Capítulo 28: Paisaje Inestable.

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Ya se veía lejos, Hogwarts era solo un punto al cual se tenía esperanza volver. Los gélidos árboles secos hacían que la distancia pareciera mínima, sin embargo, las mojadas piedras que complementaban las casillas de la estación, gritaban entre sus grietas que el momento de partir había llegado. Y ella solo podía sentír el rocío de la brisa avisándole que su bienestar dependía de solamente sus habilidades como bruja, ese mismo la perseguía desde el momento en que había salido de los terrenos del colegio.

Los rayos de luz eran regalados por el sol en aquella mañana de domingo, pero, la capa blanca de fría escarcha aún permanecía como fortaleza en todo el mundo mágico. Un espectáculo más que resultó ser indiferente ante sus ojos, ella sólo lo buscaba a él, absurdo y totalmente innecesario pero lo hacia, su taciturna promesa de verse aún se paseaba en su cabeza y para su propio agobio, también el recuerdo de las aclamantes palabras dichas en el bosque prohibido. Respiro profundo, haciendo que en el acto un par de copos de nieve cayeran de su gorro.

– ¡Andando, caminen!

La exclamacion de su amigo semi-gigante retumbó en sus oídos, haciendo de sus penurias un poco menos asfixiantes y de todo un poco más acogedor. Las partes color escarlata del tren la encandilaron por un segundo para después hacerla sonreír, tantos recuerdos golpearon su mente.

Y ahí estaban, Harry, Ron, Ginny y ella caminando entre sus compañeros con bufandas en sus cuellos de color rojo, verde, azul y amarillo, al igual que ellos, éstos arrastraban sus baúles y demás pertenencias. Siendo unos más de la multitud, Hermione y los chicos siguieron el largo tramo de la estación para poder llegar a la puerta de abordaje, percibiendo en cada paso como sus compañeros se emanaban apuradas despedidas envueltas de buenos deseos.  Hermione atragantó un nudo de inesperada nostalgia y siguió los pasos de dos pelirrojos y un azabache.

– ¡Andando, andando el expreso los dejara!

Las nuevas palabras por parte de Hagrid hicieron eco entre el aire. Hermione sonrió al ver la expresión de unas chicas de Ravenclaw al ser víctimas de la estridente voz por parte de éste.
Y pese al apuro del cual el guarda de bosque era productor, aún en los caminos de piedra podían escucharse las huecas pisadas de los Thestrals que anunciaban la llegada de otro carruaje abarrotado de alumnos.

– Hermione ¿Segura que no irás?

Una voz la saco de su cavilaciones, paro su caminar y pronto levanto la mirada para ver  a una pelirroja con ligeros gestos implorantes. Trago un poco de saliva para humectar su cavidad bucal y espero que sus argumentos estuvieran a la altura de la terquedad de Ginny.

– Estoy segura. Saben que me encanta pasarla con ustedes en estas fechas, pero... –. Empezó mientras su brazo reposaba un momento al dejar su baúl en el suelo – Mis padres, tengo y quiero estar con ellos.

La chica Weasley asintió un poco apenada ante su escaso entendimiento, ajusto su bufanda al su pecoso cuello y paso su brazo por encima de los hombros de su castaña amiga. Harry y Ron se encontraban frente a ellas, las observaban con neutralidad.

– Esta bien –. Ginny decía, su cabello color fuego enmarcó su rostro y sus palabras salíeron extrovertidamente. Su brazo aún permanecía enroscado en los hombros de Hermione – Pero te obligo a que nos envíes cartas para saber como la estas pasando. No podrás safarte de nosotros tan fácilmente.

Una sonrisa dejo ver los blancos dientes de Hermione. Volteo a ver a Harry directamente, éste solo bajo la mirada tratando de disfrazar con otra tonalidad su enorme sonrisa y el brillo de sus verdes ojos, ella misma se enterneció ante la inconsiente acción de su mejor amigo.

– Tratare Gin, recuerda que no tengo lechuza y Crookshanks es muy perezoso como para dictarle dichas tareas –. Contesto mientras acomodaba un mechón de su cabello bajo su gorro. Sintio el impulso de su voz raspandole la garganta – De todas formas, tenia pensado invitarlos un día a dar un paseo e ir por una cerveza de mantequilla.

MercyWhere stories live. Discover now