CAPÍTULO 68 - Maratón 3/10

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Vamos Len, tú eres mejor que eso.
Dijo Maggie con voz paciente y comprensiva. Sin embargo, eso solo provocó que la morena soltara un pesado suspiro.

- No tengo mucha inspiración para esto Maggie.

- Hace una semana no tienes nada más que "Buenas tardes". Me estoy empezando a preocupar, la conferencia será la siguiente semana y solo faltan seis días.

- Lo sé, lo sé –tomándose la cabeza entre ambas manos.

- Len...

La morena suspiró profundamente e intentó tranquilizar a su amiga.

- No es la primera vez que no tengo nada unos días antes. Solo será una introducción rápida. Lo demás serán preguntas, pero debo ser concisa.

- Pero...solo quiero...dime en que te puedo ayudar y lo haré, en serio –dijo algo triste Maggie.

- Maggie–sonriendo tiernamente y abrazándola-. No te preocupes, lo tendré listo para ese día.

- Está bien –y suspiró con resignación.
- Ahora solo ve a descansar. Alex debe estar esperándote en casa. Ya es muy tarde –viendo el reloj y notando que pasaban de las diez de la noche.

- Ya la llame y le dije que podría demorar, que no me espere a cenar.

Ella lo entiende, es parte de mi trabajo y yo entiendo el suyo –sonriendo.

- Me hace muy feliz que su relación haya prosperado tanto.

- No lo tuvimos fácil al inicio pero ahora estamos bien –sonriendo feliz.

- Me alegra tanto oírte decir eso –sintiendo una sana envidia por su amiga.

- No es que todo sea miel sobre hojuelas, pero creo que es normal. Toda pareja pasa por ello.

- Creo que a pesar de todo quien va a terminar pidiéndote consejo seré yo –riendo tristemente.

- Oh, Len! Sabes que siempre estaré para ti.

- Gracias, pero es algo que tendré que hacer sola.

- Si. Aún no pierdes la esperanza? –viendo a su amiga con algo de tristeza.

- Podrías renunciar a Alex ahora, si les surge una complicación tan enorme?

Maggie pareció pensarlo unos segundos pero después con total convicción respondió.

- Creo que me costaría superarlo. No se lo perdonaría tan fácilmente, pero no echaría tanto esfuerzo por la borda. De ninguna forma, lucharía por superarlo. Me veo finalizando mi vida a su lado. Quiero terminar mi vida a su lado. Ella es y será siempre el amor de mi vida. La conocí algo tarde, pero dicen que lo bueno se hace esperar. Esperé por ella y ahora está a mi lado –dejó de sonreír y continuó-. Pero si alguna vez ella deja de sentir que soy la persona que quiere a su lado no podría retenerla, verla feliz es mi felicidad. Si no sería más el motivo de su felicidad, podría dejarla ir, no sin luchar antes. Pero mientras yo sea la persona quien la haga feliz, seguiré a su lado, amándola, adorándola, abrazándola...tomando su mano y caminando a su lado.
Se volvió a ver a su morena amiga y la vio pensativa.

- Len?

- Pues entonces me entiendes, Maggie.

- Creo que si –dándose por vencida.

- Kara es el amor de mi vida. Desde que me di cuenta de ello supe que quería pasar el resto de mi vida a su lado. Si por mi inmadurez la perdí, lo acepto. Pero jamás dejaré de intentar recuperarla. Y más aun habiendo tantos motivos para hacer esa lucha.

- Lori? –sonriendo.

- Es uno de los mejores motivos. Pero también el hecho de amarla, Maggie. Lori y el gran amor que siento por Kara son mis motivos. Quiero a esa mujer más que a mi propia vida y no descansaré hasta que me dé una nueva oportunidad.

- Pues suerte con ello –sonriendo.

- Gracias –sonriendo también.

- Entonces ahora si te dejo sola para que puedas seguir con tu discurso, señora presidenta.

Lena soltó una carcajada, le dio un abrazo a su amiga y la dejo ir.
- Ahora a continuar.

A veces la vida te sorprende con eventos totalmente fortuitos que en su momento no llegas a comprender. Y quizás te tome años comprender el porqué de aquellos sucesos. Pero nunca debes de dejar de pensar que todo pasa por algo.

Y Lena lo sabía. No lo comprendía pero sabía que alguna fuerza extraña del universo la había llevado a salir de su oficina después de haber apagado su laptop y había conducido hacia la casa de Kara.
Ahí estaba. Frente a su puerta. Sin saber si debía tocar o llamar para que Kara autorice su ingreso. En esas se encontraba cuando una luz la cegó y se cubrió los ojos para evitar el dolor que le produjo.
Después escuchó que tocaron a su ventana y una vez sus ojos se acondicionaron a la luz, bajó un poco su ventana.

- Señora Lena?

- Hola Mario, buenas noches –saludando al vigilante de turno de la casa de los Danvers.

- Me asustó un poco ver un auto que no conocía tanto tiempo parado aquí. Discúlpeme, no la había reconocido. Ha cambiado el viejo Mercerdes.

- No te preocupes, es tu trabajo y me alegra que cuides la casa donde vive mi hija así. Y con respecto al cambio de vehículo, si, ya era hora. Lo siento, es solo que...

- Viene a ver a la señora kARA? –sonriendo.

- Bueno...yo...

- No se preocupe, lo entiendo. Autorizaré su entrada y avisaré en la casa.

- No, no te preocupes. Yo llamaré a Kara mientras llego a la puerta.

- Claro, como usted diga –tomó su radio y habló-. León?

- Si, dime Mario. Alguna complicación con el Audi?

- No, amigo. Es la señora Lena, ha cambiado de vehículo.

- Oh, qué pena. Discúlpanos con ella, por favor.

- Claro que sí. Ella lo entiende.

- Ha venido a ver a la señora Lena?

- Así es, por favor abre la reja para que pueda pasar.

- Por supuesto –y terminó la comunicación.

- Hasta pronto señora Lena. Cualquier cosa, aquí estamos para servirle.

- Muchas gracias. Hasta luego.

Sin embargo, mientras cruzaba la reja y saludaba a León con la mano, se preguntaba qué demonios estaba haciendo. Kara la iba a enviar a freír espárragos. Era casi medianoche, una hora poco ortodoxa para hacer visitas. Pero ya estaba allí. Si se daba vuelta o no llegaba a ver a Kara, los guardias se lo dirían temprano.
Sin darse cuenta llegó a la puerta principal de la casa de los Danvers y para horror suyo Kara estaba esperándola en la puerta. No le quedó más que estacionarse, bajar del auto y acercarse a la puerta.

- Lena, que sucede? Te encuentras bien? –visiblemente preocupada.

- Kara, buenas noches, yo...

- Oh, perdona, buenas noches –avergonzada de su falta.

- No, no te preocupes, yo...

- Estás bien?

- Si, si.

- Oh, qué bien –ahora más calmada-. Por favor, pasa, hace mucho frio –sonriendo.

- Gracias.

***
Enjoy it BABYS!!

DESTINO (Supercorp) [Completa]Where stories live. Discover now