Me Hiciste Quererte - [YOONMIN]

Visita

Depués de que Jimin viera la sonrisa del castaño se sintió aliviado, como si la presencia de aquel chico le ayudara con todos sus problemas. Se acomodó en la cama para recibirlo adecuadamente y tras mover las mantas nervioso, dijo:

–¡Hola! Perdón por lo de hace un momento es sólo que tuve una visita desagradable hace un par de horas y estoy algo molesto.

–¿Quién? ¿Suga?

–Si ¿Cómo lo sabes? —arrugó sus cejas—.

–Mencionó que estaba arrepentido por la manera en la que te golpeó y me pidió que le diera la dirección del hospital en el que estabas —caminó hacia la camilla—.

–¡¿PORQUE LO HICISTE?! TE DIJE QUE TENÍA MIEDO DE QUE ME HICIERA ALGO SIMILAR —gritó enojado—.

–Lo hice porque creí que querías ver pagar a Suga —rió—.

–¿"Ver pagar a Suga"? ¿De qué manera si yo soy más indefenso?

–Pensalo así —se acercó aún más a Jimin— él estara dispuesto a hacer lo que sea para que lo perdones, incluso podría hacer el ridículo en frente de todo el colegio —terminó dejando ver una sonrisa malvada—.

El rubio no había pensado en eso. Creyó que el plan de Jungkook podría funcionar pero tenían que elaborarlo bien para que no hubiera algún error y llegase a fallar.

–Tienes razón —asintió asombrado— él dijó que podría hacer cualquier cosa con tal de que lo perdonara, creo que mañana vendrá otra vez... Jungkook ¿cómo eres tan brillante?

Ambos comenzaron a reír, las risas que soltaban no eran normales, ésta vez tenían cierto tono malévolo, como si disfrutaran planear una venganza. Después de que hicieran bien su trampa, Jimin notó que el castaño estaba algo ya que sus ojos comenzaban a cerrarse poco a poco.

–Oye ¿Tienes sueño? ¿No quieres ir a tu casa? —agitó su hombro—.

–No, quiero estar contigo hasta mañana.

Jimin no pudo evitar sonrojarse. Aquellas palabras fueron muy especiales para él, por lo que pensó que todo lo que decía Jungkook era parte de un sueño que tenía.

–¡Oye! —levantó la voz— ya estás mezclando la realidad con tus sueños —rió— será mejor que vayas a casa.

Jungkook abrió los ojos de golpe y sosteniendo la mano de Jimin más fuerte, dijo:

–Estoy hablando en serio Jimin, soy capaz de quedarme a dormir aquí... No, más bien ¡Me voy a quedar aqui!

–¡¿Qué?! 

–Me voy a a quedar aquí haciendote compañía hasta que me digan que debo de salir y dejarte descansar —pausó para tomar una silla y una manta que se encontraba en la habitación— y como tengo sueño, me dormiré aquí contigo.

Jimin no tenía palabras, vió como el castaño estaba dispuesto a quedarse con él y no pudo evitar sentirse apenado; cada minuto que pasaba, sentía que su cara ardía aún más, por lo que se vió obligado a cubrirse con la sábana.

–¿Por qué te cubres? Desde aquí veo lo rojo que te has puesto —río desde la silla que había puesto al lado—.

–Me apena lo que haces... —sacó parte de su cabeza y miró a Jungkook—.

–¿Qué tiene de raro? ¿ésto hacen los amigos, no? —dijo mientras se cubría con la manta—.

Jimin sintió un golpe en su corazón. Fue como si la frase "eso hacen los amigos"  le doliera. Por un momento pensó que Jungkook sentía lo mismo por él y fue por eso que se emocionó, sin embargo, todo lo dejó en amigos y nada más. La pregunta de su enamorado hizo que Jimin perdiera el color rojo de inmediato y bajara la mirada decepcionado.

–Tienes razón —asintió con una sonrisa forzada—.

–Ahh...Creo que si —bostezó— no tengo almohada Jimin, tomaré tu brazo, se ve cómodo —terminó mientras recostaba su cabeza en el brazo contrario—.

Jimin no sabía que decir o que hacer, se quedó paralizado por completo ya que sentía como el color rojo regrasaba a su rostro y su corazón latía aún más rápido; tenía sentimientos de felicidad y tristeza, las sonrisas iban y regresaban al igual que los sonrojos, no sabía como controlarlo, estaba confundido y quería que Jungkook se alejara de él. En su martirio, trataba de buscar una respuesta a por qué su enamorado actuaba así: el ser cariñoso y amable con él, le hizo pensar que talvez Jungkook sentía lo mismo y que habría una oportunidad con él, pero al dejar claro que solo eran amigos, desechó todas sus esperanzas.

Pasaron 30 minutos y Jimin no pudo dormir al igual que Jungkook, se sentía incomodo y no veía la hora en la que llegara alguién y le dijera al castaño que debía irse. Pronto, llegó su salvadora y dijo que la hora de visitas había concluido, Jimin asintió y una vez que se fue la enfermera decidió despertalo.

–Oye, debes irte —tocó su hombro derecho— la enfermera dijo que la hora de visitas ya terminó.

–Te dije que me iba a quedar aquí —susurró tratando de abrir sus ojos—.

–No puedes, son las reglas del hospital.

–Tienes razón —despertó rescandose la cabeza— creo que vendré otro día... No, ¿sabes algo? mejor nos vemos cuando regreses al colegio, venir acá me hace sentir exhausto y me aburro demasiado.

Lo que dijo Jungkook hizo sentir miserable a Jimin "¿cómo podía ser cruel y cariñoso al mismo tiempo?" era lo que pensaba.

Luego de estirarse, Jungkook se levantó de la silla y acomodó las cosas que había tomado, después se dirigió al rubio:

–Me voy, cuídate mucho, si te duele algo dile a un doctor o a una enfermera, no quiero que te lastimes.

Al terminar ésta oración, Jungkook se acercó lo suficiente para poder abrazarlo, su abrazo era tan cálido y acogedor que hizo que Jimin se sintiera aún más confundido, así que solamente lo empujó.

–Tienes que irte.

Jungkook notó el cambio tan repentino en el humor del chico, sin embargo, sólo asintió a la petición de Jimin para no hacerlo sentir más incómodo, se despidió nuevamente y salió por la puerta de la habitación sin mirar atrás.

Cuando ya no había señales de que Jungkook estaba ahí, Jimin comenzó a llorar; el hecho de que el castaño sólo lo considerara un amigo le había lastimado, nunca había llorado por una persona que le gustara, tampoco sabía el por qué de sus acciones las cuales lo confundían aún más. Le dolía bastante amar a una persona que no le correspondía los sentimientos, así que con decisión y tristeza, se dejó claro a sí mismo que debía abandonar sus sentimientos hacia Jungkook.