Zorra.

72.1K 3.4K 661
                                    

Las cosas estaban un poco fuera de control con él. Pero mal de mi sin desobedecía las reglas que me implantaba. No sabía que pasaba con él, la mayoría del tiempo se la pasaba acosandome, ¿y su cargo como presidente?, que no andara jodiendo cuando una nación está en sus manos. Y una de las potencias del mundo.

-te tengo una propuesta.- susurró al terminar de besarme mientras andábamos en la fresca agua de la tarde. Oh no, ya no más, no quiero más propuestas insinuantes y llenas de sopresas que por obligación tengo que aceptar. Es un martirio tratar con él, porque puedo discutir e incluso fugarme, pero es como si me lo encontrara en todos los lados y hallara la manera de que yo cediera.

Ay no, no me gustan las propuestas de este hombre.

Y tengo que dejar de ser tan buena y preocuparme por mi misma, porqué así no llegare a nada. Aunque sé que mi vida completa estaré con un peso en mi conciencia por tener la oportunidad de ayudarlas pero no haberlo hecho. Si es que salgo viva de aquí.

-¿de qué se trata?.- pregunté con un nudo en la garganta. No me gustaba por donde iba esto, pues siempre estaba perjudicado mi cuerpo y la verdad no quería pasar por la etapa donde me dejaba tocar con él.

-esta noche iré a tu habitación y si haces que me encante lo que me harás esta noche, dejaré a ir a dos prisioneras.- abrí mis ojos y no sé porqué me siento así. Quiero sacar a esas personas del hoyo en que están, pero no quiero pagar ese precio, lo que me pide es algo retorcido. Aunque ya lo hice una vez, puedo hacerlo quinientas veces más. Ya no quiero hacer esto, de verdad que no puedo ser ni una prostituta  ni zorra, por que no daría para acostarme con alguien que no amo. Aunque ya lo hice. Mi entrecejo estaba fruncido, tenía una ligera marca o arruga de tanto pensar y batallar en mi mente que haré. Estoy perdida.

Pero no puedo dejar que alguien muera o que se quede aquí, tengo que hacer algo por ellas, soy la única que puede sacarlas de ahí, por ahora. Librarlas del infierno en que están metidas.

Lo haré. Por esas chicas lo haré.

Asentí  sin tener un mínimo rastro de humor en mi rostro, estaba histérica por dentro. Pero ellas no tenían la culpa de nada y eso me hacía más fuerte pero más frágil a la vez. Fuerte porqué se que puedo sacarlas y me siento responsable, pero frágil por que me destruyo a mi misma haciéndolo. Por eso digo que tengo que empezar a pensar en mi misma y no tanto en los demás. Porqué al final del día, tal vez ni se acuerden de lo que hice por ella y ni siquiera hagan el esfuerzo de pensar en mi y en cómo sacarme de aquí. Es triste, pero es así.

Tal vez me equivoque, pero el mundo está demasiado loco y dudo que ellas se meterían de nuevo con este gobierno lleno de corrupción y maldad. No se atreverían a poner un pie aquí después de lo que pasaron. Así que no sé que hacer ahora ya que lo he pensado desde ese punto de vista. Aunque no podría dejarlas allá metidas. Mi corazón no es tan malo.

Oh señor, mete tu mano en esto.

¿Por qué yo?, ¿por qué no a otra chica?, soy demasiado joven como para cargar esto en mis hombros, no puedo. A mi edad debería de estar yendo a las fiestas de la escuela, compartiendo con Noah y viviendo mi juventud al máximo. No esto. Y acordándome de Noah, Dios, me duele cada vez que pienso en él, porqué no tendré una vida digna a su lado, pues no sé si saldría viva de aquí. Cuando lo ví quería morirme y teletransportarme hacia otro lado, donde no hubiera un William buscándome o un gobierno corrupto, o una cosa que tuviera que ver con dolor y desesperación.

Miré sus ojos azules tan fríos como el hielo y asentí lentamente como si me convenciera de lo que haría más adelante. Mi vista estaba pérdida y quería desaparecer del mundo ahora mismo.

El DictadorWhere stories live. Discover now