Capítulo 19: Dos Lágrimas Más.

1.1K 79 5
                                    


Suspicacia en el más húmedo aire, la frialdad en el alma de cada  servidor y la mínima esperanza que llega a existir ante una inminente guerra.

Era algo un poco increíble la tensión que se podía escabullir por los poros de cada uno. Por todos lados, invadiendo el aire ajeno, asfixiante, desesperante y molesta. Tensión haciendo una combinación nada agradable con la incertidumbre de que algo, lo que sea, una palabra, un murmullo, un referente que saliera de la boca de Severus Snape.

Los cuatro Slytherin se encontraban con el semblante de la más venenosa inquisitividad, Pansy había sido despertada de su  inconsciencia y en esos momentos su ceño no era más que una marcada línea gélida al igual que la de sus compañeros. El sumiso silencio había sido el principal participe durante el trayecto a la oficina de Snape, solo miradas auxiliares eran las que navegaban de uno a otro joven.

Snape jamás les había dado el rostro, su semblante siempre había ido en una sola y definitiva línea directa. Ellos, pese a ver la oportunidad de deslizarse de sus manos, supieron que no era una buena idea al ver como el  cascarrabias profesor tenía su varita en mano, fácilmente podría arrastrarlos con el nuevamente si intentaban huir.

Al llegar a su frívolo despacho, éste los había hecho pasar para luego darle a Daphne un algodón con una sustancia, había indicado que lo pasara por la nariz de Pansy haciendo que de inmediato esta regresara de su agustiante letargo un poco desorientada ante la situación.

Después de ello Pansy al recibir una mirada cautelosa de parte de sus amigos supo que pese a las inminentes preguntas que se formaron en su cabeza era mejor guardar silencio y esperar lo que sea que fuera a suceder.

– ¿No es necesario repetir el cuestionamiento anterior o si? –. Severus marco su insistencia. Había empezado una nada afable indagación sobre el incidente ocurrido hace apenas unos minutos – He de decir que su testarudez me esta quitando la noción de la cordura, les preguntare una vez más y espero que esta vez obtenga una respuesta favorable ¿Qué fue lo que sucedió en los pasillos?

Con soberbia y pedantería los chicos miraron a Snape con la más mínima importancia ante lo anteriormente dicho por el. Tanto como Blaise y Theo, Daphne y Pansy se encontraban de pie aun lado del gran escritorio negro en donde el susodicho profesor estaba situado en su fina silla de cuero.

Para Severus la paciencia y comprensión ante situaciones como aquellas llegaban a ser tolerables, bastante le había ayudado el ser el jefe de la casa de las serpientes, sin embargo y para mal de sus alumnos presentes, aquello no tenía nada que ver con asuntos académicos o relación, en cambio pese a que ellos aún fueran indiferentes ante aquella verdad, podía percibir la tensión que estos emanaban ante sus crudas preguntas.

– Esta bien, no quieren hablar. Me temo que por las lamentables circunstancias el pequeño inconveniente tendrá que pasar a manos de la profesora Mcgonagall –. El mentor de Defensa contra las artes oscuras lo dijo con el fin de persuadir a los orgullosos Slytherin, sin embargo no vio cambio absoluto en su obstinación y es por ello que decidió sacar a flote el principal tema que rodeaba el ambiente con vacilación sin siquiera saberlo – De seguro que para Mcgonagall no representará ningún problema el resolver este mínimo incidente y sobre todo... le será demasiado interesante el saber que ustedes jóvenes alumnos tienen entre sus túnicas una botella de hidromiel...

¡Demonios! Para los chicos el teatrito de demostrar cero intimidación acabo y el verdadero juego comenzó al instante que esas palabras fueron dichas por Snape.

Las cuatro serpientes se lanzaban miradas las cuales trataban de aparentar una tranquilidad que en esos momentos era de lo más escasa. Severus se había levantado con decisión de su silla y tomado su varita del escritorio.

MercyWhere stories live. Discover now