-No hermano, Caro te necesita.

-Lo sé y juro que jamás la voy a abandonar, pero ¿y qué?, ¿y si pasan los años y ella no despierta?

-Habrás pasado tu vida junto a ella, justo como quieres.

-Sí, eso ya lo sé- dijo frustrado- pero, a veces necesito ver sus ojos para agarrar fuerzas, necesito que me diga algo, tan siquiera una palabra. La necesito.

-Lo sé, y te aseguro que pronto ella estará a tu lado de la forma que quieres, ten paciencia y sobre todo confía en el amor que existe entre ustedes- animó a su hermano y Agustín enserio agradeció tener a su hermano ahí junto a él- nunca te había visto tan enamorado de alguien- ambos rieron- pero, al fin llegó la chica que te puso tu mundo de cabeza- Agustín asintió con una sonrisa- y la verdad me alegro que sea ella, Carolina es alguien única; es linda, inteligente, talentosa, bondadosa, amigable, hermosa...

-Oye, oye, es mi chica, tranquilo.- bromeó Agustín justo cuando le impidió seguir con la descripción de la chica perfecta.

-Oh, vamos hermano, es mi cuñada, y estoy orgulloso de que lo sea porque eso sólo muestra que tienes buenos gustos- los dos sonrieron- tengo que presumirlo, además si me llegara a gustar, cosa que no es imposible- el morocho regañó a su hermano con la mirada y le dio un golpe en su brazo- ella está enamorada de alguien más, sí es de un Bernasconi- guardó silencio- pero no de este Bernasconi.- se apuntó con los dedos índices y ambos hermanos rieron. Hace tiempo que no pasaban tiempo así entre hermanos.

Continuaron platicando un poco, Santy le pidió consejos a su hermano para conquistar a una compañera de trabajo llamada Melissa y justo cuando vieron la hora en el reloj, bajaron para estar junto a sus padres al momento que fueran las doce.

El señor cordobés sonrió en forma de disculpa y arrepentido se acercó a su hijo. Agustín relajado y comprensivo estrechó entre sus brazos a su viejo. Él no tenía la culpa de nada y él no debió de haberse comportado así con él. Debía olvidarse de los problemas por un momento y disfrutar con su familia la venida de la Navidad.

La mujer y el otro hermano se acercaron a los dos hombres y se unieron al abrazo. Agustín necesitaba eso, el amor y la cercanía de su familia, el apoyo que le daban era lo que más le importaba, los quería muchísimo y de ahora en más no se alejaría de ellos, los necesitaba y estaba lleno de júbilo por saber que ellos siempre estarían ahí, junto a él.

Cuando las manecillas del reloj indicaron la medianoche, un pequeño sonido hizo que se alejaran y fueran por sus copas, chocaron las cuatro y alegres bebieron el jugoso vino. Agustín cerró los ojos y vio la imágen de unos hermosos ojos marrones, se llevó una mano a su corazón y susurro para el mismo; "Felíz Navidad, Princesa".

[***]

El hospital estaba en silencio y calmado, la mayoría de la gente estaba en sus casas disfrutando de una cena con sus familias, muy pocos médicos y enfermeros estaban ahí por si algún accidente llegaba a pasar en tan linda noche.

Carolina descansaba, como lo llevaba haciendo ya siete meses. Un poco de olor a estofado invadía su pequeña habitación y había una pequeña mesa para tres frente a la cama de la morocha.

-Te quedo rica la cena cariño.- comentó dulcemente el padre de la morocha.

-Gracias amor, es el preferido de Caro.- los tres voltearon a ver a la morocha, esperaban que despertará por el exquisito olor. Todas las fiestas pedía que su mamá le preparará ese delicioso platillo.

-Me alegro de por fin estar en casa, por el trabajo había estado viajando- agregó la hermana de Carolina- ahora si podré estar junto a ustedes, y sobre todo estaré con Caro, odiaba saber que no podía estar con ella en tan terrible situación.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin