Después de mucho esfuerzo y dedicación el novato Rick Anderson ha conseguido su sueño, entrar en el SPD de Nueva York, aunque nada es como esperaba, ya que al llegar allí se encuentra con el rechazo de sus compañeros, especialmente de Nathan Drake...
-Nada, sólo... cogí una carpeta del escritorio de Drake y me dijo algunas cosas que me hacen ver que aún no estoy preparado para estar en este equipo - dijo con tristeza y resignación.
William le miró con sorpresa. Sabía que la relación entre Nathan y él no era la mejor, pero no pensaba que hubieran llegado a ese extremo.
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-No digas tonterías. En tu primer día aquí nos ayudaste a resolver un caso con el que estábamos atascados, siempre ves cosas que se nos pasan, se te da bien hablar con los testigos... Eres perfecto para este trabajo.
-Pero Nathan...
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-Pero Nathan nada. ¿Crees que cuando empezamos éramos todos perfectos? Por el amor de Dios, Drake casi ni sabía coger un arma... No te imaginas la que lió la primera vez que disparó en la calle... - dijo con media sonrisa, recordándolo. - Lo que quiero decir es que lo pienses bien antes de tomar una decisión de la que puedas arrepentirte. Cuando vuelva hablaré con él, y si las cosas siguen sin mejorar os cambiaremos de compañeros...
-No quiero que eso empeore las cosas...
-No es solo por ti Rick, el comportamiento de Drake es complicado desde que James murió. Fue duro para todos, pero él no es capaz de superarlo. Se niega a recibir cualquier ayuda, se pasa las noches bebiendo...
-¿Qué pasó con su compañero?
-Le dispararon en el pecho una noche cuando salía de un bar al que iban siempre. Nate se culpa, cree que si hubiera estado allí hubiera podido hacer algo. Nunca encontramos a quien lo hizo y el caso quedó cerrado. Pensé que ponerle con otra persona le ayudaría pero... - suspiró mientras se cubría la cara con las manos y se apoyaba en la mesa - Vuelve al despacho Rick, ya hablaremos de esto...
Anderson salió de allí sin decir una palabra y se fue a casa. Después de pasarse la mañana moviendo cajas y colocando archivos de un lado a otro necesitaba descansar. En el fondo no quería irse del SPD y agradecía que el capitán le hubiese dicho que se tomase un tiempo para pensarlo. Aunque Nathan le había dicho cosas muy crueles y que le habían dolido, también le entendía. Perder un compañero y que el culpable siguiese libre tenía que ser muy duro.
