31.

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Hoy
Departamento de Agustín

-Agus.- escuchó a la morocha llamarlo desde la sala.

-¿Qué pasó, amor?.- gritó desde la cocina, estaba preparando una cena deliciosa para su "novia".

-Es hermoso tu departamento.- iba con trabajos en la silla de ruedas por todo el lugar; recorrió la sala, el pequeño comedor. Había tocado suavemente las teclas del piano de Agustín, y estaba por entrar a una habitación.

Se asomó para cerciorarse de que el morocho no la descubriera merodeando por su habitación. Abrió una puerta y se encontró con una cama matrimonial, frente a esta un armario y a un lado de la cama un pequeño escritorio, estaba un poco en desorden, pero aún así se lograba ver cada detalle de la habitación gris.

Entró sigilosamente y vio como arriba de la cabecera café, habían discos de vinil colgados, y a los lados, unos pequeños pósters de bandas. En el escritorio dónde estaban regados varios papeles había un porta-retrato, la foto que lo decoraba se trataba de ella, llevaba un vestido blanco y estaba en la playa. Sonrió y alzó su vista a una repisa que estaba sobre este mueble, en esta había otra fotografía, eran ellos, estaban abrazados y ambos sonreían, reflejaban que en la vida no habían problemas, que sólo se necesitaban el uno al otro y era todo, hacían ver que la vida era fácil, aunque realmente no era así.

Se colocó a un lado de la cama, resopló y por un momento cerró los ojos, trató de respirar profundo. A su mente la misma imágen de ella junto a Agustín discutiendo vino una vez más y sintió un terrible dolor de cabeza, puso sus dedos sobre sus sienes e intentó hacer presión, se pudo relajar un poco, pero cuando volvió a abrir los ojos; a su mente vino la imagen de un niño, no lo reconocía; era bastante blanco, su cabello era negro, y sus ojos eran grises, casi parecían negros, su cabello cubría parte de su cara, era un poco ondulado, estaba sentado en una silla desde un balcón observado el cielo con un telescopio. "¿Quién es?", preguntó para ella misma, este en un momento apartó la vista del telescopio y contempló a la morocha. Carolina sintió un escalofrío, sacudió su mente y miró a todos lados, en la puerta estaba Agustín, parado, cruzado de brazos.

-¿Pasa algo?- caminó y se sentó a un lado de ella- te he llamado para cenar y no has contestado.

-Lo siento, estaba viendo tus fotos.- dijo apenas en un susurro y señaló las fotografías que habían en el cuarto.

-¿Estás bien?- Carolina alzó la vista y lo miró fijamente a los ojos- no me has dicho que ha pasado en tu casa que te puso tan mal.

-Ya te lo diré, lo prometo.- dijo y tomó la mano de Agustín.

-Bien, vamos a cenar.- comentó animadamente y tras dar un beso en la mejilla de Carolina, se puso de pie.

-Quiero hablar contigo.- dijo la morocha y jaló de la mano al chico haciendo que una vez más tomará asiento.

-¿Sobre?- preguntó curioso.

-Nosotros- Agustín se puso tenso pero sostuvo la mirada ante la de la morocha- ¿he dormido aquí?- preguntó y señaló la cama del morocho.

-Sí, varias veces.- Carolina lo miró asombrada y sus mejillas se tornaron de un color rojo intenso.

-¿Cómo cuantas?.- preguntó con un poco de pena.

-Una vez hicimos una pijamada todos y fue acá, las chicas se quedaron aquí en mi habitación y los chicos en la sala o donde podíamos estar- Carolina asintió aliviada- una vez igual te quedaste a dormir acá conmigo, solos- el cuerpo de la chica temblaba sin control- tus papás estaban de viaje y no querías quedarte sola, así que fui por ti a tu casa y yo me dormí en el sillón y tu acá en la cama.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Where stories live. Discover now