Después de mucho esfuerzo y dedicación el novato Rick Anderson ha conseguido su sueño, entrar en el SPD de Nueva York, aunque nada es como esperaba, ya que al llegar allí se encuentra con el rechazo de sus compañeros, especialmente de Nathan Drake...
-¿Kat? - dijo Anderson dolido - ¿Quién cojones es ese?
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Katherine le devolvió la mirada, sorprendida. No esperaba verle tan pronto en casa.
-Ya le conoces cielo, es Paul... Pero no es lo que...
-¡No me llames cielo, y ni se te ocurra decirme que no es lo que parece! ¿Crees que soy gilipollas? ¡Te le estás follando en nuestra cama! - gritó con desesperación. Pensó que ella estaría arrepentida al menos, pero se equivocó.
-¿Y qué esperabas? - respondió ella enfadada, levantándose de la cama sin preocuparse de cubrir su desnudez – Siempre estás trabajando y para un día que tienes libre, tenemos que pasarlo con tus compañeros en una estúpida barbacoa... Si no me das lo que quiero, tendré que buscarlo fuera...
Nate escuchaba la conversación sin poder creerse lo que estaba oyendo, ¿cómo podía decirle eso sin inmutarse? Se acercó a Anderson, que se había quedado pálido, colocando una mano sobre su hombro para darle apoyo, pero se removió, evitando el contacto y acercándose a la cama con seriedad. Drake dio un paso hacia él, no estaba seguro de lo que iba a hacer y no quería que se buscase un lio.
-Fuera de mi casa. Ahora.
-¿Qué?
-Ya me has oído. Tienes 10 minutos para recoger y largarte. Después de ese tiempo todo lo que encuentre sale por la ventana.
-Espera bebé, estas borracho y no sabes lo que dices... podemos hablarlo mañana.... – suplicó Kat mientras iba hacia él, pero Rick se retiró con brusquedad.
-El tiempo corre. - respondió sin inmutarse mientras cruzaba los brazos sobre el pecho y observaba como recogía sus cosas. Intentaba por todos los medios no mirar al otro chico, porque al final le acabaría pegando, aunque sabía que él no tenía la culpa, su pareja era ella.
Quince minutos después Katherine ya había recogido todas sus cosas y estaba en la puerta del apartamento, suplicando...
-Rick, por favor... con los buenos ratos que hemos pasado ¿Y vas a quedarte sólo con un error?
-Olvidarse de una fecha importante es un error. Esto es una traición, ya no confío en ti y no creo que pueda volver a hacerlo. Ah, y antes de irte devuélveme la copia de las llaves. No quiero que aparezcas aquí por sorpresa.
-Bien, no me voy a arrastrar más, tú te lo pierdes - le tiró las llaves y agarró a Paul de la mano, saliendo del piso.
Al cerrar la puerta Anderson se derrumbó contra la misma, deslizándose hasta el suelo. Nathan le miró con pena, conocía la sensación de sentirse traicionado por la persona a la que quieres, por lo que se sentó junto al él y le puso la mano en el hombro, dándole su apoyo.
-¿Estás bien?
Rick levantó la cabeza mientras reía con tristeza.
-¿En serio? ¿Crees que con lo que acaba de pasar puedo estar bien? No, no lo estoy.... Sabía que las cosas se habían enfriado entre nosotros, pero jamás pensé... - acabó la frase en un susurro.
