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Narra Micaela


Mis intentos de encontrar a Bruno se volvían completamente frustrados cuando siempre volvía a la misma imagen. Su habitación completamente vacía. En mi cabeza rondaba la idea de que gran parte de la culpa de que se haya ido fue por mi, porque yo lo utilice de la forma en que el nunca quería vivir. Mientras le hacia la novia a el en mi cabeza no dejaba de aparecer Nacho, en todo lo que puedan imaginarse. Me sentía mal al haberle mentido de aquella forma, de haber jugado con sus sentimientos cuando yo siempre tuve en claro que a quien siempre quise fue al otro, no a el. También mis intentos de querer acercarme a Nacho eran cada vez mas dificiles. No queria tenerme cerca, ni mucho menos podía encontrar el momento para quedarnos solos. Si no estaba con su hermano estaba con Bianca y Pablo, si no era con ellos estaba con la pareja mas estable de la casa, Sergio y Florencia. Y sino simolemente no estaba. Me Evitaba. Y lo comprendía.







Cuando se había encerrado en su habitación aquellos días yo iba a buscarlo porque me lo pedían, no porque lo quisiera. En ese momento ni yo sabia lo que quería. No por eso no sentía ningún tipo de malestar cuándo tocaba la puerta de su habitación y el nunca me respondía, tampoco piensen que no sentía nada cuando le hablaba desde el otro lado y no sentía ni un ruido. Conmigo era totalmente nulo. Veía su sonrisa, como reía con los demás, y siempre pensé si algún día volvería a reír conmigo de aquella forma.








Tres meses habían concurrido desde que había pasado todo, tres meses desde la huida de Bruno y la perdida de la bebe de Bianca. Supe que Bruno se entero de lo ocurrió con Blanca, todos le habían mandado mensaje, inclusive yo, pero ninguno fue contestado. Si se supo porque ella misma lo contó que la llamo y estuvieron un rato largo hablando. Pablo también recibió un llamado de el cuando estaba saliendo de trabajar.







-¿Como estas? -Encontré a Gonzalo en la cocina preparándose algo para almorzar. Eran las dos de la tarde.




-Bien -la perdida de Bianca también lo había  movilizado. Si a el, que creíamos que nada lo haría volver a ser el Gonzalo de antes. Ahora busca charlar con todos e intentar componer las cosas, paso a paso.




-Ese bien no sonó tan seguro -Intuí cuando su mirada no salia del plato de fideos que tenia adelante -Dale, contame





-¿Desde cuando me preguntas que me pasa? -Me miro- aunque intento acercarme tampoco veo interés en ustedes de querer hablarme.





-Es raro, Gonza. Despues de tanto tiempo con todo lo que paso no es fácil. Pero acá me ves, charlando con vos intentando crear un buen ambiente. ¿Me vas a hablar bien o me voy yendo antes de que me tires con el tenedor?





-Estoy destruido.









Nunca en mi vida había visto a un Gonzalo completamente ido. Lo ocurrido con Bianca lo había desconcertado completamente. La ilusión de que fuera su hijo no se le iba en ningún momento, ni aunque aquella pequeña bebe ya no estuviera físicamente. Me sentí mal por el cuando comenzó a llorar, ¿Alguna vez alguien creyó que el Gonzalo soberbio que había creado ahora se transformaría en un corazón roto en miles de pedazos?







-Me duele verla así -los intentos de Bianca de salir adelante se notaban aunque no tenia sus frutos necesarios. Eran varias las veces que se encerraba en la habitación sin ánimos de ver a nadie -quiero ayudarla pero no se como, siento que no me va a escuchar.






-Ustedes hablaron, le dijiste cuanto lo sentías -asintió moviendo la cabeza-ahora es ella la que tiene que hacer su proceso. No debe ser nada fácil digerir eso.






-Ya lo se. Pude notarlo cuando Florencia dio la noticia.








Ah si, Florencia la semana pasada nos contó que esta embarazada de tres meses.

Under the same roof 2 © Where stories live. Discover now