Cuando estaba por caer la noche, Agustín había terminado de acomodar los muebles de Carolina tanto en la sala como en la recámara, cayó exhausto sobre su cama, había tenido que mover varios de sus muebles para que entrara el poco estrecho librero de la morocha, esta tras terminar de acomodar su ropa, acomodó su inmensa colección de libros y algunas figuras y plantas que Agustín le había dicho que quitará, en el librero.

El morocho había cerrado los ojos, Carolina rió tiernamente y se dispuso por acomodar la última maleta que le faltaba. Sobre su tocador colocó todos sus cosméticos, cremas, perfumes y otras cosas más para el cuidado personal. El lugar estaba listo; diferente pero hermoso, Carolina se había encargado de llenar todo el lugar con más fotos de ella junto a Agustín.

-Creo que quedó increíble.- dijo y se recostó a un lado del morocho.

-La verdad sí, ya no es lo de antes, pero me agrada este cambio- dijo sincero Agus y acercó a la morocha a él- se ve hermoso así porque es un lugar de ahora en adelante para los dos, hay cosas de ambos, los gustos de los dos, todo es de nosotros.

-Así es, amor, gracias por aceptar adaptarte a mí y a mi forma de vida- dijo sincera- significa mucho para mí que estés haciendo este gran cambio en tu vida.

-Haría cualquier cosa por tenerte a mi lado, quiero que seas feliz y prometo que pondré todo mi empeño porque funcione y sea de lo mejor la convivencia.- dio un tierno beso sobre la frente de la morocha.

-Eres el mejor novio- dijo dulcemente y se apretó más contra el cuerpo del morocho- ¿sabes?, me da un poco de nervios saber que dormiremos juntos, en la misma cama todos los días.- sintió un leve rubor en sus mejillas.

-Y no sólo eso, me verás muy seguido desnudo y yo a ti también.- Carolina cubrió su cara que ardía de lo roja que estaba y golpeó suavemente el pecho del chico.

-¡Agustín!- gritó exaltada- no digas esas cosas.

-¿Qué?, es la verdad.- se defendió.

-Sí, pero cuando lo dices así haces que me de mucha pena.

-Ay vamos Caro, no sería la primera vez.- esbozó una sonrisa coqueta y la morocha una vez más escondió su cara.

-¡Agustín!- volvió a gritar- ¿quieres dejar de decir esas cosas, por favor?-  Agustín se carcajeó y la morocha lo fulminó con la mirada.

-Si sigues gritando mi nombre de esa forma los vecinos van a creer que estamos haciendo otra cosa.- dijo en un tono de voz grave y Carolina una vez más lo golpeó, no podía creer todo lo que decía ese chico.

-Ya, por favor, Agustín.- lo amenazó la morocha y el chico asintió resignado.

-A mí no me engañas- acarició suavemente la mejilla de la morocha- sé que me deseas.

-Agustín...

-¿Qué?, ¿sabes por qué lo sé?- se recostó de lado para poder ver mejor a la chica y se fue acercando poco a poco, provocando que la respiración de Carolina se entre cortará- porque estoy igual, hace tiempo que te deseo.

Carolina no dijo nada, contempló los labios del morocho que rogaban por tener junto a él los de ella. Se relamió un poco el labio y la morocha no pudo evitar morder su labio inferior, eso para Agustín fue una señal para poder acercarse y besarla.

Se unieron en un beso que en un inicio era suave y lento, pero fue subiendo de nivel, y terminó siendo uno desesperado, apasionado y lleno de deseo. Carolina se apretó contra el morocho y Agustín comenzó a hacer sus típicos movimientos de manos para acariciar el cuerpo de la morocha.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Where stories live. Discover now