Capitulo 64.

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Rick sale por la puerta no sin antes darme un corto beso en los labios. Empuja todo caminante que intenta morderlo y corre hasta la tienda de armas. Me quedo afuera del deposito, detrás de la rejas, matando cada caminante que puedo con el pedazo de reja que Rick arrancó.

Mueven sus bocas descontroladamente al igual que sus manos e intentar pasar las rejas, pero obviamente no pueden. Debo tener unos 10 aquí afuera, mientras que otros 15, tal vez, persiguen a Rick, quien ahora se encuentra saliendo de la tienda con dos escopetas, corriendo hasta la casa que queda justo frente al deposito en el que estoy, para subir las escaleras e intentar salir por el balcón. Y lo logra, porque una sonrisa de alivio se posa en mis labios al verlo aparecer en ese balcón y comenzar a disparar a los caminantes.

— ¿Cuantos te quedan? — pregunta gritando, sin dejar de disparar. Cuento los caminantes que tengo enfrente y respondo.

— ¡Siete! ¿a ti? — pregunto y Rick hace lo mismo que yo.

— ¡Diez! — grita y me sonríe.

Clavo el fierro que tengo en mis manos, en la cabeza de un caminante pero al intentar quitarlo queda trancado. Intento sacarlo con todas mis fuerzas pero solo logro que se parta al medio, así que ahora tengo un palo de menos de 40 centímetros, contra seis de estas mierdas.

Miro a Rick, quien sigue disparando a cada cabeza que ve. Cuento los errantes que le quedan por matar y son cinco. De repente veo como algo intenta pasar a su balcón, pues ha dejado la ventana abierta.

— ¡Rick! — grito al ver como el caminante logra pasar e intenta morder el hombro de mi esposo.

Rick gira asustado y comienza un forcejeo con aquel ser apestoso. Su escopeta cae a la calle debido a un mal movimiento, y luego de varios segundos veo como mi esposo cae también. Lo pierdo de vista ya que los caminantes que se encuentran en la calle comienzan a acercarse a su cuerpo, al igual que los que estaban intentando morderme a mi.

Abro las rejas del deposito y sin pensarlo dos veces corro hacia él, pero llego tarde.

Mis ojos se llenan de lagrimas al ver a los pocos caminantes que nos faltaban por matar, morder lo que parecer ser el cuerpo de Rick. Niego varias veces con mi cabeza, tratando de convencerme de que esto realmente no esta pasando. Rick no puede haber muerto, no puede ser cierto. Dejo caer al piso el fierro que traía en mis manos y retrocedo varios pasos. No puedo ver con claridad, mis ojos están repletos de lagrimas y eso me lo impide.

Varios caminantes se percatan de que estoy aquí y comienzan a moverse en dirección a mi cuerpo. Los empujo como puedo, entre sollozos. No quiero que me lastimen, tengo otra vida dentro de mi y debo cuidarla mas que a nadie, pero no tengo las fuerzas suficientes. No tengo las fuerzas para seguir sin Rick. Jamas las tendré.

Choco contra una pared y cuando ya no puedo mas, y dejo que los caminantes se acerquen a mi, Rick sale de quien sabe donde con su escopeta en las manos, disparando a tres de los errantes que intentaban morderme.

— ¡Emma! — grita y tira por los aires el fierro yo había dejado caer.

Lo tomo y aun sin poder reaccionar bien, termino con los pocos caminantes que quedaban. Rick hace lo mismo.

Lo miro cuando ya nada intenta mordernos, aun estoy llorando y no puedo creer que esté vivo después de todo. Rick me dedica una sonrisa y puedo ver lo lastimado que esta por el golpe que se dio. Corro hasta el y en menos de dos segundos estoy colgada a su cuello, abrazándolo con todas mis fuerzas y llorando desconsoladamente en su cuello.

— Estoy bien, amor. Estamos bien — dice acariciando mi espalda y aferrándose mas a mi.

No le hablo, no puedo hacerlo. Aun estoy en shock, y es que no puedo creer que Rick podría estar muerto. ¿Que haría sin el? No podría proteger a nuestro bebe, no sola, y no sabría que hacer con Negan. Rick es todo lo que esta bien en este mundo, y no puedo perderlo.

DANGEROUS LOVE (Rick Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora