Capítulo 18

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En ese momento se oyó ruido de pelea al otro lado del teléfono, seguido de dos disparos.

-¡Wilson!

La comunicación se cortó, y Drake intentó llamar de nuevo, pero sin resultado. Colgó el teléfono y entró corriendo al bar, interrumpiendo la charla de sus compañeros.

-Tenemos que irnos, le ha pasado algo a Keith. – dijo mientras cogía la chaqueta y se la ponía, preparado para salir de allí.

-¿Qué? – Preguntó Rick confundido - ¿De qué estás hablando?

-No tengo tiempo para explicarlo, tenemos que irnos, ¡YA!

-Nate, relájate, ¡Ni siquiera sabemos dónde está! ¿Cómo pretendes que vayamos a por él?

Drake se detuvo, pasándose las manos por el pelo en un gesto de desesperación. Wilson no les había dicho en que motel estaba viviendo, así que no tenían manera de saber dónde se encontraba.

-Espera, una vez nos dijo que tardaba unos 10 minutos en llegar y siempre iba andando, hay que hacer una búsqueda de los alojamientos que estén en un radio de un kilómetro más o menos... - dijo William mientras sacaba el móvil y empezaba a buscar en internet.

-Cierto – confirmó Zoey – Además casi siempre traía un café de Dennehy's, podemos reducir la búsqueda...

Mientras tanto, Kurt había avisado a la policía y a emergencias para que estuviesen preparados y en cuanto supiesen el nombre del motel ir de inmediato.

Mientras tanto, Kurt había avisado a la policía y a emergencias para que estuviesen preparados y en cuanto supiesen el nombre del motel ir de inmediato

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-¡Lo tengo! – dijo Rick un minuto más tarde – El Blue Moon, es el único que cumple con la distancia y Dennehy's está dentro de la ruta...

Salieron a toda prisa del bar y en media hora habían llegado. Sus temores sobre Keith se confirmaron cuando vieron llegar a la forense que le había estado sustituyendo en los últimos días.

-¡Sanna, espera! – la llamó Zoey mientras corría hacia ella – Es Wilson ¿verdad? Vienes por él...

-Si... Lo siento chicos – contestó mientras les miraba con tristeza – Acaban de encontrarlo, supongo que querréis entrar, así que antes de nada poneos esto para no estropear la escena... - comentó mientras les entregaba unas bolsas para los zapatos, gorros y guantes. Era consciente de que sabían cómo actuar en casos de asesinato, pero tenía por costumbre decírselo a todos los agentes al trabajar con ellos por primera vez.

La imagen que les esperaba dentro del cuarto era dantesca. El cuerpo de su compañero estaba en una silla en el centro de la habitación, y con signos de haber sido torturado antes de morir. En sus rodillas se podían ver dos heridas de bala, y su rostro era una masa sanguinolenta, con toda seguridad le habían golpeado hasta la muerte. Además el resto de la habitación estaba patas arriba, probablemente buscando pruebas. Habían quitado las sabanas y rajado el colchón por la mitad, además de abrir el armario y tirar las pocas pertenencias del forense por toda la habitación. El baño estaba en el mismo estado, los armarios abiertos y los botes de medicina por el suelo, con las pastillas esparcidas por todas partes.

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