30.

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Hoy [30 de enero]
Hospital General de Buenos Aires

Los padres de la morocha guardaban todos los regalos que había recibido su hija en ocho meses, en cajas o bolsas. Habían llevado una mochila con un poco de ropa de su hija y esta estaba dentro del baño cambiándose de ropa.

-¿Estás seguro de que Caro ya puede ir a casa?- preguntó ansiosa Patricia.

-Sí, amor- se acercó a abrazar a su esposa- ya tiene casi nueve meses que está fuera de casa, es el momento.

-Pero ¿y si aún no está bien?- preguntó con miedo la señora.

-El doctor ha dicho que ella ya está bien, lo que más necesita es estar junto a su familia, en casa, lejos de este hospital.

-Pero tengo miedo a que algo le pase, aún no recuerda todo.

-Estará bien, no la vamos a abandonar, tiene todo nuestro apoyo, el de sus amigos y el de su "novio".- comentó con gracia mientras hacía comillas con los dedos.

-No sé cómo es que no te molesta que Agus le haya dicho eso.- dijo ya un poco más relajada Patricia.

-Bueno, porque no está lejos de la realidad. Carolina lo quiere mucho y está enamorado de él y sé que Agustín siente lo mismo, y tarde o temprano terminarán siendo novios.- comentó un poco dudoso.

-Lo único por lo que estoy de acuerdo con todo esto, es porque siento que es un motivo para Carolina para mejorar, todo el tiempo piensa en que quiere recordar todo para estar bien con Agus, además de que se ve que eso la hace feliz.- dijo sincera. Leonardo asintió cuando escucharon la puerta abrirse, por esta entró su pequeña hija, llevaba un vestido color vino de tirantes con encaje, llevaba su cabello suelto y olía a su peculiar y delicioso perfume.

Se veía diferente, feliz, no dejaba de sonreír y eso a Leonardo y Patricia los llenaba de alegría.

-Hola.- comentó la morocha, la traía una enferma en una silla de ruedas.

-Hola hermosa.- dijo con los ojos cristalizados Patricia y fue directo a abrazar a su hija.

-¿Estás lista?- preguntó su papá una vez que dio un beso en la cabeza de la morocha.

-Creo que sí.- dijo dudosa y la enferma los dejó solos a los tres.

-¿Qué pasa, pequeña?- preguntó con dulzura su papá.

-Tengo un poco de miedo.- dijo sincera.

-¿Por qué?- esta vez preguntó Patricia.

-No sé si me pueda acostumbrar tan rápido a mi vida, ha pasado un tiempo y aún no logro recordar todo, y no sé, simplemente siento que no lo voy a hacer bien, me va a costar trabajo adaptarme.

-No Caro, no pienses así, todo irá bien, ¿sí?- la animó su padre.

-Eso espero.- dijo un poco frustrada.

-Bien, ¿estás lista?- preguntó Patricia y Carolina asintió.

Leonardo fue directo por las dos cajas donde se encontraban todos los regalos de la morocha al igual que una bolsa. Patricia tomó su bolsa y el control de la silla de ruedas. Caminaron junto a su hija por los pasillos del hospital.

Se estaban despidiendo del doctor que cuidó todo ese tiempo a Carolina, cuándo un morocho un poco impuntual, llegó corriendo.

-Llegué.- anunció una vez que estuvo a lado de la familia.

-Pensé que no vendrías.- dijo un poco triste Carolina.

-Perdón, se me hizo tarde y el tráfico está horrible.- trataba de recuperar el aliento, había corrido más de lo que él hubiera querido con tal de llegar con su morocha, quería acompañarla mientras salía de ese lugar.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα