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Hoy [20 de febrero]  (Maratón 2/¿?)
Casa de Carolina

La morocha estaba en su computadora, veía videos, algunas fotografías viejas. Había encontrado una carpeta con el título "escritos", la abrió curiosa y se encontró con cientos de archivos; en algunos escribía poesía, en otros alguna historia corta o un cuento, y el más actualizado era una novela, se llamaba "Mi vida", y cómo el título lo decía, hablaba de su vida.

Leyó el último capítulo que había escrito; "verlo a los ojos ya no me resulta tan placentero, ¿cómo es que esos ojos tan musicales que un día me prometieron amor, ahora sólo me matan con una mirada?. No es fácil, no, jamás nadie dijo que sería fácil poder seguir adelante después de que te traicionan y te rompen el corazón. ¿Qué hice para merecer sentirme de esta manera?, ¿o es que me equivoqué enamorandome de ese chico cordobés?. Sólo quiero poder despertar mañana y que este dolor ya se haya ido, que este amor que te tengo sean sólo cenizas. Quiero una vez más poder ser feliz, creer en el amor y por primera vez sentirme amada, pero de verdad. ¿Habrá alguien en este mundo que pueda amarme?".

La fecha era del catorce de mayo, el día del accidente, sintió náuseas al leer la fecha. "¿Por qué escribí eso?", se preguntó, era obvio que el momento en que se expresó de esa forma estaba herida. Le habían roto el corazón y era lógico que fuera Agustín, era su novio desde ese entonces, pero ¿qué había hecho para hacerla sentir tan rota, para que creyera que nadie la amaba, y para hacerla sentir que ya no podía ser feliz?.

Llamó al morocho y este le dijo que iba en camino, estaba más que confundida, prefirió no seguir leyendo esa carpeta y abrió la de "poemas", leyó el primero.

"Sola es como me siento,
Los recuerdos llegan con el viento,
El amor es sólo un viejo cuento,
Si digo que no sufro, realmente sólo miento.

Las tardes de verano son las más hirientes,
Te marcan y sin remedio sólo te hacen sufrir,
Así como tú lo hacías ocultando lo que sientes,
La vida es un dilema, un día puedes vivir, y al otro morir.

Tus mentiras se quedaron guardadas en mi piel,
Lo hacías bastante bien,
Sería fácil decirte que eres cruel,
Llevate mi amor en ese vagón de tren

Abandoname una vez más,
Qué más da, ya estoy acostumbrada
Sólo tú eres capaz,
De matarme y aún así mantenerme siempre de ti, enamorada".

No entendía el porqué de sus palabras, necesitaba respuestas urgente, la cabeza le comenzaba a doler y se sentía traicionada.

Diez minutos después de leer más poemas o pequeñas historias, escuchó el timbre de la puerta, tomó sus muletas y con trabajos bajó las escaleras. Deseaba ya poder dejar de usarlas, pero aún le faltaba de una a dos semanas.

-Hola- dijo animado el morocho cuando la chica le abrió la puerta, se acercó a darle un beso en la mejilla, pero esta se alejó- ¿qué pasa?, he venido cuanto antes porque me dijiste que querías hablar de algo importante conmigo.

-Pasa- dijo y le indicó al chico que tomara asiento, este antes se acercó y la ayudó a que ella tomara asiento primero- Agustín, ¿me ocultas algo?- de inmediato se puso tenso cuando escuchó las palabras de la morocha.

-No sé de qué hablas.- contestó nervioso.

-Agustín ya te había dicho que he soñado que tengo una fuerte discusión contigo, y no, no es sólo un sueño, es un recuerdo- dijo segura- además hoy he encontrado algo.

-¿Qué has encontrado?- preguntó con miedo.

-Esto.- tomó la laptop que había bajado de su habitación, y le enseñó todos los textos que había escrito.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora