Erick Colón:
Perdi mi lista de ultimos deseos que tengo antes de morir, y me temo que quien los tiene es la persona que menos quiero que los tenga, la universidad entera se burlara de mi.
Lo unico bueno de esto es que solo durara unas semanas.
Port...
La plaza principal del colegio estaba adornada por los hermosos colores navideños, ponche en cada mesa que se podía encontrar, pequeños bocadillos, podías ver anonimato por donde quiera que mirabas, yo me guiaría buscando un enorme trasero.
Zabdiel: ¿Erick? – dijo caminando hacia mí.
Erick: Disculpe caballero, ¿Me habla a mí? – imite otra voz.
Zabdiel: Perdóneme, lo confundí por alguien más. – dijo acercándose, abre su mano y golpea mi nuca. – Eres un palillo que nadie podría confundir.
Erick: ¡Hey! Eso me dolió. – dije sobando.
Zabdiel: ¿No has ido a dejar el regalo? – comento al ver la caja en mis manos.
Erick: No, estoy esperando a que hablen para dar los regalos de los de quinto grado. – soné algo nervioso.
Zabdiel: Joel estaba formado detrás de mí, ¿Sabes lo que significa eso? – pregunto como si debiera significar algo.
Erick: ¿Qué te lo repegó? – bromee.
Zabdiel: No, imbécil. Yo entregue regalo para un chico de primero, así que si él estaba en esa fila también entregaría regalo para alguien de primero.
Erick: Mierda Zabdiel, no quiero hacerme falsas esperanzas, ¿Viste que llevaba? – curioseé. - ¿Qué llevaba puesto al menos?
Zabdiel: No y sí. – comento. – No vi que llevaba por que tenía el saco sobre el regalo y venia vestido a tirantes.
Erick: Mierda, debía de verse irresistible. – mordí mis uñas.
Zabdiel: No sé, eso dices tú, yo lo vi como cualquiera.
Iba a responder, pero el sonido de los altavoces llamo mi atención.
Voz: Alumnos que tienen regalo para Quinto Grado, pasen al árbol.
Erick: Esa es mi señal. – dije caminando al centro de la plaza.
Me metí en la fila y entonces noté que quien recibía los regalos era nadie más que Joel Pimentel, mis nervios aumentaron, reconocería la figura de su cuerpo, aunque tuviera una máscara puesta, al acercarme más note sus ojos, mierda, ERA ÉL.
Joel: Hola, feliz noche buena espero la estés pasando de maravilla. – dijo recibiendo mi regalo.
Erick: Gracias, con solo verte ya cumplí mi deseo de navidad.
Salí rápidamente de la fila, no quería escuchar respuesta, caminé hasta Zabdiel lo más rápido posible
Erick: Voy a morir, me va a matar. – dije sin voltear a ver a Pimentel.
Zabdiel: ¿Qué hiciste Man? – pregunto mirando por todos lados.
Erick: Le eche un piropo a Joel. – dije nervioso.
Zabdiel: Viene hacia acá. – dijo entrando en pánico. Mi cuerpo comenzó a temblar, seguramente me dará una tremenda golpiza. – Tranquilízate, es broma. – dijo riendo.
Erick: Te odio. – camine hasta la mesa y tome un poco de ponche.
* * *: Así que ¿cumplí tu deseo de navidad? – dijo una voz grave y segura detrás de mí.
Zabdiel: Tengo que hacer algo... - dijo mirando para todos lados. – por allá. – y se fue. Maldito :v.
Erick: Mi.erda. – susurre dividiendo la palabra. – Hola Pimentel. – dije sosteniendo el vaso térmico.
Joel: Hola extraño. – sonrió, me encantaba verlo con ese traje, con sus tirantes color negro, un antifaz con un decorado hermoso.
Erick: Tienes unos lindos ojos. – deje escapar de entre mis labios.
Joel: Tan cafés como los tuyos. – menciono, olvide que había puesto mis lentes de contacto.
Erick: Gracias. – dije bajando la mirada.
Joel: Bueno extraño, disfruta la fiesta. – me dio la espalda, dándome una hermosa vista de tu trasero.
Erick: También admiro tu trasero. – comente.
Joel: No te sobrepases. – dijo riendo, caminando hacia el frente. - rarito.
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