Tormentas

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–Bien... —dijo nervioso Jimin— antes que nada, quiero saber sino te enojaras.

–No tendría porque enojarme, yo fuí el que pidió sinceridad.

–Recuerdas aquella foto que te pedí, esa donde te vistes como chica...

–Como olvidarla —se encogió en su sitio— ¿Por qué?

–Esa foto tenía un propósito y era... —pasó saliva con dificultad— ponerte en ridículo frente todo el colegio.

–¿Qué? ¿hablas en serio? —miró al rubio—.

–Si, todo lo había planeado con Jungkook, en verdad lo siento.

–Pero ahora... ¿Ya no piensas hacerlo, cierto?

–¡NO! —negó con sus manos— ¡No te haré eso nunca!

–Bien, eso espero, si no la confianza que hay entre nosotros se habrá ido a la basura.

–También tengo algo más que contarte.

–¿Uumm?...

–Me gustó Jungkook.

Por la sorpresa, el chico abrió ambos ojos como si le hubieran dado un golpe en el abdomen e Instantáneamente, se pusó nervioso ya que aún recordaba lo del hospital.

–¿E-en serio?

–Sí, piensas que soy raro ¿cierto?

–No No, es sólo que no me esperaba que fuese él...

–Sí, era él, pero ahora ya no me gusta, no fue un amor correspondido —esbozó una sonrisa deprimente—.

–Jimin, cualquier persona que te mirara a los ojos se enamoraría de tí, no hagas caso a Jungkook, hay más personas que mueren por estár contigo —detuvo el auto para mirar al rubio—.

–¿Cómo quién? —dijo mirando a la ventana—.

–*vamos dile que tú * —pensó— Alguién que daría todo por no verte llorar —tomó entre sus manos el rostro de Jimin— tranquilo, estoy seguro de que encontrarás a la persona indicada.

–Eso espero —quitó apenado aquellas manos—Mi casa está cerca, falta poco, andando.

Suga puso nuevamente en marcha el auto y dejaron aquel tema de lado. El transcurso era silencioso pero cómodo y al parecer, la casa de Jimin quedaba más lejos de lo que había dicho por los que tardaron una hora y media en llegar.

–Perdón pero aún no conozco del todo la ciudad, creí que estaba más cerca.

–No te preocupes —miró la casa del rubio— ¡Woah! Es muy grande y bella, ¿aquí vives?.

–Sí, mi papá hizo un gran esfuerzo para encontrarla. Entremos ya, talvez nos estén esperando.

–Aún llueve —miró Suga su alrededor—.

–Ya quedan unos cuantos pasos, cubrete con el suéter que te dí y entremos —sonrió—.

Suga asintió y cuando se disponía a salir del auto no pudo contenerse y estornudo, ésto hizo que Jimin se preocupara.

–Entremos rápido, antes de que empeore la lluvia y te resfries.

Ambos salieron del auto y llegaron hasta la entrada de su casa, el rubio tocó la puerta con desesperación y después, observó que Suga temblaba del frío.

–¿Quién es? —se escuchó una voz infantil del otro lado—.

–¡JiHyun! Soy Jimin, abre por favor.

–¡Hyung!

Jihyun abrió la puerta muy rápido y se sorprendió al ver que su hermano venía con compañía.

–¿Quién es él? —señaló a Suga—.

–Un amigo —le sonrió al jovencito— Vamos Yoon Gi, tienes que cambiarte, te prestaré algo —lo abrazó por el hombro y lo llevó a su cuarto—.

–¿Amigo? ¿Yoon Gi? —Jihyun sólo miro confundido a los dos jovenes marcharse—.

–Tu hermano es lindo —dijo Suga entre escalofríos volteandose para ver a Jihyun—.

–Vamos, luego lo saludarás, ahora tienes que cambiarte.

Cuando llegaron a su habitación, Jimin sentó en su cama a Yoon Gi y luego se dirigió al armario donde sacó una playera blanca, unos pantalones negros, un suéter rojo y un par de calcetas.

–Cámbiate, yo iré abajo, me dices cuando estés listo ¿de acuerdo?

Yoon Gi asintió y el rubio salió por la puerta para dejar que éste se cambiara a solas. Bajó las escaleras para ir donde su madre, sin embargo, se topó con Jihyun quién estaba esperándolo con una gran sonrisa.

–¡Hyung ya te extrañaba! —se abalanzó y lo abrazó— No vuelvas a lastimarte, por favor.

–No lo haré, lo prometo —sonrió—Yo también te extrañé.

–¿Tu amigo se llama Yoon Gi?

–Si, Min Yoon Gi ¿Qué tal te pareció?

–Es muy pálido, igual que la nieve —sonrió— a mi me gusta la nieve.

–Que bien que te agradó, de hecho a él no le gustan los niños, pero tú le caíste bien.

–¡¿En serio?! Trataré de no ser una molestia para seguír agradandole.

–Bien, Jihyun —sonrió y alborotó el cabello del menor—.

De pronto, se escuchó un fuerte relámpago haciendo que se fuera la luz en toda la zona. Jihyun se asustó.

–Tranquilo —dijo Jimin— Ve con mamá en lo que veo si Yoon Gi está bien, toma la linterna.

Jihyun obedeció y se fue. Jimin subió las escaleras cuidadosamente para no tropezar, cuando llegó arriba escuchó a Suga llamarlo.

–Jimin ¿estás ahí?

Él creyó que Suga ya había terminado de vestirse así que abrió la puerta muy rápido, cuando hizo eso, regresó rápidamente la luz y logró ver a Suga sin playera.

–¡¡Lo siento!! —se sonrojó bastante y azotó la puerta de su habitación—.

Yoon Gi un poco desconcertado, vio como su pequeño avergonzado salió despavoridos, así que se vistió rápidamente y salió buscarlo.

–¿Jimin?...

–Aquí abajo —dijo sentado en el suelo en posición fetal mirando al vacío—.

–Perdón, creí que habías apagado la luzpor eso te llamé.

–Está bien, yo estoy bien... —siguió mirando al vacío—.

–¡Chicos bajen a cenar!

–¿Es tu madre? —preguntó mirando hacia las escaleras—.

–Sí —sacudió su cabeza— vamos rápido —sonrió nervioso tratando de ocultar su grave sonrojo—.

Me Hiciste Quererte - [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora