18.

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Hoy (dos meses después del accidente)
Hospital General de Buenos Aires

Agustín estaba dormido en la silla posicionada a un lado de la cama en la que descansaba la morocha. El chico, tenía uno de sus habituales sueños.

Esos en los que él estaba con Carolina hablando animadamente, ella reía por todo lo que él decía y él como era su costumbre le robaba besos a la morocha, esta siempre se sonrojaba.

Su parte favorita, era cuando ella le decía "Te amo", se sentía tan alegre, que por un momento dejaba de pensar que era un sueño, pero siempre cuándo él le iba a decir "También te amo", su sueño se volvía borroso, y el cuerpo de su pequeña tirada sobre el pavimento, inconsciente, desangrándose invadía su cabeza provocándole un fuerte dolor en el corazón. Se despertaba gritando por ver tan horribles imágenes, y esa vez no era la excepción.

Se levantó nervioso y volteó a ver a todos lados, se encontró con su pequeña, estaba tranquilamente descansando. Suspiró aliviado y fue junto a ella, tomó su mano y le dio un par de besos.

-Una pesadilla- dijo agitado- la misma de siempre.- agachó la mirada.

Trató de regularizar sus respiraciones, ese sueño lo había puesto muy tenso, como siempre. Alzó la vista y vio a su pequeña, cada vez parecía más a la Carolina que había visto dormir hace dos meses y medio junto a él. Acarició su cara y sonrió, le aliviaba bastante que los moretones y rasguños que hace todavía unas semanas la chica tenía, eran una clara señal del accidente que había sufrido.

-Ya me cansé de tener ese tipo de sueños- le dijo a su pequeña- inicia con un lindo sueño y se vuelve en una cruel pesadilla.

Suspiró frustrado y se sentó en la silla, sin soltar la mano de su pequeña, volvió a acariciar su cara, deseaba como nada en el mundo que la chica por fin abriera sus bellos ojos marrones.

-Cambiando de tema- despejó su mente y continuó hablando con la morocha, él sabía que ella escuchaba atenta todo lo que él le decía- eres bastante flojita, eh- bromeó- sé que amas dormir, pero ya, Caro es hora de que despiertes- dijo gracioso con un nudo en la garganta, aún tenía fuerzas para seguir luchando- ya han pasado dos meses.

Todo ese tiempo se había desesperado por no ver señales de que la morocha fuera a despertar. Se sentía cada vez más abatido y las esperanzas, tristemente iban desapareciendo.

-Cuando despiertes, no vas a dormir nada- bromeó una vez más con la ilusión de que Carolina despertará y riera por sus comentarios- en cuánto despiertes, vas a querer ponerte al día, hacer todo lo que no pudiste hacer y en lo que menos vas a pensar es en dormir, eso te va a dar igual.

Se acercó a la morocha y dio un suave beso sobre su mejilla, eso siempre lo hacía sentir bien, y con eso agarraba más fuerzas para seguir luchando y para no abandonar a su princesa.

-¿Sabes?, yo soy una persona muy impaciente, pero el haberte conocido y esperarte cuando pasaba por ti para ir a grabar o cuando te esperaba para llevarte a tu casa en las noches después de trabajar, me volví un poco paciente- suspiró y recordó las añorables pláticas con la chica en su auto- sin mencionar las últimas citas que tuvimos hace poco, con eso aprendí a esperarte- tomó un mechón del cabello castaño de Carolina y comenzó a jugar con el, enrollándolo en su dedo índice- y vale la pena hacerlo- sonrió, le encantaba ese cabello y tenía tiempo que no jugaba con él y Agustín disfrutaba hacerlo- te voy a esperar toda mi vida, Carolina.

Era cierto, no quería estar con nadie más en el mundo que no fuera Carolina Kopelioff, él ya había jurado esperar a la morocha el tiempo que fuera necesario, no le importaba si fuera hasta un siglo, él lo haría. Lo único que realmente quería era estar junto a Carolina, cuidarla, consentirla y amarla.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Where stories live. Discover now