16.

2.1K 155 11
                                    

Tres semanas y media después del accidente
Edificio de la Policía de Buenos Aires

En una sala callada, oscura y estrecha se encontraba un joven de veinticinco años, de Córdoba, Argentina, estaba esposado. Llevaba dos días en ese lugar.

Frente a este, estaba un hombre de treinta y seis años con un traje sastre, llevaba la placa colgada en su chaleco que traía encima del traje.

-No entiendo porque me tienen aquí, les dije que yo no tengo nada que ver con el accidente de Carolina.- dijo frustrado. Estaba cansado, se encontraba en un lugar injustamente, moría de sed y de hambre. Jamás lo habían tratado tan mal.

Dos días antes él iba saliendo de su trabajo, estaba por conducir en su viejo chevi azul marino cuándo la Policía llegó, lo esposaron y de un momento apareció en ese lugar que lo tenía devastado.

-Las evidencias dicen lo contrario- atacó el detective Cranston- encontramos los mensajes en su celular, además de que el auto que fue denunciado por el accidente, fue encontrado en un estacionamiento que esta atrás de su casa.

-Eso no prueba nada, puede ser de algún vecino.- se defendió.

-No, porque además se encontraron papeles en los que el automóvil esta a su nombre.

-Se los dije ayer, antier y se los seguiré diciendo; ese auto nunca antes lo había visto.

-Y justo lleva las placas que usted le describió a la señorita Kopelioff por mensaje.

-No tengo idea de que pasó- suspiró frustrado, no sabía que hacer- sí, las placas si son de mi auto, el cuál es un chevi, y si ya tiene más de un mes que me las robaron.

-Eso, o decidió cambiar el auto para que así no podamos culparlo por el accidente.

-Tengo ese chevi desde los veinte años, y en cinco años no he comprado otro.

-Puede decir todo lo que quiera, pero todas las pruebas apuntan a que es usted el culpable.

-¿Qué quiere que haga para que me crea?, no tengo nada que ver con Carolina.

-No puede hacer nada, el auto es suyo, al igual que el celular- se levantó el detective y caminó hacia la puerta- sólo es cuestión de tiempo para comprobar su culpabilidad y encerrarlo tras unas rejas.- le guiñó un ojo de forma modesta y salió del lugar.

Carlos gritó frustrado, no sabía como mostrar su inocencia. No tenía idea de como habían llegado esos mensajes a su celular, al igual que jamás había visto el auto que le mostraron por unas fotos ayer. Hace un mes y medio le habían robado las placas, pero por falta de dinero no denunció nada, tomó prestadas unas que eran de su tío. 

Tenía que comprobar que era inocente a como diera lugar, no estaba dispuesto a pagar por algo de lo que no era culpable.

Agustín llegó junto a los padres de Carolina hace media hora, los detectives les habían llamado a primera hora para decirles que tenían a Carlos desde hace dos días.

Leonardo y Patricia se quedaron hablando con la detective Álvarez y Agustín tras haber estado insistiendo, el detective Cranston lo había acompañado a ver al desgraciado que se había atrevido a lastimar a Carolina.

-¿Puedo hablar con él?- preguntó Agustín al detective, los dos observaban al chico desde un cristal, el chico no podía verlos, así que cualquier movimiento en falso lo incriminaría más de lo que ya estaba.

-Está bien.- dijo el detective y le indicó a un policía que trajera al chico que estaba tras el cristal.

Minutos después apareció el chico, llevaba el uniforme que recordaba Agustín habérselo visto el día que desayuno en el lugar del trabajo de este, traía unas esposas y en cuanto vio a Agustín se puso tenso.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant