Emma, chica de 19 años, empezando sus estudios en la universidad cuando todo ocurrió.
¿Quien iba a decir que el mundo se iba a ir al carajo?
Ahora se encontraba sobreviviendo con su novio Will de 21 años, y con su madre Katy de 50 años.
Su padre h...
— Hey — grito y toco las rejas, provocando un leve ruido para que él despierte. — Toma — digo cuando veo que se acerca y le entrego la bandeja con comida, abriendo la pequeña ventanilla que la celda posee.
— Que sorpresa verte aquí — dice y luego mira mi vientre ya plano. — ¿Como está el pequeño Glenn? — pregunta con una sonrisa de malicia en su rostro y mi cuerpo se tensa.
Glenn nació hace ya un mes, y jamas he venido a ver a Negan desde que mi bebé nació, ni siquiera me agradaba la idea de que él sepa sobre mi hijo.
— Los rumores corren rápido en esta comunidad, linda — dice, al ver mi cara y seguramente porque se dio cuenta que me sorprende que él sepa acerca de que ya nació mi hijo. — Cuando lo podré conocer?
— Cuando salgas de esta celda, o sea nunca — contesto y río al ver su cara de frustración por mi comentario. — Come tu comida y no molestes, Negan — giro y camino hacia la puerta, pero algo me hace detenerme, algo que él dice.
— Gracias — dice casi en un susurro, pero logro escucharlo.
Me giro y lo miro estupefacta. Por lo que sé, siempre que le traen la comida a Negan, él contesta totalmente agresivo y hasta hubo ocasiones en las que tira la bandeja de un manotazo, pero ahora me ha agradecido, y quizás sea una simple palabra, pero viniendo de Negan, la persona que mato a mis amigos y a mi madre, y que nos hizo sufrir tanto, me sorprendía.
¿Estaba agradeciéndome por un plato de comida? Quizás estaba comenzando a cambiar, o quizás solamente lo dijo y ya. Las personas como Negan no suelen cambiar, nunca.
(...)
— ¿Quien es el bebé mas hermoso? — aprieto, suavemente, las mejillas de mi hijo, quien está en los brazos de Rick. — No puedo creer que ya tenga un mes — digo mirando ahora, a Rick, y éste me sonríe, para luego mirar con dulzura a nuestro hijo, y depositar un beso en su pequeña cabeza.
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Rick regresó apenas ayer, de una expedición que realizó con Aaron, en donde encontraron bastante comida, así como también ropa y algún que otro medicamento. Se había ido por una semana completa, y se notaba que había extrañado a nuestro pequeño, porque desde que llego no ha parado de besarlo ni un segundo.
— ¿Como estas preciosa? — digo, mientras cargo a Judith en mis brazos.
La pequeña mira con atención a su hermano, porque a pesar de que no lleven la misma sangre, son hermanos.
— G-genn — dice, apuntando con su pequeño dedo en dirección a Glenn.
Rick me mira igual de sorprendido que yo, y ambos sonreímos tiernamente. Es la primera vez que Judith dice el nombre de alguien, y no es el nombre de cualquier persona, es de su pequeño hermano.
— ¿Ha ocurrido algo? — pregunta un Carl totalmente sudado, que aparece en la puerta de entrada y al vernos a mi, a Rick, Glenn y Judith en un tierno abrazo, se preocupa y se acerca a nosotros.
