—¿Qué sabes tú de cual es mi lugar? No sabes nada de mi.

—Ni tu de mi,comandante. Sólo lo que tus ojos ven,y no soy responsable de eso. Él le sonrió.

—Quiero averiguar quién eres,...eres un misterio para mi,gitana.

Julianna buscó otro punto de enfoque,el que fuera,uno que le permitiera pensar con claridad.

—No hay misterios en mi,soy esto que ves,no soy nadie.

—¿Nadie? No es eso lo que veo. Había un sólo paso el que los dividía,y él lo acortó. Le tocó la mejilla con suavidad para no asustarla,porque de lo contrario no volvería a verla.

¿Qué estaba haciendo? ¿Acaso estaba loco? ¿O sólo quería morir? Porque no había explicación coherente para ella. Todos los actos que ese hombre hacia la tenían intrigada y atraída. La había dejado escapar después de que tomara el lugar de Foran, y a pesar de haber discutido con Horas,los había dejado libres a ambos y a ella la había protegido en todo momento al llevarla consigo aquella noche.

—No lo hagas Parminius.
Ella recordaba su nombre.

—Dime porqué no,Julianna.

—Porque no sería muy cortes hacerlo delante mío. Dijo una voz que los interrumpió.

(...)

Solan entró en su habitación, sacándose la casaca y desanudandose los cordones de la camisa,no traía muchas ganas de festejar nada, y la vena en medio de su frente, estaba provocándole un dolor de cabeza terrible. Pasó los dedos por su cabello con irritación,había dejado a todos en la taberna y en la primera oportunidad que tuvo,se fue.
Lo que fuera que le ayudara a escabullirse era bien recibido. Todos sabían perfectamente que no le gustaba mucho el bullicio,y que de ser por él, jamas pondría un pie por fuera de ese lugar. Más bien,trataba de ser un poco mas cercano con su gente. A veces creía que lo único que los unía era la sed de venganza que tenían todos en común, Otras,que en verdad existía cierta camaradería, pero en fin.
De pronto,Gabrielle entró. En sus manos llevaba una charola con comida y una jarra de vino. Se sorprendió, no esperaba a nadie,mucho menos a él.

—¿Qué diablos quieres?—. Preguntó con un gruñido. Sonó mas duro de lo que pretendía ser,pero él chico lo había tomado desprevenido. Podía decir que la presencia de Gabrielle ya no le incomodaba, al contrario. Aun así le molestaba tener que reconocerlo aunque fuera para él mismo.

El muchacho ladeó la cabeza,no había sido su idea el quedarse para atenderlo. Había sido Horas el que había insistido en que no lo necesitaba aquella noche,que su lugar era cuidar hasta que volviera. Gabrielle había puesto ojos de corderito,pero Horas sólo le había revuelto el cabello y había soltado una risita lacónica antes de irse y pedirle que se hiciera cargo del fantôme.

—Horas me ha pedido traerle la cena.

—Mmh.
Solan no respondió. Se echó sobre su cama. Tenía el pecho descubierto y los brazos bajo su cabeza sostiendola. Había cerrado los ojos y Gabrielle se detuvo un momento para contemplarlo. Era increíble que la gente dijera tantas cosas sobre él. Se acercó un poco mas para poder verlo. Se colocó justo al lado de su cama. Tenía la jarra en las manos y servía un poco de vino en un tarro,pero no podía quitarle la mirada de encima. Aunque tuviera los ojos cerrados podía ver sus largas pestañas rozar sus mejillas y algo en el fantome le intrigaba y a la vez lo atraía. Estaba tan distraído mirándole que el vino se derramó en el suelo. Unos minutos habían pasado.

—¿Seguiras mirándome? Ya no hay mas vino que tirar.
Respondió Solan casual al darse cuenta de que Gabrielle le había estado observando todo ese tiempo,también le dio gracia el notar que sus mejillas adquirían color.
No quería parecer torpe,pero lo era. Dejó eso de lado y con un trapo limpió el vino derramado tardando un poco más de lo que había pretendido.

Aun no había abierto los ojos y su pecho subía y bajaba de forma tranquila.

—¿Está dormido?. Preguntó con cautela. Se acercó con temor, pero inesperadamente sintió que la mano del Fantôme lo tomó con fuerza y jaló sobre su cuerpo. El corazón de Gabrielle se escuchaba acelerado.

—No,no estoy dormido.
Gabrielle se le quedó mirando de una forma en que atrapó todos y cada uno de sus sentidos. También él hizo algo que Solan no esperaba. Se recostó sobre su pecho y comenzó a temblar. Le daba vergüenza que el Fantôme supiera hasta donde llegaba su cobardía. Esa vida no era que gustara ,pero ahora no sentía las mismas ganas de irse como cuando llegó. Si tan sólo pudiera ver a su padre una vez mas...

—¿Qué es en lo que piensas?.

Pensaba que aquel comportamiento era vergonzoso,que algo dentro de él empezaba a crecer,algo que le provocaba temor,pero al mismo tiempo le invadía el pecho de emoción.

—No lo sé, supongo que ...
Tengo miedo.

—No temas,yo te protegeré. Lo apretó con más fuerza sobre su pecho mientras sintió los brazos de Gabrielle rodearle. Se arrepintió al mismo tiempo de haber dicho aquello. ¿Quién era él para protegerle? ¿Acaso tenía cinco años?.
Solan no era persona que le gustara el contacto cercano con nadie. Pero Gabrielle no era cualquier persona,él era ingenuo,inocente de todo aquello y no necesitaba ser un genio para poder notarlo. Él lo necesitaba y Solan quería que se quedara un poco más.

—No deseo eso,yo...

Solan no le permitió decir otra palabra. Le subió el mentón y acerco a sus labios,esta vez de forma mas lenta,no quería asustarle y que se fuera. Sentía una urgencia desmedida por besar sus labios. Dejó que su lengua rozara un poco la boca de Gabrielle, él solo dejó escapar un leve quejido de aceptación, fue la señal que Solan esperó para poder profundizar en su boca y dejarse embriagar los sentidos con aquel beso. Lo recostó sobre la cama y le tomó el rostro con ambas manos,empezaba a desesperarse,pero Gabrielle lo apartó, le faltaba el aire y necesitaba un poco de distancia para asimilarlo.

—Lo siento. Dijo el Fantôme cuando ambos se separaron. Volteó el rostro molesto por haberse expuesto de aquella forma. Jamas había llegado tan lejos,y ahora que ya no estaba tan abrumado se daba cuenta hasta donde su error había llegado. Él no podía prometer protegerlo de nada,lo único que podía hacer por Gabrielle era dejarlo libre y que se olvidara de todo lo que había visto hasta ahora. Pero su parte mas egoísta le pedía no hacerlo.

—No podía respirar bien. Dijo Gabrielle, como si haberse besado de esa forma no le hubiera afectado.

—Como sea—Le respondió Solan. Llevaba las manos sobre la cadera y sin ninguna prenda que cubriera su desnudez. Se sentía enojado consigo mismo. ¿Por qué diablos se sentía de esa forma?.—Puedes marcharte,deja eso y sal de...

Gabrielle lo abrazó por la cintura y escondió su rostro en la espalda de Solan.

—No deseo irme a ningún lado.
El Fantôme apretó los dientes y cerró los ojos,tampoco él deseaba que se fuera.

De pronto abrió los ojos y se dio cuenta que de verdad se había quedado dormido,y Gabrielle no estaba por ningún lado. Con furia restregó las manos por su rostro. ¿Qué rayos le estaba pasando? Iba a perder la cabeza,un día más,sólo necesitaba soportar todo un día más. Así sería hasta que ese pequeño imbécil. decidiera escapar.

—HOLA—
NO SÉ SI A ALGUIEN LE HAYA LLEGADO LA ACTUALIZACIÓN, PORQUE NO ME APARECE QUE ALGUIEN HAYA LEÍDO :'(

El Color del Dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora