Capítulo 18

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A.L III

Narrador.

         Los días pasaban. Aiden y Lizza continuaban en las mismas, incluso llegaron al punto de dejar de entrenar juntos. Todos los demás notaban este cambio, pero nadie decía nada, ni siquiera Melissa, ella sólo quería que entrenaran por su bien y si no lo hacían pues ya no era su problema. 

            Ese día habían perdido a una compañera, Mae West. Era una canadiense que con mucha suerte había llegado hasta donde estaba, desafortunadamente su lucha no dio a más. Estaban todos reunidos nuevamente en el centro, traían antorchas mientras formaban un círculo y la líder estaba en el centro. 

            Melissa levantó su pistola y disparó al cielo. Los demás inmediatamente gritaron "UNO"   — Por ser gran compañera. — gritó y disparó otra vez. "DOS". — ¡Por ayudarnos a todos! — "TRES". — ¡PORQUE NO TODOS LLEGARÁN AL FUCKING 'CIELO'!

           Todos gritaron y lanzaron las antorchas al centro, en donde la fogata se encontraba. Los ocho jóvenes estaban apartados de los demás, aún eran nuevos, así que no tenían mucho derecho en participar. Lizza aprovechó que los demás estaban distraídos y se encaminó al río que tenían cerca, Aiden notó el movimiento de la teñida, así que decidió seguirla. 

— Hey,  ¿Dónde van? — Samuel habló preguntando a nadie en general.

— Shhh, dejalos. — Carter habló, apareciendo de la nada. — Necesitan estar solos.  

  — ¿Y vos quién sos ahora?  ¿Su psicólogo? 

  Carter solamente rió y negó con la cabeza.

  — ¿Ves lo estúpido que es? — Madison volteó a ver a Carter.

— Ouch. — Samuel sobó su pecho haciéndose el ofendido, causando que la castaña oscura rueda sos ojos. 

***** 

 —  ¿Liz? — el rubio llamó pero no obtuvo respuesta. Miró a sus alrededores, hasta que su vista finalmente divisó una joven de tez morena con cabellos morados sentada en el borde del río. — Liz... 

  — ¿Qué querés, Aiden? — su voz sonaba bastante seca, no muy característico de ella. 

       El joven Black suspiró y se acercó a ella, lentamente sentándose a su lado. — Sólo quiero hablar...

Lizza giró la cabeza hacia él. — Te escucho.  

  — Supongo que seguís molesta... — la joven alzó ambas cejas, el muchacho había dicho lo obvio. Aiden suspiró y pasó una mano por sus cabellos, haciendo que éstos se despeinen. — Perdón... Es sólo que... Tengo muchas cosas en mi cabeza en estos momentos...

  — Y por eso te desquitaste conmigo. — Lizza asintió y rodó los ojos. 

         Aiden inmediatamente negó con la cabeza. — No, no es eso... Es que tengo un problema. Y... En esos días me costó bastante tan siquiera mirarte la cara... En serio, perdón. Es que...

         La joven sacó una carcajada, interrumpiéndolo. — Es que simplemente  ya no me toleras, eso es todo. Simplemente no tuviste el valor de decirmelo viniendo de tu propia boca. — ésta se levantó, dispuesta a volver, pero el muchacho fue más rápido y jaló su brazo.

  — No. No es eso... Liz, por favor escuchame. No tiene nada que ver con vos, bueno sí, pero no

— ¿Podrías dejar de fingir? Te creía mi amigo. Gracias. — Nuevamente la muchacha volteó y caminó lejos de él.

"Amigo"

  —  ...

      El joven jaló de su brazo por última vez, hizo que lo mirase a los ojos y juntó sus labios con los de ella. La contraria tenía los ojos increíblemente abiertos, con un sonrojo en toda su cara que parecía un pequeño tomate. Una vez que reaccionó, ésta cerró los ojos y lo besó de vuelta, lentamente subiendo sus manos hacia sus mejillas y acariciándolas poco a poco. El beso se llenaba cada vez más de dulzura y los sentimientos se iban mezclando cada vez más; amor, cariño, dulzura y confusión. Ninguno de los dos estaban seguros si lo que estaban haciendo era lo correcto, habían perdido mucho en el transcurso del viaje, en especial cierto braileño, pero ambos lo querían—No, lo anhelaban.

       Poco a poco fueron separando sus labios, se miraron a los ojos y se sonrieron el uno al otro. No habían palabras ni acciones, lo que ambos querían saber ya lo habían descubierto y todo rastro de inseguridad por parte de ambos desapareció por completo. 

       Sabían lo que querían, y lo iban a lograr. Aunque les costara la vida, y así será.

        

SURVIVEWhere stories live. Discover now