Paranoica.

33.9K 1.8K 118
                                    

Sentí como me arrullaban en unos brazos, sin dejarme casi respirar ni moverme

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Sentí como me arrullaban en unos brazos, sin dejarme casi respirar ni moverme.

-tranquilo, no me iré.- Murmuré con voz ronca, ante la dormida que había dado. Pues, la noche completa no dormí y ya saben porqué. Y tampoco el día anterior pude dormir bien, por estar pensando que podía hacer respecto al asunto de Noah, que salió muy bien gracias a Dios, quitando que quedó con la cara hecha mierda pero sé que su belleza la recuperará.

-es que me encanta sentir tu piel suave.- murmuró contra mi oído.- ¿te he dicho que tienes la piel más suave y tersa que he visto y sentido?.- levanté la cabeza y lo miré con desdén pero no pude evitar sonreir.

-no me digas.- al decir estas palabras acosté mi cabeza sobre el pecho de este. Este sonrió y dió un beso casto sobre mi frente. Miré su pecho y divagué sobre las diferentes cosas que nos han pasado a lo largo de estas semanas.

Como las cosas han cambiado entre los dos, como las diferentes cosas que han pasado nos ayudan a que la relación sea mas fuerte. Y me alegra mucho que ya no haya tabúes ni cualquier cosa que nos separe. Todo está tan claro como el agua y eso me pone inmensamente feliz, lo que planeo, es dejar pasar el tiempo pero ese tiempo lo quiero pasar a su lado, para siempre.

-Tessa.- murmuró lentamente, subí la mirada buscando la suya pero no la encontré y las constantes caricias que sentía en mi espalda se habían detenido por completo.

-¿si?.-pregunté lentamente con voz suave.

-mi padre vendrá a visitarme como todos los años lo hace.- murmuró esas palabras pero no siguió, lo que me confundió. ¿Qué tiene eso que ver conmigo?.

-¿Y?.- pregunté alzando mi cabeza. Este ni siquiera me miró.

-no quiero que te quedes nunca a solas con él, ¿oíste?.- demandó, ahora su mirada se había puesto sobre mis ojos, pero habían cambiado a un azul helado, sin emociones.

Su mirada me dejó sin habla, desconcertada.

-¿Por qué dices eso?.- pregunté confundida.

-sólo haz lo que te digo y ya.- su mirada ahora estaba perdida y juraba que no había percatado que me había hablado mal. Lo miré juntando mis cejas y esperando una respuesta de parte suya, aguardé sentada sobre la cama mirándolo. Pero no, no hizo nada, solo se quedó inerte sobre la cama mirando fijamente algo.

Me levanté junto con las sábanas y rodé los ojos molesta.

-creo que soy lo suficientemente inteligente para entender, si tan sólo me explicaras idiota.- Murmuré con voz molesta y lo miré mal. Aunque estaba siendo un poco exagerada y loca. Pues no sabía si él quería hablar sobre aquél tema de la visita de su padre, lo dirá por algo.-olvida lo que dije.- cerré los ojos y negué, para voltearme sobre mis talones y entrar al baño para proseguir a ducharme.

-sé que lo eres.- paré en seco por sus palabras.- si pudiera te mandaría lejos estos días para que mi padre y tú no se conozcan y lo estoy considerando.- me volteé lentamente para mirarlo a los ojos. Estaba sentado en la cama y abrió sus brazos invitandome hacía donde estaba él.

El DictadorWhere stories live. Discover now