo más cuerdo que se me ocurre. – tomo otro trago. La cabeza comenzaba a dolerme, la vista se me comenzaba a poner borrosa y a pesar de estar sentado en el suelo, sentía como este se movía bruscamente.
Erick: Bueno, te has confesado ante mí, pero ¿Eso cómo responde a mi pregunta? – dice sonriendo, mierda, su sonrisa y acento eran hermosos, no aguantaría más fingiendo que no tenía ya las ganas de... ¡ha!
Joel: Como te dije, estoy confundido, necesito aclarar mi mente, quiero saber de una vez si soy bisexual o soy completamente gay. – me acerco a Erick y le doy un beso sin permiso alguno, los labios del menor se quedan estáticos, algo no terminaría bien, el no seguía el beso. "¡Mierda Erick, sígueme el beso!" suplicaba mi mente, de pronto siento sus manos lanzarme hacia atrás.
Erick: ¿Qué carajo te pasa Joel? – dice limpiándose la boca. – yo tengo novia. – dice furioso.
Joel: No te engañes Erick, sabes que no la amas.
Erick: Eso tu no lo sabes, y aunque no la amara, eso no te da el derecho de usarme como uno de tus malditos experimentos, no es mi problema que seas un maldito marica en closet. – se levanta y sale hecho una furia de la habitación.
Joel: Mierda, mierda, mierda. – digo en voz alta, no sabía lo que había pasado, no entendía, ayer me miraba totalmente diferente. Lo único en lo que mi mente pensaba era en salir a buscarlo, y eso hice, me levanté y salí rápidamente de la habitación.
Busqué por cada rincón de la estúpida casa y no lo encontré, era obvio que ya no estaba aquí, salí corriendo y entonces conduje hasta su casa, de una u otra forma, él tenía que llegar ahí.
Narra Erick Brian
¿Joel me había besado?, ese pensamiento invadía mi cabeza, ¿Yo lo rechacé?
Acelere el paso para llegar lo antes posible a casa, ese beso había estropeado todo el maldito trabajo que me dio superar que nunca estaría con él. Una cuadra antes de llegar a casa, pude notar el auto estacionado de Joel fuera de mi casa, no sabía qué hacer, si iba, Joel querría hablar de lo sucedido y yo no quería eso en este momento.
Determinado, decidí caminar hasta el auto de Joel, golpee suave la ventana del copiloto y Joel abrió la puerta, yo entre rápidamente y lo mire.
Erick: ¿Quieres que te folle? – dije sin mirarlo a los ojos.
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