Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]

34.

Hoy [15 de febrero]  (Maratón 1/¿?)
Departamento de Valentina

La chica estaba rota en llanto, acababa de llegar a su hogar, tenía miedo. Cerraba los ojos, y la misma imagen desgarradora le venía a la cabeza.

Hace dos días, en la mañana cuando estaba comprando el regalo para su novio, un sujeto con pasamontañas la subió a su auto. Todo se volvió negro para ella, y cuando despertó, estaba en un lugar que no conocía, habían fotos de su amiga morocha por todos lados; estaba en el hospital, en su casa, saliendo de grabaciones, de pequeña, durmiendo en su cuarto, habían fotos de todo lo que hacía Carolina por todo el lugar.

"¿Quién eres?", fue lo único que le pudo preguntar al sujeto misterioso tras la máscara. Su voz era tan escalofriante, que así como se había guardado en la memoria de Carolina ahora estaba en la de Valentina.

"Tú eres el comienzo de esto", "gracias a ti al fin tendré a mi lado a mi dulce Caroline", "eres el primer aviso". No sabía a qué se refería, pero tenía miedo. Su "secuestro" estaba relacionado con la morocha, no sabía a qué se refería el sujeto con que era el comienzo, ¿comienzo de qué?, se preguntaba, ¿primer aviso?. Era todo tan confuso.

En las 48 horas que estuvo fuera de casa, su novio, Agustín, Carolina, su familia y demás amigos no dejaban de marcar, pero sólo cuando Carolina marcó por primera vez, el sujeto contestó; "Hola Caroline, eres tú o ella", la rubia supuso que la chantajeó con tal de soltarla a ella, pero no, al día siguiente fue y la dejó frente a su edificio.

Acababa de hablar por teléfono con su amiga, sólo necesitaba hablar con ella, tenía que decirle todo lo que pasó, necesitaba una explicación.

Quince minutos después apareció la morocha detrás de su puerta. Venía aún con sus muletas y se golpeó mentalmente por hacer que fuera hasta ahí a verla.

-Caro, que bueno que viniste.- dijo aliviada y abrazó a la morocha.

-Por fin- contestó aliviada- ¿cómo estás?, ¿te hizo daño?- dijo más que preocupada.

-No, estoy bien, sólo fue un susto de mal gusto.- comentó molesta, el rimel lo tenía todo corrido. Cuarenta y ocho horas se la había pasado llorando.

-Valen, pero ¿qué pasó?- preguntó atemorizada, recordaba la voz con la que había hablado un día antes. Su pregunta la desestabilizó por completo, "eres tú o ella", y obvio pediría que dejará en paz a su amiga, ella no debía de sufrir por algo que evidentemente no tenía nada que ver y aparentemente ella, sí.

-No sé, te juro que todo fue muy extraño.- comentó la rubia y fue a sentarse junto a su amiga al sillón.

-Pero, ¿quién era?, ¿qué fue lo que paso?- preguntó asustada.

-No sé, no lo conocía.

-Pero, ¿lograrías reconocerlo?- preguntó esperanzada la morocha, ella aún tenía dificultades para recordar todo, y aunque cada vez más reconocía esa voz, no recordaba bien la cara del sujeto.

-No creo, no lo vi lo suficiente.

-Pero ¿qué te dijo?, ¿por qué hizo eso?- estaba tan aterrada que comenzó a hablar rápido.

-¡No sé!- gritó exaltada y unas lágrimas se le escaparon- creeme que no se me ocurrió preguntarle porque estaba haciendo eso- la morocha se acercó para abrazar a su amiga, pero esta se puso de pie y se alejó de ella- Carolina, todo fue tan horrible. No sé a dónde es que me llevó, pero está más que claro que tiene una poderosa obsesión contigo.- dijo un poco molesta la rubia.

-¿Por qué lo dices?- preguntó con la voz temblorosa la morocha.

-¿Por qué?, qué pregunta más tonta- dijo exaltada y se limpió las lágrimas que derramaba. Ya se había cansado de sólo haber estado llorando- me secuestró sólo para llamar tu atención, ¿eso no te parece demasiado?- Carolina agachó la mirada, se sentía mal por lo que le había pasado a la rubia.