DANGEROUS LOVE (Rick Grimes)

Capitulo 36.

Capitulo 36:

Narra Emma:

-¡Feliz cumpleaños Em!- dijo un sonriente Carl, cargando a Judith mientras me abría la puerta de su casa.- 20, ¿cierto?- preguntó.

-Aja, o eso creo, muchas gracias Carl-contesté riendo y entrando al hogar de los Grimes.- Hola preciosa- dije dejando un beso en la cabeza de la bebe.

Hoy había despertado increíblemente bien, ayer por la noche había dormido de igual forma, y es que durmiendo en los brazos de Rick, eso no era nada difícil.

Solo una cosa estuvo mal esta mañana; cuando desperté, Rick no se encontraba conmigo- de todas formas sabía que habíamos pasado toda la noche juntos, ya que varias veces me desperté en la madrugada, y lo veía a el, durmiendo tranquilamente, en mi cama-

Mama me dijo que Rick había salido de casa bastante temprano -a las 7 am para ser precisos- y que aparentemente habían desayunado juntos.

¿Mi madre y Rick desayunando juntos? ¿Sin que mi madre lo insultara o lo tratara de pedófilo? Esto me alegraba bastante.

Luego de darme una ducha para comenzar el día, me vestí y salí de casa, para dirigirme a la de Rick. En el camino muchas personas me felicitaban por mi cumpleaños -y realmente no sabía cómo se habían enterado, pero seguramente Glenn o mi madre eran los responsables.

Probablemente eran las 12:30 del medio día, y aquí me encontraba, en la casa de Rick, charlando con su hijo.

-Mi padre no está aquí, salió con Michonne hace bastante, pero debe estar por llegar- comentó Carl, viéndome.

-Está bien- asentí, sonriendo.

No sé por qué, pero al escuchar lo que Carl había dicho, algo en mi estómago dolió un poco, ¿eran celos?, no lo sé. Michonne y Rick son amigos y se que han sobrevivido varias cosas juntos, y que prácticamente son como compañeros de "trabajo" en este lugar, así que no habría razones para desconfiar, sin embargo algo raro crecía en mi pecho, pero trate de evitarlo.

Me acerqué al gran sofá que la casa tenía y me senté en el.

-¿Vas a festejar tu cumpleaños?- preguntó Carl, sentándose al lado mío.

-Claro que no-reí irónica.- Nunca me gustó hacerlo, prefiero que la gente me salude y ya- sonreí mirándolo.

El suspiró y luego me sonrió.

-No sabía que ya habías vuelto a tu casa, me alegro mucho- tome su mano y la apreté.- ¿Como te sientes?- pregunté, señalándole la venda que llevaba en su ojo.

-Regrese hoy en la mañana- contestó agarrando el ahora, mi mano.- Estoy bien- suspiró.- Ya no me duele, pero tengo que cambiar mi venda cada 2 horas y es bastante frustrante, es más- se puso de pie y dejo a Judith en el suelo.- Tengo que hacerlo ahora mismo-

-¿Necesitas ayuda?- pregunté desde el sofá.

-No, gracias, ya vuelvo- contestó y luego desapareció de allí.

Me quede observando a Judith, jugaba con unos vasos rojos en el suelo, y de a ratos me miraba y sonreía tiernamente.

-¡Mierda!- escucho a un Carl bastante frustrado y luego como algo cae en el piso.

-Ven, preciosa- dije tomando a Judith, para dirigirme al baño en el que se encontraba Carl.

-Déjame ayudarte, tonto- comente al ver que intentaba recoger una caja del suelo, llena de vendas y de más.