Por eso, después de diez años había decidido que por fin haría lo que fuera con tal de que ella estuviera a su lado. La quería apartar de ese mundo de hipócritas en el que ella vivía, de esas personas que no les importaba lastimarla. Quería llevarla con él a un lugar en el que sería felíz y en el que estarían juntos por siempre. Sin que nada ni nadie los separará. Y para lograrlo el haría lo que sea.

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28 de abril
Ciudad de México, México

Gastón, Malena, Chiara, Michael, Carolina, Ana, Jorge y Agustín estaban caminando en un parque cerca de Coyoacán, buscaban un lugar rico en el que pudieran comer. Su guía Mike, les explicaba cada rincón de esa bella ciudad.

-Hay unos tacos a dos calles que- hizo una cara muy graciosa que los chicos rieron- están buenísimos.

-Bueno Mike, pero debemos pensar en algo que no le haga daño a Agus- dijo Ana- recuerda que apenas ayer andaba con dolor estomacal.

-Por mí no se preocupen, vamos a donde quieran y ya yo me pido algo que no sea tan fuerte.- dijo el morocho.

-No Agus, vamos a comer algo que todos podamos.- le advirtió Chiara.

-Sí, ya otro día podemos ir a esos tacos.- comentó Jorge.

-Entonces, en la avenida hay un restaurante que venden de todo y es muy bueno.- sugirió Mike y los demás asintieron.

Caminaron hacia el lugar, Mike iba caminado junto a Ana, Jorge y Malena a la cabecera de ese grupo, detrás de ellos iban Gastón y Chiara y a las espaldas de estos Carolina y Agustín.

-¿Seguro que ya te sientes mejor?- le preguntó la morocha. La había puesto muy mal haberlo visto en muy mal estado hace tres días.

-Sí, ya estoy mejor- este le sonrió aún recordaba la cara de preocupación de la chica. Lo había cuidado hasta que a ella la hicieron viajar a México, ella había llegado ayer y él apenas hoy. Le daba ternura recordar como ella se había puesto a pelear con la gente de la producción para que la dejarán quedarse con él a cuidarlo- gracias por cuidarme.

-No tienes que agradecerme, lo hice con gusto.- Carolina se ruborizó al sentir cómo el cordobés había rodeado su espalda con su brazo izquierdo y la había acercado más a él.

-Claro que sí, fuiste una increíble enfermera y la mejor compañía.- estaba feliz, ella había dejado de evitarlo, sabía que lo hacía porque había sentido feo de haberlo visto en tan terrible estado, pero aún así se sentía afortunado que a pesar de lo que le había hecho ella se preocupaba por él.

-Bueno, Agus, sabes que te quiero y que me preocupo por ti un montón.- eso causo un pequeño rubor en las mejillas del chico.

-Y yo te quiero a vos, y siempre me preocupo por ti- se paró y observó cono la morocha sonreía con timidez, tomó su mano y comenzó a caminar agarrado de ella- Caro, quiero que hablemos.

-¿Sobre?- preguntó Carolina. Sabía perfectamente bien de que quería hablar el chico.

-Sobre lo que paso hace unos días- se rascó la nuca incómodo, no sabía como explicarle porque se había puesto así- en Montevideo cuando discutimos y como te...- dejó las palabras en el aire no se atrevía a decir lo que había hecho. Todo el tiempo se atormentaba con eso, recordó al día siguiente ver a Carolina con un suéter de maga larga y cuando se lo habían hecho quitar se sintió el ser más miserable. Vio la zona roja que había en su brazo, todos le preguntaban que le había pasado y ella mintió diciendo que una pulsera ajustada le había cortado la circulación durante la noche. Muy pocos le creyeron pero aceptaron el que ella no quisiera hablar sobre eso.

Te necesito (Aguslina) (TE #1) [TERMINADA]Where stories live. Discover now