Me Hiciste Quererte - [YOONMIN]

Narración - [Jeon Jungkook]

–Pasaremos tiempo juntos, lo juro, también te perdono pero deja de llorar.

Sus palabras me dieron aliento, creí que habría una segunda oportunidad.

–Gracias, prometo no hacerte enojar nunca más.

Procedí a ponerme el suéter de ChimChim (ya sé, es un apodo muy cursi pero creo que le sienta bien) y al cabo de un rato me dieron ganas de ver una película también, le dije a Jimin pero creo que no quería, supuse qué porque era algo temeroso; le insistí un gran rato pero al final no quiso y puso una de comedia, creo que para tener algo más de ambiente, después una idea algo ingeniosa pasó por mi mente.

–Jimin...

–¿Qué pasó?

–Si en algún momento yo necesitara ayuda ¿tú me la brindarías?

–¿Por qué preguntas eso? –me miró confundido—.

–Curiosidad, entonces... ¿Sí?

–Sí, ahora veamos la película.

No sé si me lo dijo para callarme o si en realidad me daría su ayuda, de cualquier modo, ya está atado a mi plan. Cuando di la vuelta para ver el televisor recordé la posición en la que estaban y quise imitarlo poniendo mi mano sobre la suya sólo para ver si se comportaría igual conmigo.

–Jimin, tengo frío.

–¡Traeré otra manta!

Se levantó del sillón y subió las escaleras sin mirar atrás, en ese momento, mi instinto me dijo que lo siguiera y así lo hice; quedé frente a la puerta de su cuarto y acerqué mi oído para escuchar lo que decía.

–...¡Aish! Estoy sonrojado ¿No se² supone que ahora me gusta Yoon Gi?

¿Gustar?, ¿Yoon Gi?, ¿La persona que lo golpeó brutalmente?, ¿Cómo fue que... Dios, todo era un asco, no debí haberle tomado la mano.

–Bien, no hay que dejar que lo que siento por Jungkook crezca más.

Él ya sentía algo por mi... ¿Cómo fue que lo perdí tan rápido? Yo a él le gustaba y ahora quería suprimir sus sentimientos hacia mí. Era ahora o nunca decirle mis sentimientos, bajé las escaleras cuidadosamente para no hacer ruido, tras unos minutos, Jimin ya había llegado con las mantas.

–Toma.

–Gracias, perdón por hacer eso...

–Sólo veamos la película.

Pasaron dos horas las cuales disfruté estando con él, cuando terminó, vi el desastre que quedo.

—¿Te ayudo a recoger?

–No, yo lo haré.

Poniéndose de pie se dirigió a la mesa y tomó una caja donde metió las películas. Nunca le había prestado atención a su estatura, en verdad era pequeño y tierno.

–¿Te puedo llamar "pequeño"?

Jimin se volteó y con una mirada que nunca antes había visto me dijo:

–Dobla las mantas.

Entendí la indirecta y sólo me dediqué a recoger para no causar más problemas. Pasaron las horas y tiempo después nos sentamos en el sofá, observé atento su hermoso rostro, sus labios, ojos, nariz, todo.

–Tengo que ir por mi hermano, lamento que debas irte —dijo interrumpiendome—.

–Te puedo acompañar si quieres...