Capítulo 15

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Narrador Omnisciente

El entrenamiento de Peter no era el mejor, pues su entrenador era alguien que, aunque fuera bueno, era bastante estricto.

— Dale, no seas cabrón, levántate. — Alejandro le extendió la mano al británico.

— ¿Cabrón? ¿De dónde es eso? — el castaño aceptó su mano.

El de ojos claros rió. — Ay, de verdad, va a ser difícil si te pones en éste plan.

— ¡Hey! ¡No insultes a mi novio! — una morena corría hacia el castaño, para luego abrazarlo y sacarle una lengua a Alejandro.

— Hola, darling. ¿Cómo te ha ido? — Peter preguntó con una sonrisa en la cara.

— Bien, pero esa muchacha es bien loca. Yo no sé, yo creo que tú no sobrevivirias con ella.

— Qué cariño.

Peter y Sophie solían hablar bastante, pues, entre ellos eran los que más se conocían. Y no hace falta decir que toda la situación se les hacía algo difícil a ambos, ellos sólo habían llegado a ese lugar a visitar a unos amigos que iban a casarse; aunque nunca pudieron llegar a asistir a esa boda.

*****

La castaña clara caminaba junto con Madeline y Sophie en el refugio, se colocó justo en el centro y disparó dos veces al cielo. — ¡OI!

Inmediatamente todas las miradas fueron fijadas en ella, la ' Patrona Rodríguez '.

Alejandro se acercó a ella y la miró. — ¿No es muy pronto?

— 'Tas loco vos, más bien, ya es tarde. Si no salimos ahorita capaz y no tenemos de qué hartar. — Melissa se hizo una coleta.

— Está bien...

— ¡LOS NUEVOS VENGAN ACÁ YA! — Como si de un demonio se tratase, nuestros protagonistas se colocaron frente a ella. — Bien. Van a ir a cazar.

— ... ¿Qué? — Madison habló, sin poderse creer lo que dijo.

— Me oíste, van a ir. Pero no te preocupes, tu noviecito te protegerá.— Melissa le contestó en un tono burlón. — Y es que, no van a ir solos. No los pienso sacar para que nuestro número se reduzca, no. Irán con sus entrenadores. Sin embargo, con distintos deberes.

— ¿Eso quiere decir que vamos a ir con vos? — la rubia ojos verdes preguntó acercándose a ella.

— ¿Quién sos vos? Ah, Madeleine. No, no lo harán.

— Madeline. — corrigió ésta.

— Esa miércoles. — la joven rodó los ojos. — La cosa va a ser así; El chino y la morenita se irán a casar, ya que Tayang es el mejor cazador que tenemos.

— ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJJA! ¡EL CHINO! ¡VES! ¡SOS CHINO! ¡TALLARÍN, VENÍ!

El asiático se acercó a Valeria con una mirada fulminante. — ¿Tallarín?

— Tayang, Tallarín, duh. —la oji-avellana habló mientras reía sin cesar.

— No va a ser mi culpa si ella se pierde y no sabe cómo regresar. — habló Taehyang mientras señalaba a la morena.

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